El escándalo de las emisiones de los vehículos de Volkswagen, y la fortísima inversión que requerirá arreglarlo, ha hecho reaccionar a varios jefes de Silicon Valley. Encabezados por Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, piden al estado de California que imponga a la marca alemana medidas no para reajustar sus coches diésel, sino para que acelere la implantación de vehículos de emisión cero, que despega poco a poco.
De esta forma, hasta 44 líderes de compañías tecnológicas como el propio Musk , el ex presidente de eBay Jeff Skoll y el CEO de Energy Innovationn, Hal Harvey, consideran que no vale la pena forzar al fabricante de coches a reajustar el nivel de las emisiones de los coches que ya ruedan por las carreteras californianas.
El propio gobierno alemán elogió en septiembre el vehículo eléctrico Tesla. "Me encantaría que los fabricantes alemanes fueran capaces de producir un coche eléctrico tan bien y tan barato como Elon Musk [creador de Tesla]", aseguraba en una entrevista Peter Altmaier, jefe de gabinete de la canciller alemana, Angela Merkel.
En una carta enviada recientemente a la Junta de Recursos del Aire de California (CARB), estos empresarios creen que "una enorme cantidad de dinero se desperdiciará en tratar de arreglar vehículos, a veces sin éxito".
El texto incluye un completo plan que propone liberar al fabricante de la obligación de reajustar sus vehículos para cumplir con los estándares de emisión -"que representan una parte insignificante del total de las emisiones de los vehículos en el Estado"- y, en su lugar, obligar a la compañía a "acelerar su despliegue de vehículos de emisiones cero", así como exigirle que invierta en I+D en California una cantidad similar a las multas previstas.
Así pues, en lugar de castigos económicos y la obligación de reajustar sus coches ya vendidos, la propuesta, según sus firmantes, "sería una verdadera victoria para las emisiones de California, una gran victoria para proporcionar puestos de trabajo en el estado, y una acción histórica para ayudar a mitigar el cambio climático".
El documento recuerda que existe un precedente en este tipo de resoluciones. En la década de los noventa, un escándalo similar que salpicó a toda la industria de camiones diésel provocó, además de un acuerdo por más de 1.000 millones de dólares, que la Agencia de Protección Ambiental de EEUU impusiera normas más estrictas sobre estándares de emisiones de nitrógeno para compensar.
Ahora, los firmantes de esta carta proponen que se presione al gigante alemán de la automoción para acelerar una transición hacia la normalización de vehículos de emisión cero.