Gema Igual, la alcaldesa 'slow': “Quiero que Santander entre en la ruta de la alta cultura”
La alcaldesa de Santander inaugurará el Congreso Tiempo de Arte. Slow Art Circuit Spain, y defiende un estilo de vida más calmado y de disfrute.
1 mayo, 2022 02:48Noticias relacionadas
Llega la alcaldesa de Santander a esta entrevista directa de una reunión de la Red de Ciudades por la Bicicleta. En realidad, parece que venga de caminar. Porque al vestido verde, que por cierto usó en su toma de posesión, le acompañan unas deportivas que son su tabla de salvación. “No se puede estar todo el día en tacones, aunque después me los pondré para la foto”. Lo cierto es que quienes seguimos a Gema Igual por redes sociales tenemos la sensación de que más que andar corre, tal es su actividad diaria; menos mal que su ciudad es pequeña.
Y mucho va a tener que correr los días 5 y 6 de mayo para estar presente en el Congreso Tiempo de Arte. Slow Art Circuit Spain, que se celebra allí, en Santander, en el Centro Botín. El evento promueve un movimiento en España en favor del arte como transformador del ser humano, el arte vivido con profundidad, no como un elemento más de consumo. Un movimiento que después tendrá seguimiento en Málaga y en Madrid, pero que inicia en Santander una llamada a la acción en favor de una manera de vivir la cultura con consciencia, con disfrute, con calidad primando sobre la cantidad. Y hay que dejar muy claro y agradecer a la alcaldesa su visión amplia, generosa y de futuro que le hizo abrir las puertas de la bahía a este Tiempo de Arte.
Tiene mucho sentido que la organización eligiera la ciudad como pionera. Primero, por el desarrollo cultural que allí se vive, presente, pero con mucho futuro. Segundo, porque sus dimensiones permiten una existencia algo más slow que lo que vive la media. Y hay que explicar que aunque el término inglés slow signifique lento, el movimiento que lleva su nombre no preconiza la lentitud, sino la calidad de vida. “Somos una ciudad que ha dado un gran salto cultural, pero efectivamente nos falta la pausa en la cultura, las experiencias en torno a ella y atraer a otro tipo de público que no quiera contar en cuantos sitios culturales ha estado, sino solo disfrutar de ellos”.
Pregunta: Alcaldesa, si yo te digo slow, ¿cómo sigues la frase?
Respuesta: Paz, que es lo que nos falta en esta vida. Lentitud, tranquilidad, experiencias secundarias, además de la actividad cotidiana. Después de la pandemia cada vez nos damos más la razón en que hay que gozar de la vida, seleccionar lo que hacemos, ocupar nuestro tiempo en lo que decidamos. Quiero que de mi ciudad la gente se lleve buenas experiencias. Y que disfrute del Centro Botín, del entorno, del contenido, del continente… también de Santander. Slow significa otro modo de vida aplicable a muchas disciplinas.
Lo teníamos todo programado hasta que nos pararon. El confinamiento nos enseñó que por mucho que planifiques, la vida puede darte una sorpresita…
Hay que tomarse el tiempo de disfrutar, para que empape en ti lo que te rodea o lo que estás viendo. Y eso en todos los ámbitos de la vida. Ir a una ciudad y del aeropuerto, al hotel y del hotel, a una reunión y al hotel y al aeropuerto… no tiene sentido. Hay que disfrutar de la gastronomía, del paisaje, de la ciudad, del urbanismo... Aprovechar tiempo para uno mismo, para su crecimiento personal. El resto es mecánico.
¿Eso te lo aplicas?
Después de la pandemia hemos aprendido a aplicarlo un poco, pero también creo que estar al frente de una ciudad, Charo, es querer llegar a todo y a veces, entendiéndolo, sacrificas lo personal por el beneficio de la ciudad. Pero también sé que no voy a ser alcaldesa toda la vida. En este momento, crezco personalmente siendo anfitriona del Congreso que vamos a tener en mayo, por ejemplo, y sacrifico más mi crecimiento o mi satisfacción personal, sabiendo que tiene un final. Por eso estoy encantada y quiero comerme el mundo como alcaldesa, porque eso será bueno para mi ciudad.
