"Las enfermedades del corazón son las grandes olvidadas en la salud femenina". La advertencia es de la cardióloga Antonia Sambola, coordinadora del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España, por delante del cáncer y de los accidentes de tráfico, y las cifras demuestran que las mujeres son las más afectadas. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la cifra de mortalidad en mujeres es de un 30,8% mientras que en ellos es de un 25,93%.
"Por ejemplo en el año 2017, murieron 9000 mujeres más que hombres por enfermedades cardíacas, y esto es una constante todos los años”, afirma Sambola a EL ESPAÑOL. Y esto no es porque la enfermedad sea más grave en ellas o porque se piense que los síntomas en las mujeres sean diferentes a los hombres.
En cuanto a la aparición de la enfermedad cardiovascular, las mujeres jóvenes -antes de la menopausia- tienen menos riesgo que los hombres de sufrir una enfermedad cardiovascular. Según explica Sambola, esto es así porque "los estrógenos tienen un factor protector sobre la enfermedad cardiovascular, pero a partir de la menopausia este efecto protector desaparece y la probabilidad de tener una enfermedad cardiovascular se iguala con la de los hombres". Además, y según han mostrado estudios recientes "dar terapia sustitutiva hormonal a las mujeres menopaúsicas no mejora la enfermedad cardiovascular. Incluso puede aumentar el riesgo".
Cuando hablamos de mortalidad por enfermedad cardiovascular, las mujeres tienen cifras mayores que los hombres (tanto en España, como en Europa y en Estados Unidos), pero no es porque la enfermedad se exprese con mayor gravedad en ellas sino porque se diagnostica más tarde y por tanto el tratamiento llega también más tarde. "En muchos casos, las enfermedades del corazón están infratratadas en las mujeres", asegura la experta de la SEC.
Los síntomas son los mismos
Los aspectos más relevantes que explican por qué hay más muertes en mujeres son fundamentalmente dos. Según enumera Sambola, el primero es porque las mujeres viven más que los hombres y el segundo porque la mayoría de las enfermedades del corazón se diagnostican peor en las mujeres y se tratan con menos medios que en los hombres. "Y esto no es porque los síntomas en las mujeres sean diferentes a los de los hombres como se suele pensar. Esto es un mito que hay que desmentir porque los síntomas de las enfermedades cardiosvaculares son los mismos en los hombres que en las mujeres", afirma.
Por ejemplo -añade- "en el infarto los síntomas son iguales en las mujeres que en los hombres. Empieza por un dolor en el pecho, que puede irse hacia el cuello, hacia las mandíbulas y hacia los brazos. Es cierto, eso sí, que en las mujeres aparecen de forma más frecuente otros signos como mareos, naúseas o vómitos. Pero el dolor torácico se presenta con la misma frecuencia en ambos sexos".
Sin embargo, las mujeres suelen consultar mucho más tarde que los hombres cuando presentan un infarto. Según explicaba esta profesional en un acto de la SEC del año pasado, son varios los factores: "El desconocimiento por parte de la mujer de que el infarto no sólo es cosa de hombres o por la presencia de síntomas adicionales además del dolor torácico (más del 90% de las mujeres presentan dolor torácico) que pueden confundir, así como un retraso en solicitar atención médica de forma consciente para cumplir con responsabilidades familiares”.
Otro caso por ejemplo es el ictus, la primera causa de muerte por enfermedades cardiovasculares de mortalidad en mujeres. "Las mujeres notan los mismos síntomas que los hombres, sin embargo las mujeres consultan más tarde que ellos a los servicios de salud", expone. Y en muchas ocasiones, cuando las mujeres consultan el médico, por ejemplo, acerca de un dolor en el pecho, "se les atribuye ese dolor a cuestiones relacionadas con ansiedad, estrés o incluso otras enfermedades como artrosis. Sin embargo, para llegar a esas conclusiones, hay que hacer antes exploraciones que evidencien la causa de ese dolor. Hay que demostrarlo y no basarse en la intuición. De este forma, se evitarían muchos falsos diagnósticos”, afirma.
"Es importante dar información a los profesionales sanitarios de la importancia del screening (chequeo) de los factores de riesgo cardiovascular y su precoz tratamiento en las mujeres, de acuerdo con las recomendaciones de las guías de práctica clínica", zanja.
La prevención, desde la infancia
La prevención es clave en las enfermedades cardiovasculares. Disminuir el riesgo de una enfermedad cardiovascular es posible adquiriendo hábitos de vida saludables, especialmente si esos hábitos se empiezan cuanto antes, desde la infancia y desde las edades más tempranas.
Lo primero es tener y mantener una alimentación sana y baja en grasa, lo segundo es evitar el sedentarismo y lo tercero evitar el tabaco. Según demostró un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología (REC), "la dieta mediterránea hipocalórica reduce la presencia de factores de riesgo cardiovascular. En este artículo os explicábamos cómo es una dieta protectora del corazón.
En segundo lugar, es fundamental hacer ejercicio físico ya que, según informa la FEC, "la inactividad física aumenta en más del 20% el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular". Y la actividad física es una asignatura pendiente en muchas mujeres, ya que según datos de esta misma entidad, entre el 30 y el 30,9% de las mujeres españolas no practica el ejercicio mínimo recomendado. Y por último, es clave para disminuir el riesgo de una enfermedad cariovascular abandonar el tabaco y/o no empezar a fumar: "Es muy importante inculcar a las adolescentes el hábito por no fumar, es fundamental que no empiecen a fumar", concluye.