Ana Sendagorta con un alumno de las escuelas preescolares de Turkana_Kenia

Ana Sendagorta con un alumno de las escuelas preescolares de Turkana_Kenia

Actualidad

Tendam y la ONG Pablo Horstmann se unen para ayudar a mujeres y niños en Kenia y Etiopía

Ana Sendagorta, fundadora de la Fundación Pablo Horstmann, explica el destino de las ayudas de Tendam tras la 18ª edición de Involucrados.

10 marzo, 2023 01:51

Noticias relacionadas

La Fundación Pablo Horstmann, creada por Ana Sendagorta, cumple 16 años. Todo comenzó en 2007 cuando, con tan solo 12 años, su hijo falleció en un accidente. Entonces es cuando ella decidió crear la Fundación con su nombre: Pablo Horstmann.

Ese momento supuso un antes y un después para la oftalmóloga: decidió tomar las riendas de su vida y crear una Fundación destinada a llevar la asistencia sanitaria a los niños más vulnerables de Kenia, que no pueden disponer de ella.

Ella había viajado en varias ocasiones a Turkana, Kenia, para operar a niños que se habían quedado ciegos por malnutrición, quedando profundamente conmovida por las condiciones de vida de la población y la falta de servicios básicos. 

Desde entonces, esta fundación se empeña en lograr un objetivo nada sencillo: que cada niño en situación de vulnerabilidad de los lugares más desfavorecidos del mundo reciba alimentación, educación y atención sanitaria.

Aúnan esfuerzos para que los niños y niñas puedan vivir una vida plena, tratando de contribuir a mejorar sus comunidades. Al mismo tiempo, promueven entre los jóvenes del entorno los valores de la solidaridad y la fraternidad.

Ana Sendagorta señala que también dan formación al personal sanitario local para que puedan ser ellos el "motor de cambio de sus comunidades".

En Turkana, Kenia, cuentan con 12 Escuelas Preescolares dónde más de 2.200 niños de entre 3 y 7 años se preparan para acceder al sistema educativo keniano: reciben dos comidas al día y una revisión médica completa por trimestre.

Ana Sendagorta curando a un niño turkano en Kenia

Ana Sendagorta curando a un niño turkano en Kenia

Así, la tasa de malnutrición entre los alumnos de estos centros escolares ha descendido al 15% frente al 40% que sufre la población infantil en general. "Ya se escolarizan dos tercios de los niños, cuando antes apenas lo hacía uno de cada seis", señala la fundadora.

Pablo Horstmann y Tendam

En estos 16 años de andadura de la fundación, Tendam les ha apoyado en tres ocasiones. En esta última edición de Involucrados, fue Women'secret el encargado de entregarles lo recaudado en los mercadillos solidarios.

En la entrega del premio, su portavoz dejó claro que la organización "busca garantizar atención gratuita desde un punto de vista sanitario", teniendo en cuenta que "una de cada 20 embarazadas muere en el parto".

El cheque, con un valor de casi 38 mil euros, irá destinado a cubrir la asistencia sanitaria de las mujeres y niños en la Clínica Materno-Infantil Let Children Have Health de Meki, en Etiopía.

Imagen de la 18ºedición de 'Involucrados'

Imagen de la 18ºedición de 'Involucrados'

Meki es la capital de un área con más de 353.000 habitantes, dónde el 87% de las mujeres siguen dando a luz en casa, sin ningún tipo de cuidados sanitarios, por lo que fallecen una de cada 21 mujeres.

Además, uno de cada cinco niños muere antes de cumplir los 5 años, siendo la malnutrición una de las principales causas. La clínica de la Fundación Pablo Horstmann atiende prácticamente de forma gratuita a 18.000 niños al año, de los cuales, más de 1.000 padecen malnutrición severa.

Recientemente, uno de los casos recientes de malnutrición aguda ha sido el de Hababo, una niña de dos años que llegó el pasado noviembre a la Unidad de Renutrición pesando tan sólo 4,9 kg. Permaneció 70 días ingresada, teniendo que superar muchas complicaciones, como deshidratación por gastroenteritis y úlceras en la piel.

"Contra todo pronóstico, gracias al trabajo en equipo de sanitarios etíopes y españoles, Hababo salió adelante y ha recibido el alta. Sus padres ya habían perdido dos hijos por malnutrición", cuenta Ana Sendagorta.

Son muchas las historias que podrían contarnos desde la Fundación, pero Ana destaca una en concreto: la de Teo (un nombre puesto por ellas). Un niño que llegó hace un mes a la clínica en brazos de su madre. Los médicos le diagnosticaron una hidrocefalia incompatible con la vida, por lo que recomendaron a su familia cuidados paliativos en casa.

Días después, los Servicios Sociales lo encontraron abandonado en la ciudad y lo volvieron a llevar con ellas. "Le ingresamos y le asignamos cuidadoras para que estuvieran con él día y noche, aplicándole cuidados paliativos", añade.

Esto lo hacen porque, como explica Inés Rozas, coordinadora pedagógica del proyecto: "Cuando la ciencia se rinde, queda la capacidad de aliviar, la fuerza de acompañar y la entrega mágica de convertir el dolor en amor".