Cáncer de ovario, cérvix y endometrio: así son las pruebas para una detección precoz y cirugías menos invasivas
Una de cada tres mujeres padecerá cáncer a lo largo de su vida. La mortalidad ha descendido gracias a las campañas de diagnóstico precoz y a los avances terapéuticos.
5 febrero, 2024 02:48El cáncer es una de las primeras causas de morbi-mortalidad de todo el mundo.
A pesar de ello, y de forma general, la mortalidad por cáncer en España ha experimentado un fuerte descenso en las últimas décadas.
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Estas tendencias reflejan las mejoras en la supervivencia de los pacientes con tumores debido a las actividades preventivas, las campañas de diagnóstico precoz, los avances terapéuticos, y a la disminución de la prevalencia del tabaquismo.
Actualmente, en el mundo se estima que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer a lo largo de su vida.
Uno de los cánceres que afectan más a la mujer es el de mama, es el más conocido por la población en general, pero también nos afectan otros más desconocidos, como el de cérvix, el de ovario, el de útero, etc.
Desde Magas hablamos con el doctor Ricardo Sainz de la Cuesta Abad, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, para conocer la actualidad sobre estas enfermedades.
¿Qué pruebas nos permitirían prevenir estas enfermedades o favorecer un diagnóstico precoz?
En el cáncer de ovario, lo recomendado en estas pacientes es realizar las revisiones anuales (ecografía) y en pacientes mayores o que tengan un factor de riesgo familiar se les puede hacer una prueba como el marcador CA-125. Si juntas los resultados de una ecografía transvaginal con un aumento de CA-125 sí que se puede hacer un seguimiento y puedes hacer un diagnóstico precoz.
En cáncer de cérvix sí que existe un método eficaz de cribado que es la citología que ahora ya no se hace anual, sino cada 3 años. Si añades un análisis de la presencia de virus del papiloma humano (HPV) -porque es una causa clara del cáncer de cuello uterino- mejoras la sensibilidad y la especificidad del cribado.
Con estas herramientas podemos detectar mucho antes lesiones precancerosas como de lesiones invasoras o infiltrantes. No sólo se debería hacer el análisis genérico de VPH sino también los genotipos de VPH porque en la actualidad existen tratamientos específicos para diferentes genotipos.
Este cribado ha disminuido mucho este tipo de cáncer en los países en los que se ha realizado un cribado poblacional serio (hasta en un 50%).
El cáncer de endometrio no se realiza cribado porque es un cáncer que da la cara enseguida porque sangra y da clínica. Se da con más frecuencia en pacientes postmenopáusicas que muestran sangrado o engrosamiento del endometrio (más de 4 mm.) Estas mujeres tienen más probabilidades de padecer cáncer de endometrio y se les puede realizar una biopsia en consulta o una histeroscopia.
En este cáncer existe una población muy específica a la que sí que hay que hacer un cribado desde muy jóvenes, que son las mujeres que sufren el síndrome de Lynx. Son pacientes con tendencia a sufrir cáncer de colon y de endometrio en la juventud y se recomienda realizar ecografías e, incluso, biopsias de endometrio de forma periódica.
¿A qué edades son más frecuentes este tipo de cánceres?
El cáncer de cuello uterino se da con más frecuencia entre los 40 y los 50 años, aunque el 20% de estos cánceres se detectan a partir de los 65 años. Es raro que aparezcan antes de los 25 años.
El cribado de cáncer de cuello uterino comienza a los 25 años hasta los 65 años, aunque con las pacientes de más edad hay que estar pendiente.
Existen dos tipos de cribados: el poblacional, que se hace desde el sistema de salud de un país y que intenta cubrir al mayor número de población, y luego está el cribado oportunista, que es cuando la paciente solicita que la cribes por un cáncer determinado y que se debe hacer, excepto que sean pacientes con un riesgo bajo claro. El cáncer de endometrio se da en mujeres mayores a partir de los 50 años. El de ovario, lo más frecuente es en torno a los 70 años.
¿La frecuencia de este tipo de cánceres depende de alguna manera del país en el que se viva?
Las tasas de este tipo de tumores son variables porque en muchos países no se realizan cribados. También está relacionado con el número de relaciones sexuales con parejas diferentes, que incrementa el riesgo de cáncer de cuello uterino.
En Europa, con un cribado más amplio, las tasas de cáncer de cuello uterino son menores. Aunque, incluso en España, observamos tasas de cáncer de cuello uterino diferentes entre comunidades autónomas que se puede deber a porcentajes de cribado diferentes o porque son áreas con más población inmigrante.
El cáncer de endometrio se asocia de forma muy fuerte a la obesidad en la premenopausia y postmenopausia, porque la obesidad genera estrógenos endógenos que estimulan el endometrio y si la paciente no dispone de progestágenos que balanceen se pueden dar problemas de sobrecrecimiento, de hiperplasia de endometrio, que es el precursor del cáncer de endometrio de tipo 1 o de bajo riesgo.
¿Los hábitos de vida como la alimentación y el deporte influyen de alguna manera en tener un mayor riesgo de padecer un cáncer de este tipo?
La obesidad es un factor clave para el cáncer de endometrio, como hemos hablado, pero también lo es para el de ovario y cérvix, porque las personas obesas suelen ser sedentarias, tienen mala alimentación y son factores que influyen en el sistema inmune de las pacientes, y tienen más propensión a desarrollar cualquier cáncer, ya sea ginecológico o de cualquier otra clase. Hacer deporte mejora el sistema inmune y un sistema inmune fuerte es más capaz de controlar las mutaciones que se dan cuando se inicia un cáncer.
Hablemos de soluciones ante este tipo de cáncer, ¿se ha avanzado en los tratamientos?, ¿cuándo se recurre a la cirugía?
Los tratamientos han mejorado mucho. Las cirugías de cuello uterino y de endometrio, que antes eran muy radicales, se han desescalado. En la actualidad no hacemos linfadenectomías tan agresivas en los ganglios linfáticos iliacos gracias a la utilización de la técnica del ganglio centinela.
En cáncer de ovario no tenemos ganglios centinela, pero se está estudiando para evitar realizar linfadenectomías porque pueden provocar linfedema y otras complicaciones.
Cada vez realizamos cirugías menos invasivas a través de laparoscopia o robot Da Vinci. La robótica es muy útil en pacientes de cuello uterino. En cáncer de endometrio siempre se ha realizado cirugía mínimamente invasiva, ya sea por vía robótica o laparoscópica.
Los tratamientos adyuvantes en cáncer de ovario han mejorado mucho con la aparición de los inhibidores del PARP, que son anticuerpos monoclonales dirigidos a ciertos tipos de anticuerpos que genera el cáncer de ovario.
También la inmunoterapia ha mejorado mucho la supervivencia en pacientes con recaídas en pacientes con cáncer de cuello uterino y endometrio, no tanto en ovario, aunque seguro que también se demuestran mejoras en un futuro.
La radioterapia también ha mejorado y cada vez es más precisa, con menos efectos secundarios, y se ha incorporado la protonterapia, que tiene menos complicaciones.
¿Cómo ha mejorado en general la esperanza de vida tras la enfermedad?
El cáncer se diagnostica antes, la cirugía es menos agresiva y tiene menos complicaciones y los tratamientos adyuvantes son mejores, aunque queda mucho camino por recorrer. Una detección precoz lleva a cirugías más pequeñas.
Es importante que estos tratamientos se realicen en centros que vean un alto volumen de casos, que tengan profesionales especializados y acostumbrados a tratar estos tumores.