"Quiero un turismo global. Quiero que Santander sea anfitriona de personas de cualquier gusto y edad"
No paras un segundo.
Santander es pequeño, con 172 mil habitantes, nos conocemos casi todos y la gente reclama que esté la alcaldesa, y también por mi manera de ser… me involucro. Si es un evento multitudinario, ¿cómo no voy a estar? Si es pequeñito, ¿cómo no voy a estar? Forma parte de mi compromiso personal y de las ganas de no perderme nada, pero disfruto de verdad. Estoy encantada con representar a la ciudad y acompañar a la iniciativa privada, a las asociaciones, a las entidades que generan actividad en Santander. Y si no acudo a algo, debo ser transparente y explicar la razón…, que puede ser que sea el cumpleaños de mi marido y me vaya a cenar con él…
Has hablado de las empresas. Qué importante la colaboración público privada. ¿Cómo la generas, cómo la vives?
Eso también lo afianzas en la ciudad con el contacto directo. En pandemia, uno de los asuntos que más nos ha preocupado ha sido mantener esa relación con las empresas desde la primera semana. Hacíamos videoconferencias con la Asociación de Empresa Familiar, con la Asociación de Hostelería…, que fueron quienes más sufrieron; con agentes culturales, con CEOE, porque además de mantener los puestos de trabajo y generar la economía de la ciudad, desarrollan muchísima actividad. La colaboración público privada es fundamental.
En nuestro caso, si no fuese por la familia Botín, Fundación Botín con el Centro Botín y ahora con Ana Botín, con la Fundación Santander, que está rehabilitando el edificio principal, pues no tendríamos esos dos centros. Pero también el archivo Lafuente, la colección Lafuente que es de un empresario de Cantabria que se dedica a la fabricación de quesos y ha reunido una colección impresionante que ha vendido al Reina Sofía, con la condición de que se exponga en Santander. Cómo no voy a defender y a estar al lado de esos empresarios que invierten en la ciudad o que la defienden, y además con los puestos de trabajo que crean...
¿Qué va a aportar Tiempo de Arte. Slow Art Circuit Spain y el movimiento slow a Santander?
Mayor conciencia de los atractivos que tenemos, de nuestras dotaciones culturales. Y con ello vamos a generar un mayor impacto económico. Y luego hay algo más intangible, como es el lujo de acoger a los ponentes del mundo del arte que van a venir a Santander el 5 y 6 de mayo. Es maravilloso que sea en mi ciudad. Porque habrá muchas personas que vengan al Congreso y que la descubran. Los beneficios son incalculables.
Los ponentes se convertirán en prescriptores…
Lo que nos van a enseñar será maravilloso, pero se van a llevar la idea de una ciudad que cuida la cultura. Tendremos que aprender mucho de ellos porque hay una talla de profesionales impresionante, con lo cual el debate, el intercambio de ideas será muy enriquecedor. Hablando turísticamente, yo no quiero encasillarme en turismo de sol y playa, porque solo es para dos meses; o en el de congresos, porque es en invierno; ni en el gastronómico, aunque tenemos muchas estrellas Michelin; ni en cultural, ni en medioambiental, aunque estamos pujando por ser geoparque reconocido por la UNESCO -sabremos el año próximo si lo somos- y tenemos un plan de sostenibilidad turística de cuatro millones de euros para poner en valor la zona norte de Santander.
Yo quiero un turismo global. Quiero que la gente vaya a hacer muchas cosas en la ciudad. Quiero que Santander sea anfitriona de personas de cualquier gusto y edad.
Me gustaría que concretaras un poco más qué crees que o qué esperas que ocurra tras el congreso Tiempo de Arte.
