Elizabeth Clapés.

Elizabeth Clapés. Cedida

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La psicóloga Elizabeth Clapés: "El narcisista es un parásito, te invadirá hasta que pongas límites. A veces, ni eso sirve"

Clapés acaba de publicar su libro 'Tú no eres el problema', en el que habla sobre las personas narcisistas, cómo actúan y la necesidad de sanar tras estos vínculos tóxicos.

20 junio, 2024 01:31

"¿Cómo vas a llamar narcisista a tu propia madre? ¿Al amor de tu vida? ¿A tu mejor amigo? ¿Cómo es posible que alguien que diga quererte te haga tanto daño?".

Así comienza la sinopsis del nuevo libro de Elizabeth Clapés, Tú no eres el problema, en el que la psicóloga aborda de manera profunda una cuestión de gran relevancia social: la identificación de las personalidades narcisistas y psicópatas, y la necesidad de sanar tras mantener un vínculo con ellas.

Puede ser tu madre, tu padre, tu pareja, tu hermano o tu amigo. Estas personas se introducen en tu vida sin que te des cuenta y van consumiéndote, parasitándote. Algunas veces te das cuenta a tiempo, otras no. Lo haces cuando ya estás hundida y con la energía completamente absorbida por este vínculo tóxico, cuando ya no ves una salida...

Pero se sale. Se sale destruida y con la autoestima bajo tierra, pero puede que más fuerte que nunca. Elizabeth Clapés muestra en estas páginas una guía para poder comprender sus mecanismos de manipulación, protegerte de ellos y, por fin, sanar.

Elizabeth Clapés durante la firma de libros en Madrid.

Elizabeth Clapés durante la firma de libros en Madrid. Instagram

Elizabeth, ¿qué fue lo que te motivó a escribir este libro?

Tras atender en consulta a varias víctimas de maltrato, me di cuenta de que todos los agresores tenían un patrón común de personalidad del que no se hablaba. Siempre pensaba que tenía que haber algo detrás, pero se disfrazaba con otros términos: violencia de género, violencia infantil, mobbing cuando se trataba del trabajo... 

Existe un patrón de personalidad detrás de esas personas que, independientemente del rol que tengan en la relación, ejercen la violencia hacia la otra persona de la misma forma. Son narcisistas, y hay que identificarlos cuanto antes. En mi libro destapo a estas personas para que puedas salir de ahí y recuperar el control de tu vida.

Una cosa es el rasgo narcisista y otra, la personalidad...

Sí, existe una gran diferencia. El narcisista tiene rasgos: es una persona egoísta, egocéntrica, engreída. Algunos han tenido tanto éxito laboral que son unos prepotentes. Pero tienen empatía, son capaces de conectar, no aplastan a la gente, sino que estos rasgos vienen de su contexto personal, o de una herida. 

El trastorno de personalidad narcisista es diferente. Se trata de una patología que impide a la persona llevar una vida normal sin hacerle daño a los demás o a sí mismo. Son personas que hacen un daño significativo y consciente. Eso es un trastorno narcisista; ya no hablamos de un engreído o prepotente, sino de alguien que tiene una personalidad problemática y dañina. Por eso es tan importante diferenciar entre el rasgo y la personalidad.

¿Cómo identificamos al narcisista?

Los narcisistas son envidiosos, se exacerban, se inventan logros para vender una imagen irreal de sí mismos. Se ponen por encima de todo el mundo, y no pueden tratar bien a los demás porque ellos se sienten superiores. Ahí hablamos de narcisismo, pero existen perfiles peores.

Cuando nos vamos a un extremo mucho más malvado y manipulador, estaríamos hablando de los psicópatas narcisistas, el peor de los diagnósticos. Este tipo de personas tienen maldad y carecen de empatía, muestran en público una imagen impecable para conseguir integrarse socialmente, pero es completamente falso.

Se les suele acabar cayendo la careta, sobre todo si les conocemos profundamente. Si tienes un vínculo cercano con ellos, te acabas percatando de su auténtico ser. La fachada se acaba cayendo, y también depende de lo que quieran de ti. A lo mejor no les interesas y no te hacen nada, todo depende.

¿Cuánto daño pueden llegar a hacernos? ¿Cuánto nos pueden contaminar?

Son como un parásito, te invadirán hasta que pongas límites. A veces ni siquiera eso sirve y, aunque los pongas, seguirán. Hay narcisistas que, por ejemplo, no aceptan una ruptura como el final de la relación y siguen introduciéndose en tu vida, parasitándote tanto como quieran en la medida que puedan.

"El narcisista suele buscar a personas sumisas para poder controlarlas más fácilmente"

Si el narcisista desea escalar en el trabajo, manipulará a compañeros que favorezcan este deseo. En pareja suelen buscar a personas sumisas para controlarlas más fácilmente, o a personas con dinero si quieren parasitarles a nivel económico. Todo depende de lo que busquen.

Elizabeth Clapés.

Elizabeth Clapés. Cedida

¿Narcisista se nace, o se hace?

A día de hoy, se baraja que el narcisista pueda ser una mezcla de factores genéticos y contextuales. Estas personas tienen una predisposición genética y, en función de cómo haya sido su vida, expresan este rasgo de una u otra forma. 

No es lo mismo un violador o un asesino que un estafador, eso está claro, pero puede que el patrón de personalidad de ambos sea el mismo. Depende mucho del entorno en el que se hayan criado, pero me gusta recalcar que no siempre es sota, caballo y rey. Puede ser que el narcisista haya crecido con una familia maravillosa y, aún así, él sea una persona terrible. A veces, la predisposición genética es tan fuerte que ni siquiera un buen contexto puede inhibir el rasgo.

