Compresas y tampones sometidos a examen: un estudio revela la presencia de 19 sustancias tóxicas
- Una investigación realizada por la Fundación Rezero ha evidenciado el peligro asociado a la presencia de plástico en productos menstruales desechables.
- Más información: Presencia de sustancias tóxicas en bragas menstruales: ¿son realmente una alternativa sostenible?
Un nuevo escándalo ha estallado en el ámbito de la salud menstrual: una investigación realizada por la Fundación Rezero, junto con el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), ha revelado la presencia de 19 sustancias tóxicas asociadas al plástico en tampones y compresas. Esta conclusión deriva del análisis de diez muestras de productos de higiene íntima femenina de diversas marcas vendidas en España.
El estudio, respaldado por el Departamento de Igualdad y Feminismo de la Generalitat, ha detectado plastificantes, como los ésteres organofosforados (OPEs), compuesto con posibles efectos cancerígenos, neurotóxicos y disruptores endocrinos. Además de ftalatos (PAEs) y plastificantes alternativos a los ftalatos (NPPs).
Estas podrían ser perjudiciales para la salud de las mujeres y las generaciones futuras, al provocar daños reproductivos, diabetes u obesidad. Por ello, Rezero exige "prohibir la comercialización" de estos tampones y compresas, con el objetivo de evitar que sigan en el mercado a la espera de una "regulación estricta para evitar sustancias tóxicas".
La fundación pide responsabilidad: además de reclamar la eliminación de estas sustancias tóxicas, piden transparencia en el etiquetado con un listado obligatorio de los componentes de los productos para que las consumidoras puedan tomar decisiones informadas.
Invita, asimismo, a las consumidoras de productos desechables a utilizar aquellos reutilizables, como copas menstruales, compresas de tela u otras alternativas.
Además, propone obligar a los fabricantes a pagar el 100% de los costes de gestión de residuos de los productos menstruales, para cubrir los gastos de recogida, entre otros, en lugar de externalizarlos en las administraciones y la ciudadanía.
Según datos de la fundación, la recogida y tratamiento de los residuos textiles sanitarios generados cuesta 10 millones de euros anuales. Apostar por productos reutilizables y libres de tóxicos aliviaría la carga económica, contribuyendo a un modelo de consumo más justo y respetuoso.
El Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua tiene planeado continuar investigando para determinar el impacto real de estos plastificantes en el organismo. Por ahora, a modo de precaución, consideran que los resultados ya corroboran la necesidad de una regulación.
Otros casos sonados
No es la primera vez que surge la polémica en el ámbito de la salud menstrual. En 2023, los investigadores de la Universidad de Notre Dame realizaron un estudio basado en el análisis de más de 120 productos de higiene íntima diferentes, comercializados en Estados Unidos, entre ellos, la ropa interior especial para estos días. Los científicos afirman haber encontrado, en ''una buena facción'' de este tipo de enseres, niveles detectables de PFAS.
Estas sustancias químicas, según detalló el profesor de física de la institución Graham Peaslee, se encontraron solo en el revestimiento. Aun así, el investigador lanzó un mensaje de positivismo al afirmar que, ''la mayoría analizada estaban libres de PFAS''. Recordó, asimismo, que este tipo de químicos, de los que existen más de 12.000 variedades, ''pueden encontrarse en cientos de productos de uso diario'', no solo es exclusivo de las bragas menstruales.
En todo caso, los expertos recuerdan la importancia de concienciar a la población sobre este aspecto: la educación menstrual en España es "deficiente", según un estudio realizado por un equipo de la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con más de 4.000 personas, tanto hombres como mujeres nacidas o residentes en España.
"La menstruación sigue siendo tratada como un tema incómodo que hay que ocultar y de aquello que se oculta, no se habla, no se investiga, no se legisla y no recibe la atención necesaria. Pero la salud menstrual requiere de esa atención", apunta Sara Sánchez López, investigadora del Instituto Ingenio, centro mixto de la UPV y el CSIC, y autora principal del estudio.