Espero que los museos, los centros que tenemos en la ciudad formen parte de redes nacionales e internacionales. Espero que nuestras colecciones o que nuestros museos hagan préstamos a otros. Y que se creen colecciones conjuntas. También que entremos en la ruta nacional o internacional de la alta cultura. Va a ser oportunidad para todos. Después, espero el retorno económico y que Santander con este evento salte fronteras. Deseo que se cree una red slow donde se disfrute, se potencie y se rentabilice el arte. Seguro que se va a nombrar en muchísimas ocasiones el Congreso Tiempo de Arte. Slow Art Circuit de Santander como germen de oportunidades de futuro.
"Los políticos debemos tener tres cosas: sentido de Estado, sentido común y vocación de servicio público"
Al final estamos hablando de personas, del arte transformador, de una concepción más profunda de la cultura.
Yo quiero que cuando llegues a una galería en Santander, te digan que tienes que dedicarle como mínimo media hora, no recorrerla en cinco minutos. Que te guíen o comenten la exposición… Porque no tiene nada que ver ese acercamiento al arte con el habitual. Quiero también que el mundo de la cultura esté orgulloso de que en Santander pase algo tan importante.
Esos días espero que lo repliquen los medios de comunicación para que llegue a todos los ciudadanos y que me pregunten por la calle qué es eso tan importante que va a ocurrir, para que yo pueda ser altavoz y diga: “Vamos a poner en valor todos nuestros museos, ahora disfrutaremos de otra manera lo que tenemos a nuestro alrededor, y que en esta ocasión es con la cultura, pero que mañana será con la gastronomía. Porque tampoco se puede comer en quince minutos, hay que ver el plato, sacarle la foto, degustarlo, preguntar por la materia prima, saber de dónde viene y si es nuestra, muchísimo mejor para ponerla en valor”.
Tiempo de Arte Slow Circuit Spain después irá con diferentes acciones a Málaga y a Madrid. ¿Cómo se siente la alcaldesa de Santander abriendo la puerta a este movimiento?
(Risas) Por una vez cojo la delantera a Paco de la Torre y a José Luis Almeida. Fuera de bromas, Málaga es un referente en cultura. El alcalde Paco de la Torre ha cambiado la ciudad y la mentalidad de las personas que van a Málaga, y lo ha hecho en torno a la cultura. Por eso es un modelo a seguir. Almeida, aparte de que es el alcalde de alcaldes, Madrid es otra referencia cultural. Además, el Reina Sofía tendrá un centro asociado en Santander vinculado al Archivo Lafuente y yo creo que Madrid tenía que estar en Tiempo de Arte por esa razón. Con lo cual somos tres ciudades que debíamos ser las referentes de este movimiento.
Estamos hablando de arte y cultura a corto y medio plazo. Más a largo plazo, como ves culturalmente Santander?
La siguiente capa tiene que llegar a las empresas culturales locales, veo la oportunidad para los santanderinos y los cántabros de dedicarse al mundo cultural. El polo de atracción, de talento y de nuevas inversiones que vamos a tener en torno a la cultura. Las diferentes manifestaciones culturales con empresas locales que ya hay en Santander y en Cantabria, pero que van a crecer. Generamos la Fundación Santander Creativa, que es apoyo al tejido empresarial local. ¿Cuánto va a crecer el tejido empresarial local? ¿Qué oportunidades le vamos a dar de medirse con la gran cultura a ese tejido empresarial?
Esa creo que es la oportunidad para las empresas pequeñas, para las pymes, de dedicarse a la cultura. Acabamos de inaugurar un centro cívico en Tabacalera, con el jardín vertical más grande de Europa, 600 metros cuadrados, donde vamos a instalar la fábrica de creación, que da la oportunidad a jóvenes talentos, a empresas incipientes, para realizar allí su intercambio cultural, empresarial; por ejemplo, para que una compañía pequeña de teatro tenga ahí su primer escenario.
