Málaga vive del turismo y para ello es fundamental que sea considerado un destino seguro por los viajeros. La Costa del Sol lo es, aunque eso no quiere decir que no se comentan delitos porque hay multitud de bandas organizadas asentadas en este destino. Los hoteleros malagueños quieren hacer hincapié en la seguridad de la provincia y están en continuo contacto con las Fuerzas de Seguridad del Estado para analizar qué medidas se toman y ver el número de efectivos.
"A pesar de que tras el Covid ha habido un repunte de delitos generalizado en España, Málaga está por debajo de la media nacional. Es muy importante trasladar estos datos a los potenciales turistas y visitantes de manera que crezca el sentimiento de seguridad ciudadana. No basta con ser un destino seguro, hay que comunicar esta realidad y hacerla llegar a la población", asegura José Luque, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos).
Desde esta patronal lamentan que "algunos medios extranjeros se han hecho eco de algunos incidentes puntuales sucedidos en la Costa del Sol", aunque recalcan que son "hechos aislados que intentan ensombrecer nuestro destino cuando la realidad del mismo es muy diferente".
En este sentido, precisan por ejemplo que Marbella "cuenta con una de las mejores infraestructuras de sistemas de videovigilancia del mundo" y que el ayuntamiento marbellí ha ofrecido unos terrenos para incrementar la presencia de la policía nacional en la zona norte de la ciudad.
A nadie se le escapa que la Costa del Sol es un punto caliente para la delincuencia nacional e internacional. Hay mafias prácticamente de todas las nacionalidades y es una zona golosa para cometer atracos personales -este verano se han visto varios intentos de robos de relojes de alta gama- o en viviendas. No obstante, también es cierto que no hay una sensación real de peligro en las calles pese a que solo este verano el destino ha recibido a cinco millones de turistas y la ocupación hotelera ha estado en torno al 80%.