¿El narcisismo puede relacionarse con una baja autoestima?

No, para nada. Si tú tienes una baja autoestima y creas una vida que de alguna forma supla esa carencia, estás construyendo esa mentira en base a una herida interna, creando un caparazón para cubrirla. Estas personas, si están dispuestas, pueden acudir a terapia y curarse.

Otro caso muy distinto es el del trastorno de personalidad narcisista, que es para toda la vida y no tiene relación con esa baja autoestima de la que hablamos. Estas personas, en el extremo, son egoístas, envidiosas, malas. No cambian porque no creen que tengan nada que mejorar, simplemente se creen mejores que tú.

Entonces, ¿son conscientes del dolor que generan?

La persona con rasgos narcisistas sí puede llegar a sentirse mal y conectar con el dolor de su pareja, por ejemplo, si es a ella a quien daña. En cambio, la persona con TPN hace daño como consecuencia de su egoísmo, de posicionarse sobre los demás. No hacen daño por querer manipular, aplastar y controlar al otro; ese es un perfil psicópata. El narcisista daña en consecuencia de su ego, no les importa lo que pase debajo mientras ellos estén por encima. 

"La persona con TPN no cambia porque no cree que tenga nada que mejorar, simplemente se cree mejor"

Si hablamos de psicópatas, ¿qué técnicas utilizan a la hora de manipular y dañar?

Los psicópatas suelen utilizar la técnica del mirroring. Estudian a la víctima, cómo es, cómo actúa, qué desea, y se convierten en lo que esa persona necesita para hacerle sentir que son almas gemelas y poder manipularles a su antojo. La víctima percibe que ha conocido a alguien maravilloso, pero no, ha conocido a una persona que se ha recortado a su medida para poder parasitarle a su antojo.

El psicópata tiene tantas habilidades que es capaz de integrarse perfectamente en la sociedad, camuflan su maldad. El narciso es egocéntrico, envidioso, pero no tiene esa maldad integrada, esa crueldad. El psicópata ya no es humano, porque carece completamente de humanidad; son estrategas, y conforman el perfil más peligroso que existe. 

Las secuelas psicológicas que quedan después de relacionarnos con este tipo de personas...

Son terribles. Para empezar, tenemos que lidiar con un trastorno de estrés postraumático. Si hemos vivido violencia física, psicológica o sexual, que es lo más común, queda desconfianza, miedo a volver a encontrarnos con alguien así. Queda la suspicacia, la inseguridad, la autoestima dañada.

Yo he visto mujeres que llevaban veinte o treinta años casadas con hombres así, van arrastrando los pies por el suelo porque las han apagado completamente. Hijos con padres así, que cuando salen de casa sienten una liberación tremenda, pero siempre cargan con esa nube negra de los padres con los que se han criado; o padres que viven con la lacra de tener un hijo así. Por eso no todo se achaca al contexto, como hemos hablado antes. Con la terapia adecuada y mucho esfuerzo se puede superar este trauma.

El narcisista manipulará a su víctima hasta lograr lo que desea.

El narcisista manipulará a su víctima hasta lograr lo que desea. iStock

¿Es cierto que es más frecuente en hombres que en mujeres? 

La ciencia dice que sí, pero yo creo que está sesgado. Hay autores que hablan sobre un 1% de la población psicópata, y un 1% narcisista. ¿Qué casualidad que se den juntas y sea el mismo porcentaje, no? Esto sucede porque muchas veces se dan a la vez. El porcentaje de pedofilia también está en un 1%, porque el pedófilo tiene que tener, de base, una personalidad psicópata y carente de empatía. Si no, no sería capaz de abusar de un niño.

Volviendo a la pregunta, los estudios dicen que la psicopatía y el narcisismo son más frecuentes en hombres porque, tradicionalmente, se ha estudiado al género masculino y a sus rasgos. La dominancia, control y poder se achacan más a los hombres, por lo que el perfil narcisista se suele relacionar con ellos. 

"El trastorno psicópata y narcisista se relaciona mayormente con los hombres, porque normalmente tienen rasgos más dominantes"

Las mujeres lo hacen más sutilmente; controlan y dominan mediante la manipulación psicológica, chantaje emocional o victimismo, rasgos que la ciencia no relaciona directamente con la psicopatía. Lo que determina a una persona psicópata o narcisista es el fin, no los síntomas. 

¿Existen grados de psicopatía?

Como con todo, es una gama de grises. Yo diría que hay algunos que son capaces de llegar más lejos que otros. Como no tienen humanidad, llegarán tan lejos como quieran; eso es lo que determina la gravedad y peligrosidad de la persona. Están los peores, que son los asesinos en serie, y los más leves, que tienen una familia y están integrados en la sociedad. Parece que son personas normales, pero dentro de su casa tienen un núcleo en el que ejercen el maltrato. 

¿Se puede salir de ahí?

Sí, por supuesto. Hay que esforzarse mucho, pero se puede. Lo primero es identificar cómo nos hacen sentir; la forma en la que te hace sentir alguien es el más potente indicador de si es bueno para ti o no. Darse cuenta de que tenemos a alguien así a nuestro lado es un gran paso, pasar de pensar que tú eres el problema a entender que no es así.

Debemos darnos cuenta de que lo que estamos viviendo no está provocado por nosotros, ser conscientes de ello, de que la pelota no está en nuestro tejado. Hay que buscar una buena red de apoyo y contárselo a nuestro entorno para que nos ayuden a salir, pasar la abstinencia de la persona y hacer contacto cero, además de pedir ayuda profesional. En estos casos tan duros y complicados es muy necesario.