Las ménades o bacantes eran seguidoras de Dioniso, el dios griego del vino, la vegetación y la fertilidad. Eran mujeres que participaban en las bacanales, los rituales religiosos en honor a la deidad. Partiendo de esta definición, el restaurante Ménade en la Axarquía tiene un storytelling que salvar. 

Estefanía Martínez es más conocida por su nombre artístico como ilustradora, Pedrita Parker, y acompaña a EL ESPAÑOL de Málaga a conocer mejor este rincón gastronómico de la provincia: "A ver, es que cuando uno entra por la puerta ya sabe que ha venido a gozar de lo lindo. Y eso a una disfrutona amante del buen comer y el buen beber como yo, ya me tiene ganada antes de sentarme a la mesa", avisa.

La artista se deshace en halagos hacia el lugar: "Como ilustradora, digamos que me nutro de personas y espacios que me ayudan a replantearme las cosas de otra manera. A ver el mundo desde otra perspectiva y otro prisma. Y Ménade hace eso y muy bien".

Parker disfruta de Ménade como quien disfruta de un viaje "sin destino" y se deja llevar "sin saber muy bien a dónde". ¿Qué encuentra la artista en este lugar?: "Realmente, con cada uno de los platos de su carta me han regalado unas horas de disfrute puro y de eso que tanto se necesita ahora: Un ratito de tranquilidad y calma para conectar con el aquí y el ahora y disfrutar del momento y del viaje".

Pedrita Parker en la 'chorraera' del Hotel Barceló Málaga.

Y es que en naming ayuda mucho, insiste Parker, que encuentra en Ménade algo que, a su juicio, no es fácil: "Tienen una buenísima y completa carta de vinos con un equipo que te asesora maravillosamente bien en el maridaje".

Como buen homenaje a las ménades, la ilustradora disfruta como en las fiestas en honor a Dioniso: "A través de su carta y de sus ingredientes locales te hace volver a sitios que ya conoces, pero una vez allí, todo cambia. Un matiz, una textura, un contraste que no esperas y entonces te preguntas: 'Un momento, creía que ya había estado aquí, ¿pero esto? ¡esto es nuevo!'. Y precisamente esta reinvención constante de la gastronomía local que realizan Pablo Vega y Pablo Dominguez es adictiva, porque consiguen que cada vez que vuelvas te encuentres con algo distinto y que quieras comprar otro billete para darte una vuelta".

Familia y diversión

Para la artista axárquica el restaurante es, además, un lugar en el que pasar tiempo en familia. Casi siempre acompañada por su pareja y su hijo de 6 años, quien se muestra como un completo fanático del divertidísimo postre Ups, se me cayó el helado, un cucurucho de helado de violetas "estampado" con una crema de limón y jengibre y polvo helado de chocolate blanco y caramelo.

Pedrita Parker recuerda uno de los momentos más entrañables en Ménade. En una ocasión, su hijo Eneko se embarcó en una pequeña investigación para descubrir si el helado se caía dentro de la cocina o si eran los camareros los que se tropezaban.

Para sorpresa de todos, el equipo del restaurante se sumó al juego: "Todo el equipo le siguió el juego y no solo fue un precioso detalle, sino que no hacía más que demostrar que todos eran igual de juguetones y que no solo hacían muy bien su trabajo técnica y profesionalmente, sino que se lo pasaban bien mientras lo hacían. Algo que es clave y que creo que define muy bien el espacio y su cocina".

Son estos detalles los que a Parker le hacen pensar "que en sitios como Ménade todos volvemos a ser niños que disfrutan de cada bocado como si fuera el primero y miramos a ver si al cocinero se le caerá otra vez el helado cuando pedimos un postre de violetas. ¡Aquí todo es posible!".

¡Sorpresa!

Parker encuentra en Ménade una cualidad que espera encontrar en cualquier restaurante, pero que no todos logran alcanzar: la capacidad de sorprender y, al mismo tiempo, de brindar sabores que resulten familiares. La ilustradora encuentra en este rincón de la Axarquía la emoción de ser sorprendida.

Pero no es lo único que sorprende a la artista: "Nunca deja de explorar nuevos territorios y siempre guarda espacio en la carta para sorpresas inesperadas, como el que es para mí el mejor sushi fusión de la provincia".

Parker concluye que además de todos los aspectos positivos que se pueden ver a través de su carta, además "tiene unas vistas espectaculares, un personal amable y atento a cada detalle y tiene, sobre todo, mucha raíz, mucha verdad y mucha humildad en cocina".

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