"Gente gorda haciendo cosas, dígame". Con esta frase empezaba el primer vídeo de la serie del mismo nombre que catapultó a Mara Jiménez en las redes sociales. Un vídeo que se hizo viral y en el que empleaba la ironía para concienciar sobre la gordofobia. Desde entonces, hace algo más de un año, esta actriz y cantante se ha convertido en una de las voces más importantes en España contra la gordofobia.
Cada día, Mara Jiménez, más conocida en las redes como Croquetamente, lucha contra los estigmas asociados al peso y al físico de las personas, siempre desde la perspectiva del humor y la empatía. Hace un necesario trabajo de divulgación sobre la gordofobia y todo lo que puede traer consigo. Porque, no sólo son los insultos o el menosprecio hacia las personas gordas, también duelen las manidas frases como "es que me preocupo por tu salud", que lo único que hacen es disfrazar el insulto.
Ella misma ha experimentado en sus carnes la gordofobia desde que era bien pequeña. Y una vez que empezó a sentir que el adjetivo 'gorda' llegaba siempre con un matiz peyorativo, su vida cambió para siempre. Desde entonces, su relación con su cuerpo se rompió. Ha pasado demasiados años odiándose a sí misma y pensando que su felicidad y el amor de los demás llegaría cuando adelgazara unos kilos.
Con muchos años de terapia y trabajo en su salud mental, Mara Jiménez afirma que ha conseguido "amarse sin medida". Ahora, narra ese camino de superación en su primer libro Acepta y vuela (Plan B, 2022).
"En realidad, mi barriga nunca me había molestado. Hasta que vi que mis amigas podían enseñarla y yo no, hasta que recibí el primer insulto en clase, ese 'gorda' acompañado de cuchicheos, de risas y de vacío. Hasta entonces creo que fui muy feliz". Así empieza la historia de Mara Jiménez, que desde muy pronta edad vio lo que significa ser gorda en nuestra sociedad.
Poco a poco se fue obsesionando con esa barriga que hasta entonces no le había importado, con los "kilos de más" y con encajar en el peso estándar. Fue desarrollando un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) y durante años disfrazó sus problemas con muchas capas de aparente felicidad. Intentó ir a terapia y hubo momentos en los que pensó que había superado todos sus problemas.
Sin embargo, el proceso para superar un TCA es difícil. El miedo, la falta de conocimiento sobre lo que realmente le pasaba, el tiempo hasta encontrar a profesionales con los que se sintiese 100% cómoda para que le acompañasen en su cura... Le ha llevado muchos años, pero ahora utiliza la fuerza y todo lo aprendido para ayudar e inspirar a otros en las redes sociales. Aunque, subraya, siempre con responsabilidad.
Lidiar con los haters
"Creo que cualquier creador de contenido debería tener responsabilidad. Al otro lado de la pantalla hay personas con contextos e historias diferentes. En mi caso, por ejemplo, que hablo de TCA y de cosas tan fuertes, es mi deber. Insisto, todos los creadores de contenido deberíamos ser responsables con lo que decimos y lo que hacemos, porque puede tener un impacto negativo en las personas. Yo lo que intento es crear un espacio seguro para todas ellas, incluso para mí", declara a MagasIN.
Pese a que recibe mucho amor de sus seguidores, las redes sociales también pueden convertirse un nido de odio del que ella no se ha librado. Más de una vez ha tenido que leer comentarios hirientes, pero, asegura, su manera de gestionarlo ha cambiado. Ahora es una persona mucho más segura y, sobre todo, compasiva, que no deja que un usuario cualquiera le mine la moral.
"Al principio sí que me afectaba más, porque no entendía por qué me lo hacían. Pero al final acabas viéndoles con compasión porque los haters son personas que para decir según qué cosas tienen que estar muy heridos. Aprendí a entender que yo tengo mi verdad. Sé muy bien de lo que hablo, por qué hablo como hablo. Lo que digo tiene una base científica, todos los profesionales de la salud que apoyan lo que hago... Me quedo con eso. Al final es quitarle importancia a personas que están tan mal como para insultar o incluso desearte la muerte".
La influencer asegura que ha trabajado durante muchos años la compasión como forma de gestionar, no sólo el odio de los haters, sino muchas veces la incomprensión de su propio entorno. "Al final tienes que trabajar la compasión hasta con las personas que te han agredido, que te han hecho bullying, con tu familia, con todo. Es importante trabajar esa compasión e ir en esa vía para al final ser feliz tú. No es tanto por los demás, es que tú estés libre de esa culpa que tampoco nos ayuda ni nos hace bien".
Junto a la compasión, su otra herramienta para desistir en su activismo contra la gordofobia es "entender que no voy a poder convencer a quien no quiere ser convencido". "Al final, sobre el tema de la gordofobia y el estigma de peso hay una base científica que está ahí. Quien quiera leerla y entenderla, pues la va a poder buscar igual que la busqué yo si en su día. Lo que pasa es que mucha gente crea resistencias con sus creencias".
Y junto a esto, Mara Jiménez subraya la importancia de no basar nuestra vida en las expectativas de los demás. "El trabajar en redes me ha hecho darme cuenta de que tienes una audiencia que constantemente te exige de alguna manera estar ahí o compartir, divulgar... Al final vuelca sus expectativas sobre ti constantemente. Pero no has venido a este mundo para hacer feliz a otra persona que no seas tú misma".
- ¿Crees que las mujeres sufrimos más gordofobia por los cánones de belleza que tenemos impuestos?
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Pienso que sufrimos una gordofobia y un estigma corporal diferente. Porque al final la violencia estética que se ejerce sobre las mujeres es diferente, ¿no? Es como más violenta. En los hombres está como más silenciada. Entonces, creo que el sufrimiento que tenemos no es menor ni mayor, es distinto.
- ¿Consideras que esa presión estética y esa gordofobia está cambiando?
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La violencia hacia la mujer ha estado siempre justificada, pero pienso que estamos avanzando. Creo que las mujeres tenemos cada vez más voz para decir: "Esto no lo tolero". Igual que los hombres tienen cada vez más para decir "me pasa esto". Entonces sí, creo que estamos avanzando, aunque queda mucho camino por hacer.
De su libro, donde también destaca la importancia de escuchar y educar, así como de prestar más atención a la salud mental de niños y jóvenes, Mara Jiménez espera que los lectores se queden con un mensaje claro: "La importancia de hacer brillar quiénes somos, de dejar de escondernos y aceptar quiénes somos. Abrazar nuestra autenticidad y no permitir que nadie ni nada apague nuestra luz".
"Eso es lo que más me gustaría que la gente viera en esta historia. Al final, el hecho de haber podido salir de un lugar oscuro, espero que sirva a otros como inspiración para darse cuenta de que sí que se puede salir", concluye.