Carl Honoré que es el portavoz del movimiento slow en el mundo, autor del libro Elogio de la lentitud, y que será el encargado de abrir el Congreso, sugiere que se ha perdido una parte importante de nuestra cultura, que es la siesta, por culpa de las jornadas de 9 a 17. Pero en Santander todo cierra a mediodía. ¿Hacéis siesta? ¿Sois una urbe más slow?
Las ciudades de la periferia, donde no hay un núcleo financiero muy delimitado, pero sí buena calidad de vida, son distintas. Se vive de manera diferente. Pero no es habitual echar la siesta. Santander invita al paseo.
Si no llueve (risas).
¡Pero que llueve muy poco!, mucho menos de lo que la gente se piensa. Hay veces que aunque tengas un mal día de trabajo, sales a las cinco, o a las seis, o a las siete, o de dos a cuatro, y tienes tiempo de dar un paseo por la bahía. Incita al parón, a reconfortarte, a disfrutar. En Madrid, de dos a cuatro, no da tiempo ni de ir a casa a comer. En Santander puedes comer e ir a la playa y mucha gente lo hace, o comer y darte un paseo de cuatro kilómetros, o sentarte a tomar un aperitivo y unas maravillosas rabas en el Faro y ver toda la ciudad, o caminar por la península de la Magdalena.
Es una ciudad que incita a disfrutar. Y de hecho, en pandemia lo hemos vuelto a comprobar. Muchísimas personas se han ido a vivir a Santander o a cualquier pueblo del resto de Cantabria, porque se vive más al aire libre, se disfruta más del medio ambiente. En el Parque Científico y Tecnológico tenemos muchas empresas de tinte tecnológico que consiguen que cada vez atraigamos a más gente joven que sabe que en el mismo día le da tiempo a ir a la playa o a la montaña y a trabajar. Eso ocurre en muy pocos lugares, con lo cual yo creo que sí incita al movimiento slow.
Cierra los ojos y dime un sueño para tu ciudad.
Lo tengo clarísimo y no necesito pensarlo. Trabajaré, trabajaremos incansablemente para que Santander sea la ciudad perfecta donde cualquiera se imagine como la mejor para nacer y crecer, relacionarse, trabajar y pasar sus últimos días. Concebir una ciudad como la mejor para todas esas cosas, imaginarte con hijos y querer que sea en Santander porque es muy segura, imaginarte mayor y elegir Santander porque es transitable, bonita, sosegada. Elegirla para ir con tus amigos y estar en la playa y jugar a las palas y pasear y hacer una ruta en bicicleta. Ese es el sueño de cualquier alcaldesa.
¿Tus últimos años los imaginas en Santander o en Isla?
En Isla viví hasta los 14 años. Mientras mi madre esté allí, tengo mi ancla, pero yo me siento santanderina.Y no es necesario que renuncie a una ni a otra porque están a cuarenta y cinco kilómetros. Pero yo me veo en Santander, porque además estaré orgullosa de lo que haya conseguido avanzar y pesarosa de lo que no haya alcanzado. Me imagino que con el paso del tiempo siempre estaré en deuda con la ciudad que me ha hecho sentir y ser alcaldesa. Y eso te une a un lugar para toda la vida.
¿Como política, te ves en algún momento fuera de Santander, en algún cargo nacional?
La política, Charo, nos hace vivir el día a día. Estar en política requiere un sacrificio no solo personal, que también, pero ese va con nosotros; requiere un sacrificio de tu entorno, de tu familia más directa, de mi madre, de mi marido, de mi hija, de mi hermano, de mi hermana, de todos… Hay que pensar que es algo muy segmentado en el tiempo, que el buen político es el que sabe irse bien. Estoy convencida de que a un político hay que juzgarle después de que se haya ido, porque la manera de entrar a veces es fortuita, como la mía. Yo nunca me apunté a nada. Yo nunca he liderado con nadie ni luchado con nadie por un cargo. Yo soy alcaldesa porque Íñigo (de la Serna) fue elegido ministro.
