Unas plantas.

Unas plantas. iStock

Estilo de vida

Ni posos de café ni cáscaras de huevo: el ingrediente desconocido en España que hará que tus plantas florezcan

Un truco destacado es usar agua de arroz como fertilizante. Rica en potasio y hierro, potencia la salud y crecimiento de las plantas.

5 septiembre, 2024 14:03

Cuando hablamos del cuidado de las plantas, los jardineros siguen buscando formas de recurrir a productos naturales que les puedan ayudar a potenciar su crecimiento. Entre ellos hay que destacar el truco del arroz, que funciona muy bien como fertilizantes para las plantas.

Estamos hablando del uso de agua de arroz, que ha emergido como una opción económica y eficaz para potenciar la salud y el crecimiento de las plantas del jardín. Esta es rica en minerales esenciales como el potasio y el hierro, además de contener hidratos de carbono que sirven de alimento a los microorganismos en la tierra. Estos microorganismos descomponen la materia orgánica, mejorando la estructura del suelo y facilitando la absorción de los nutrientes por parte de las plantas.

Este fertilizante natural es muy sencillo de utilizar, ya que es suficiente con regar las plantas con agua de arroz cada 15-20 días, siendo importante, además, que la tarea se realice en torno a las 17:00 horas del día, puesto que es el momento del día en el que la intensidad del sol se reduce. Este es un punto clave, ya que los rayos solares directos durante las horas más calurosas del día pueden reducir los efectos beneficiosos de este truco, impidiendo que los nutrientes puedan ser absorbidos adecuadamente por parte de las plantas.

A través de este método se ayuda a fortalecer las plantas, pero también a conseguir un jardín que sea mucho más respetuoso con el medio ambiente y sostenible. Al reutilizar el agua de arroz también se ayuda a reducir los desperdicios, favoreciendo un consumo más ecológico y responsable de los alimentos.

El uso de agua de arroz en el jardín puede tener un impacto positivo en la capacidad de las plantas para hacer frente a diferentes enfermedades. Al ser una fuente rica en nutrientes, destacando por su contenido en minerales como el potasio o el hierro, fortalece las plantas contra plagas y patógenos, además de mejorar su capacidad para poder hacer frente a las condiciones adversas.

De esta manera, y teniendo en cuenta su enfoque natural, añadir agua de arroz en el cuidado de las plantas del jardín, permitirá hacer que estas sean más sanas.

Otros fertilizantes caseros para tus plantas

Además de utilizar agua de arroz, existen otros abonos caseros para plantas que pueden ser de gran ayuda para el crecimiento de las mismas, como los siguientes:

  • Estiércol de caballo: una de las mejores formas de poder nutrir y enriquecer el suelo es recurrir al uso del estiércol de animales herbívoros. El estiércol ha sido utilizado como abono casero desde hace siglos, desde la agricultura más tradicional a la más moderna y ecológica, por lo que se convierte en una alternativa natural y efectiva. Conviene aclarar que existen diferentes tipos de estiércol, siendo el de caballo un excelente aliado, y al ser escaso en nutrientes, conviene acompañarlo con humus de lombriz líquido. Este es uno de los tipos de estiércol más recomendable para el cuidado de las plantas.
  • Humus de lombriz: este producto es uno de los abonos orgánicos más naturales, siendo resultado de la transformación en gran parte de las lombrices rojas californianas y del compostaje que procede del estiércol, restos de vegetales y frutas, así como papel, cartón y restos de poda. En el mercado se puede encontrar tanto sólido como líquido.
  • Té de plátano: utilizar las cáscaras de plátano es una opción ecológica, natural y sostenible, además de muy económica, para cuidar las plantas. Estas tienen numerosos beneficios, destacando especialmente por ser rica en potasio, un componente que es fundamental para su crecimiento.
  • Cáscaras de huevo: las cáscaras de huevo pueden ser de gran ayuda en el jardín por servir tanto como fertilizante natural para plantas como de repelente. Estas aportan un extra de calcio que puede ayudar al desarrollo de las plantas, y todo ello mientras contribuye a hacer frente a los caracoles y babosas, que así estarán alejadas de los cultivos.
  • Cenizas de madera: las cenizas que se producen a la hora de quemar madera pueden ser de gran utilidad como abono casero rico en fósforo, si bien antes de utilizarlas es importante diluirlas en agua y pulverizar el suelo de las plantas para que sea efectivo.
  • Posos de café: los posos que resultan de la preparación de una infusión de café son perfectos para las plantas, al ser ricos en nitrógeno, potasio, fósforo, y hierro, además de aportar acidez al suelo, lo que rebaja el nivel de cal de agua del suelo y mantiene mejor el hierro.

De esta manera, nos encontramos con distintos fertilizantes naturales, que son aquellos abonos que se obtienen a partir de la descomposición de materia orgánica, ya sea por la vía vegetal o animal. Su principal objetivo no es otro que el de nutrir y alimentar el suelo de las plantas para aportarles los micronutrientes y macronutrientes que las plantas necesitan para su desarrollo.

Su diferencia con respecto a los fertilizantes químicos tiene que ver con el hecho de que un fertilizante natural se obtiene de la degradación de residuos orgánicos como estiércoles, restos leñosos, vegetales…, siendo estos respetuosos con el medioambiente, además de inocuos tanto para mascotas como para personas, con la ventaja que ello supone. Los fertilizantes químicos, por su parte, son de origen sintético y acostumbran a aportar soluciones instantáneas que, en muchas ocasiones, son contraproducentes frente al desarrollo natural de las plantas.