“Es mi maldito deber hablar sobre ello”, comentó Angela Merkel en una entrevista de la cadena pública ARD en la noche del miércoles, recogida por todos los medios alemanes. Tal afirmación la realizó cuando hablaban sobre la necesidad de hablar con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan sobre la gestión de la crisis de refugiados. La canciller explicó que hay que hablar con Turquía, que acoge a dos millones de refugiados sirios y cuyo presidente Erdogan ya estuvo el lunes en Bruselas. Allí fue recibido con todos los honores por los máximos mandatarios europeos, sin que consiguieran llegar a un acuerdo.
“En los últimos días, la canciller ha defendido a menudo el camino que ha tomado. Pero en esta hora [de entrevista] habló inusualmente claro sobre el tema que agita a toda Alemania”, escribe Annett Meiritz en Der Spiegel.
Preguntada por los rumores que la apuntan como finalista para el Nobel de la Paz que se anunciará este viernes. “Este debate casi me molesta. Puede creerme, estoy realmente ocupada. Y con mucha presión”, confesaba. Acoger a tantos refugiados en poco tiempo es la tarea más difícil desde la reunificación, llegó a decir la canciller, recoge Der Spiegel.
“No podemos cerrar las fronteras. Si se construye una valla, las personas buscarán otros caminos. No existe la [opción de poner un] tope a la acogida”, subrayó Merkel.
Tampoco se ha amilanado ante una carta abierta que han firmado 34 miembros de la CDU -incluido algún alcalde- en la que aseguran que su “política de puertas abiertas” a los refugiados no es legal; ni ante las críticas del CSU, el partido hermano de la CDU de Merkel en Baviera; ni tras sufrir el mayor bajón en una encuesta de popularidad en los últimos cuatro años (aún así sigue con un 51% de aprobación, según un sondeo reciente de la televisión pública ARD). “La gente debe saber quién es su canciller”, comentó Merkel cuando la entrevistadora le planteó por qué tanta firmeza en su política sobre refugiados.
De hecho, al ser preguntada si las críticas abiertas del presidente de Baviera (CSU), Horst Seehofer, le crispaban los nervios, respondió “¿Nervios? Eso no es una categoría”.
Alemania ha dicho públicamente en las últimas semanas que espera acoger a 800.000 refugiados este año, pero el diario Bild aseguraba al inicio de esta semana que la cifra que maneja en secreto la Administración alemana es de 1,5 millones, algo que no ha sido confirmada oficialmente y que la canciller resolvió así en la entrevista: “En este momento no es posible emplear cifras, pero es que da igual. Son muchos, muchos”. Pero añadió que que tiene un plan, que incluye la redistribución del dinero de ayuda al desarrollo a los países de origen de estos refugiados, lo que implicaría mayoritariamente a Siria. “Lo conseguiremos”, subrayó.