Entré como concejala porque Gonzalo Piñeiro, que era alcalde en aquel momento, me llamó y yo le dije ‘no sé muy bien lo que significa ser concejala, pero si crees que valgo, pues pruebo’, con lo cual era un reto personal. Efectivamente, soy del Partido Popular, y a mucha honra, y me siento identificada con él. No estoy de acuerdo con todo, porque nadie está de acuerdo ni con todo lo de su familia ni con todo lo de su entorno, pero a mucha honra soy del Partido Popular. Y me gustaría tener la dignidad para estar mientras dé el mil por cien, porque no se puede estar en política solo con el cien por cien.
No vale para generar más beneficios que perjuicios. Y me gustará saber irme también con dignidad. Por eso digo, se mira el día a día, perteneces a un colectivo, tienes un compromiso. Me propongo cada día hacerlo lo mejor posible. Ni me he planteado lo que preguntas. Creo que no. No lo contemplo. Nunca me lo he imaginado porque donde quiero estar es donde estoy. Me planteo Santander y solo Santander.
Pero eres muy joven.
48 años. No tanto.
Claro que sí… para seguir creciendo. Y cuando lo haces muy bien donde lo estás haciendo, es decir, en tu Ayuntamiento, es fácil extrapolarlo a nivel nacional.
Siempre digo que los políticos debemos tener tres cosas. Primero, sentido de Estado. Pertenecemos a un país, somos España y eso hay que tenerlo bien claro, porque si no seremos cada vez más débiles en el mundo. Segundo, sentido común. Las cosas están bien o están mal. Hay que saber explicarlas y además hay que entenderlas. Y tercero, vocación de servicio público. Estamos aquí mientras demos más que recibamos. Yo debo mirar el interés colectivo y sobre todo saber que estoy aquí porque me han elegido.
Me acuerdo todos los días de que había seis papeletas en las elecciones y eligieron la mía. Ese agradecimiento me hace estar a tope. Y sé que mi equipo trabaja para que yo pueda representar a Santander. Y si se te olvidan esas dos cosas, por quién estás y quién te ayuda, no puedes continuar o continuarás un tiempo, pero, claro, más sola que la una. Ser política es difícil, hacer las cosas bien es difícil. Nunca se hacen bien. Hay algunas que se dejan por hacer y otras que salen mal. Yo ya he pedido perdón a los santanderinos cuando me he equivocado -por ejemplo, con el sistema de cambio de autobuses que hice-, y no me importaría volver a hacerlo.
Si no fueras política, ¿qué harías?
Yo era la gerente de la Asociación de Jóvenes Empresarios. Mi padre era constructor, albañil, y antes de jubilarse hizo un pequeño hotel en Isla que ahora lleva mi hermana. Entonces yo creo que cuando no continúe siendo política, tengo mi hueco, que es la empresa familiar que lleva mi hermana.
Deja muy claro que ella no tiene nada que ver, “que es de mi hermana”. Y también se le ilumina la mirada cuando habla de su pueblo en verano, donde la langosta es la protagonista casi más que los turistas, que no paran de hacerles fotos.
Pregunta: Dime una ciudad referente para ti.
Respuesta: Hace años eran Barcelona y Madrid. Ahora, Madrid. Pero otras lo están haciendo muy bien. Zaragoza, Granada, Córdoba…, Sevilla es una ciudad con gran potencial, una luz, un atractivo turístico, unas gentes maravillosas. Salamanca, como Ciudad Universitaria y de gente joven. Yo creo que hay que replicar lo bueno y no repetir lo malo, y eso es trabajar en red. Santander pertenece a muchísimas redes. Debemos estar conectados con el resto de España y del mundo y conocer lo que se hace en otros sitios. Y no segmentar ciudades por el signo político.
Debemos copiar lo que sale bien y explicar lo que a nosotros nos ha salido bien para que también nos copien. Santander ha sido referencia como Smart City. Hasta antes de la pandemia. Y ahora se ha vuelto a recuperar. Venían delegaciones de diferentes lugares del mundo cada semana a ver nuestro centro de demostraciones de Smart City. Yo me siento orgullosa de eso.
