Naiara Davó, la portavoz de Unidas Podemos en las Cortes Valencianas y autodeclarada como "feminista" en su biografía de Twitter, ha compartido en esta red social un vídeo donde reivindica el pintalabios rojo como símbolo de resistencia femenina. Dice lo siguiente: "Para las mujeres que estamos en política, maquillarse se convierte casi en una obligación. Se juzga antes nuestras ojeras, nuestras arrugas, nuestro peinado... antes de escuchar lo que decimos se habla de nuestro aspecto", arranca.
Queriendo revertir esta situación sin duda sexista -que pone el foco en el canon de belleza femenino, en sus atributos y en su corrección respecto a la indumentaria, el peinado y hasta la elegancia, eclipsando sus mensajes, que cotizan más a la baja que los masculinos-, la diputada ha propuesto una curiosa expresión de inconformismo: "Hubo un elemento que se convirtió en símbolo feminista y antifascista: el pintalabios rojo", relata.
"En 1912 se convirtió en símbolo de rebelión y lo popularizaron reconocidas sufragistas como Charlotte Perkins tras manifestarse delante del salón de cosméticos de Arden. Hitler odiaba el pintalabios rojo", esboza, mientras saca un espejito de mano y una barra de labios y comienza ella misma a pintarse. "De hecho, en los países aliados se convirtió en un símbolo de resistencia contra los nazis y en la Gran Bretaña fue el único producto de belleza que continuó y no paró su producción. Así que señalemos nuestro compromiso feminista y antifascista".
No ha tardado en recibir críticas, no sólo de usuarios enfadados por sus "argumentos peregrinos" -bajo la acusación de mezclar "churras con merinas"-, sino de usuarias feministas militantes, como Laura Redondo, psicóloga jurídica y forense y doctoranda en violencia sexual: "Frivolidad es este vídeo y por eso te lo comentamos. Porque a nadie con dos dedos de frente se le ocurre. Encima tienes la desfachatez de no disculparte. Esta semana va de violencia, no de maquillaje, formaos un poquito por favor!!", ha escrito.
Ocasio-Cortez y el "poder femenino"
Con todo, no es la primera política que lo reivindica el labial. Hace pocos meses, la congresista Alexandra Ocasio-Cortez revelaba su "rutina de belleza" y aseguraba que hay ciertas elecciones estéticas que tienen sentido dentro de un marco político: "La razón por la que creo que es tan importante compartir estas cosas es que, en primer lugar, la feminidad tiene poder, y en política hay muchas críticas y minucias sobre cómo nos presentamos las mujeres…", adelantó.
Y siguió disparando: "Existe esta idea realmente falsa de que si te importa el maquillaje o si tus intereses son la belleza y la moda, eso es algo frívolo. Pero en realidad creo que estas son algunas de las decisiones más importantes que tomamos, y las tomamos todas las mañanas”, explicó la joven izquierdista.
Indagó acerca de que este labial tenía connotaciones “sobre el amor propio y la lucha contra el poder": “Me siento un poco más animada con el rojo encendido (en los labios)”, guiñó, reconociendo así que lo sentía poderoso y emancipador. "Me los pongo cuando necesito un impulso de confianza. Nuestra cultura se basa tanto en disminuir a las mujeres y en aprovechar nuestra autoestima, por lo que es un acto bastante radical, y es casi como una mini protesta, amarte a ti mismo en una sociedad que siempre te dice que no tienes el peso adecuado", clausuró.
Ya lo decía la mismísima Liz Taylor a modo de consejo: "Sírvete un trago, ponte un poco de pintalabios y recupera la calma". También la auténtica Coco Chanel animaba a las mujeres embajonadas a pintarse un poco los labios... "y a atacar".