
Cascada de Cimbarra.
La impresionante cascada que esconde un pueblo de Jaén: la ruta ideal para desconectar en Semana Santa
Este paraje natural se caracteriza por su diversa vegetación, como los bosques de encinas y alcornoques.
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Jaén es un destino ideal para aquellos que quieran descubrir nuevos lugares en plena naturaleza. La provincia cuenta con el Parque Natural de las Sierras de Cazorla y Las Villas, una belleza medioambiental de la zona, y en él se enclavan diferentes pueblos que forman parte de la peculiar orografía.
Uno de ellos es Alquemada, una localidad al norte de la provincia, en Sierra Morena, en el límite con Castilla-La Mancha. Su paisaje, propiamente serrano, está formado por sierras pobladas de abundante vegetación de pinos, quejigos y otras especies.
A escasos kilómetros del pueblo se ubica uno de los paisajes más impresionantes de la provincia, según recalca la revista de viajes National Geographic. En este pintoresco lugar tallado en un relieve espectacularmente abrupto, se encaja el río Guarrizas formando una sucesión de cascadas.
La más espectacular es la cascada de la Cimbarra, nombre con el que los lugareños denominan a estos saltos de agua. Queda expuesta una pared vertical formada por unos estratos rocosos muy resistentes a la erosión.
Esta roca recibe el nombre de cuarcita armoricana y puede ser vista también en otros lugares del paraje y del entorno cercano, como en el Parque Natural de Despeñaperros o el Monumento Natural de Los Órganos.
En ocasiones, es posible observar sobre estas rocas los rastros fósiles de organismos o las espectaculares rizaduras provocadas por el oleaje. Estas huellas desvelan el origen marino de estas rocas de hace 500 millones de años.
En el entorno, otras cascadas muy conocidas por su singular belleza son las del Cimbarrillo, en el arroyo de Martín Pérez, y la de María Antonia, en el arroyo de la Cimbarrilla.
Diversa vegetación
Además de sus cascadas, este paraje natural se caracteriza por su diversa vegetación, como los bosques de encinas y alcornoques. En sus desfiladeros, entre las grietas, crecen plantas como la doradilla, un tipo de helecho que debe su nombre al color dorado del revés de sus hojas.
En cuanto a la fauna animal, destacan depredadores como zorro o gineta, aves como águila real, perdicera o búho real, y otros mamíferos como la nutria que habita en los cauces de los ríos. Debido al alto interés de su avifauna, el espacio ha sido declarado como Zona de Especial Protección para las Aves.
Gastronomía
Tras la ruta, llega el momento de degustar la gastronomía local. Entre los platos más representativos de Aldeaquemada, destacan diversas recetas ligadas a la caza y la vida pastoril. El calderillo es un guiso de patatas con conejo, mientras que la miga de patata consiste en patata desmenuzada con cebolla. También encontramos los galianos, una comida tradicional elaborada con tortas de pan y carne de caza, como liebre, perdiz o conejo, acompañada de ajo y aceite de oliva. Otro plato característico es la harina de guijas, hecha a base de harina de almortas.
Uno de los guisos más singulares es la camuña, típica de los cazadores, que se elabora con patatas machacadas del calderillo, cebolla picada, guindilla y aceite de oliva.

Aldeaquemada.
En cuanto a los dulces, la tradición también está muy presente en Aldeaquemada. Durante el Carnaval, se elaboran las rosquillas gachamigas, mientras que en la festividad de San Antón destacan las roscas.
En Semana Santa, se preparan rosquillas fritas, flores y borrachines, mientras que en San Marcos es tradición disfrutar de los hornazos. Otros dulces típicos incluyen las rosquillas de viento, tortas de chicharrones, pastas y perrunillas.