Pero volviendo a las referencias, si me tuviese que quedar con una, en este momento sería Madrid, con sus oportunidades de negocio, con su poder inversor, con su capacidad de anfitriona… Aparte de ser la capital de España, Madrid tiene tantos atractivos y mueve tanto la economía, que es una referencia para todos nosotros.
"Sobra crispación y falta sentido común. No puede ser que todo lo que haga quien está en el poder esté mal"
¿Y qué político o política son tus referentes?
Hablar solo de un político es dejar a otros muchos fuera… Pero, bueno, te voy a decir un nombre que es el alcalde de Madrid. Almeida para mí es un hombre inteligente, que llega a la política teniendo otra ocupación más satisfactoria y que gobierna en la capital con muchísimos aciertos. Pero si te hablo de genéricos, las mujeres políticas tienen un grandísimo reconocimiento para mí. Yo he sido la primera mujer alcaldesa de Santander. Hasta le extrañaba a la gente.
A veces cuento que una vez fui a un barrio y una señora me dijo 'tú eres la alcaldesa, y ¿qué dice tu marido?'. Y le contesté: ‘señora, que la alcaldesa soy yo’. Lo decía con buen sentimiento, pero me sorprendió. Y luego vamos a foros, y ahora ya es diferente, pero hace tiempo para ver a una mujer en una foto de políticos... Cualquiera de las mujeres de cualquier partido político de hace muchos años ha tenido una mayor dificultad y que demostrar su valía con parámetros diferentes a los de los hombres.
¿Te consideras feminista?
¿Qué es ser feminista? ¿Es querer las mismas oportunidades? Entonces, sí. ¿Es que tenemos sensibilidades diferentes, unas mejores y otras peores? Sí. Y si ser feminista es que el mundo es de todos y hay que contar con hombres y con mujeres, sí. Y si es que yo no estoy por debajo de ningún hombre, sí. Pero como hoy se está confundiendo tanto dependiendo de quién lo diga y cómo lo diga…, yo soy feminista, que significa hombres y mujeres, todos juntos, ni por debajo ni por encima. Y en ocasiones, por encima, y en ocasiones, por debajo. Pero no por ser hombre y mujer. Así que soy feminista… a mi manera.
¿Qué le falta a la política española?
Le sobra crispación y le falta sentido común. No puede ser que todo lo que haga quien está en el poder esté mal. Ni que las propuestas que vengan de quien no gobierna o todas estén pensadas o ninguna se pueda hacer. Y el no por respuesta no puede ser, es autoritarismo. Si las reglas del juego son que se gana para cuatro años, pero al primero te están poniendo zancadillas, eso no es avanzar. Si las reglas del juego son que yo llego y si hay alternancia de poderes, tumbo todo lo anterior, tampoco avanza un país.
Falta querer avanzar. Y desear ser más que otro país de manera lícita, con el orgullo de español. El que deseemos proteger a toda España, que nos sintamos orgullosos de lo que tenemos, protegiendo nuestra economía, generando nuestra propia economía para no depender de otros países. Ahora hemos visto lo que es depender… Pues eso es lo que me parece que hace falta en la política: proyecto a largo plazo, directrices a largo plazo y sin crispación. De cuatro en cuatro años no se avanza en un país; se avanza teniendo miras al futuro, hoja de ruta y yendo por ese sendero.
¿Y de qué puede presumir la política española?
De muchísimas personas honradas que dan su vida profesional por la política, y de 8.200 ayuntamientos, cada uno con su alcalde y con sus concejales. Y de muchísimos alcaldes que no cobran, que dedican su vida a su pueblo, a su entorno, a mejorar el territorio más cercano. La política es una profesión muy noble, altruista a veces, y los primeros que tendríamos que dignificarla somos nosotros, los políticos. Yo estoy orgullosa de serlo. No quiero que se me meta en el saco de otros, pero la primera que me debo diferenciar soy yo.
Decía al principio de la entrevista que la alcaldesa había presentado su plan de movilidad en bicicleta, porque está segura de que hay que trabajar hacia la sostenibilidad. Quiere Gema Igual que el ciudadano use menos el coche de manera no sostenible, en una urbe en la que son muy caminables los trayectos cotidianos. Por eso, seguramente es de las ciudades con más rampas y escaleras mecánicas, amén de ascensores… que cierto es que cómoda es, pero rica en pendientes, también.
Eso, las cuestas, es uno de los motivos de que el plan prevea subvencionar con 350 euros a cualquier santanderino que compre una bicicleta eléctrica. "Vamos a colocar tótems con herramientas básicas en la calle, para arreglos de urgencia, además de los aparcamientos video vigilados y cerrados para poder dejarlas en la calle. Y distribuiremos 200 bicicletas eléctricas de alquiler por 20 puntos de la ciudad para incentivar que sea seguro, fácil y sostenible".
"Fíjate que se ha hecho en Glasgow", continúa, "un estudio con personas que han ido en bicicleta durante cinco años. Tienen un 54% menos de posibilidades de desarrollar algún tipo de cáncer y un 56% menos de padecer alguna enfermedad del corazón”.
Pregunta: Esto tiene mucho que ver con ese aspecto sanador de la cultura, del que se hablará en el Congreso… Dime qué crees que pueden encontrar en la ciudad los galeristas, los directores de museos, los artistas, el portavoz del movimiento slow en el mundo, el creador del Slow Art Day?
Lo primero y más importante es que se va a generar un punto de inflexión, un cambio de tendencia. Todos notamos cómo nos ha transformado la vida la pandemia. Y lo vamos a materializar en este Congreso. Hemos sentido amenazados nuestros pilares fundamentales: salud, dinero y amor. Y ahora es momento de resurgir y creo que la cultura es sanadora si se canaliza de la manera adecuada, que es con calma, con conocimiento, con ganas de absorber, rodeándose de gente con conocimiento.
Van a encontrar una ciudad que ha apostado por la cultura y por la innovación, con unas dotaciones cuyo mantenimiento no depende del propio Ayuntamiento. Yo prefiero que sigamos bajando impuestos, manteniendo los servicios en todas las disciplinas. Y si conseguimos partners, como puede ser la Fundación Botín, Banco de Santander, el Reina Sofía, el Archivo Lafuente… es maravilloso, y nosotros lo hemos encontrado. Por eso hoy tenemos el plan director de la Catedral.
Se ha recuperado en la calle más antigua de Santander, Los azogues, un refugio descubierto al hacer la recuperación del antiguo muro del castillo de San Felipe y las dependencias capitulares de la catedral… Los antiguos muelles de Santander y la antigua Muralla. Tenemos el barrio de La Florida, con la biblioteca personal de Menéndez Pelayo, donde estamos rehabilitando nuestro Museo de Arte y la Biblioteca Municipal. Y el Museo Marítimo del Cantábrico, que es uno de los mejores del norte de España.
En mayo ya les podrán explicar la Fundación Santander y la maravillosa colección que albergará. Podrán ver las exposiciones y el Centro Botín, tanto el contenido como el continente. Un centro que está en la bahía de Santander, de las más bellas del mundo, que el arquitecto Renzo Piano concibió integrado en la ciudad… Hay mucha historia que contar en la cultura de Santander, que es lo que quiero que descubran, que no solamente vayas y veas, sino que vayas, que conozcas, que interpretes y que valores, que creo que es cerrar el círculo en la cultura.
Desde luego, no hay duda de que Gema Igual siente orgullo de pertenencia. Lástima que no tendrá tiempo para enseñarles todos estos parajes ella misma. Seguro que se los contará y describirá en algún momento a los participantes en el Congreso… Pero cuidado con la agitación, que entramos en modo slow.