La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, tras salir de votar este domingo. Reuters

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, tras salir de votar este domingo. Reuters

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El Frente Nacional pierde en la segunda vuelta en todas las regiones francesas

Las fusiones de los socialistas con las listas minoritarias de izquierdas, la retirada de Hollande en tres regiones y los abstencionistas, han creado el cóctel anti-FN.

13 diciembre, 2015 20:08
París

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El Frente Nacional ha perdido los seis territorios que ganó en la primera vuelta. Los conservadores del expresidente Nicolas Sarkozy gobernarán siete regiones y los socialistas, del actual jefe de Estado François Hollande, que hasta ahora dominaban todas menos una, mantendrán cinco, lo que supone un resultado mejor de lo que les auguraban los sondeos hace unas semanas. En Córcega, sin embargo, pierden el Gobierno ante los nacionalistas moderados.

Tras los resultados del pasado domingo, una sonriente Marine Le Pen atendía a la prensa, a la que tan comúnmente suele mostrar su hostilidad. El 6 de diciembre, la presidenta del Frente Nacional no tenía tiempo para la cólera. Tenía, más bien, una victoria que celebrar: la de su formación, que por vez primera amenazaba con instalarse en el poder en seis de las trece regiones que constituyen desde agosto el nuevo mapa territorial de Francia.

El semblante de Le Pen el domingo ha sido diferente. Francia ha decidido vestir este escrutinio regional de un tinte presidencial, desplazándose a las urnas entre las dos vueltas para evitar que el resto del mundo vea a Francia como un país de extrema derecha.

"El país se divide ahora entre los mundialistas, partidarios de diluir a los franceses en el magma mundial, y los patriotas, que consideran que la nación es el mejor espacio para protegerles", clamó Le Pen, que animó a los franceses a unirse a su movimiento "por la libertad individual y colectiva".

Los resultados han dejado claro que las fusiones de los socialistas con las listas minoritarias de izquierdas, la retirada del partido de Hollande en el Norte, en la región de Provence y en el Gran Este y la movilización de los abstencionistas, han creado el cóctel anti Frente Nacional, arrebatando a Marine Le Pen todas y cada una de las seis regiones en las que llegó primera el pasado domingo.

Con más de seis millones de votos de confianza, la primera vuelta de las elecciones regionales posicionaba a la ultraderecha como primer partido de Francia, con 28,1% de los votos. Aquel día, uno de cada dos franceses se abstuvo, mientras que esta segunda cita con las urnas marcada por la posible consolidación del partido de Le Pen en al menos seis de las trece regiones del hexágono, ha conquistado a un importante porcentaje de abstencionistas: casi 60% de los franceses se han desplazado a los colegios electorales, frente a 50% en la primera cita con las urnas. En París, una de las ciudades en las que se podía votar hasta las ocho de la tarde, los franceses han continuado llegando a las urnas hasta el último minuto.

LOS SEIS OASIS DE LE PEN

Los resultados posicionan al candidato de Los Republicanos en cabeza de la región del norte con 57,21% de los votos, frente a 42,79% del Frente Nacional. Esta es una de las grandes decepciones de Marine Le Pen, donde fue la gran favorita de la primera vuelta con 40,6% de los votos. El domingo, Xavier Bertrand, que llegó segundo el pasado domingo con 24,9% de los votos, ha logrado movilizar a los electores socialistas, carentes de lista para esta segunda vuelta.

Marion Maréchal Le Pen, sobrina de Marine Le Pen, se anunciaba en el horizonte como la gran vencedora de su región, en Provence-Alpes-Côtes d'Azur. En cambio, la retirada de los socialistas a favor de una victoria de Los Republicanos ha dado sus frutos: Estrosi registra cerca de 53,74% de las voces, mientras que la joven candidata del Frente Nacional se queda a las puertas de la victoria con más de diez puntos de diferencia: 46,26% de los votos.

En Bourgogne-Franche-Compté, la candidata socialista Marie-Guite Dufay ha sido la encargada de derribar al partido de extrema derecha. En esta región, el Frente Nacional logró llegar en primera posición el 6 de diciembre, con 31,4%. Hoy su representante, Sophie Montel, deberá conformarse con el segundo puesto, como también ha sucedido en la región de Centre Val de Loire, donde el Frente Nacional logró 30,4% de las voces.

En Alsace-Champagne-Ardenne-Lorraine, los Republicanos llegan en cabeza con 48,40% de los votos, dejando al candidato del Frente Nacional en segundo plano, con 36,08%.

En Languedoc-Roussillon-Midi-Pyrénées, Carole Delga (Partido Socialista) se hace con la región con 44,8% de los votos, relegando a un segundo puesto a Louis Aliot, candidato del Frente Nacional.

EL VOTO ANTI-FN, UN 'FLASHBACK' A 2002

Alrededor de diez puntos de participación separan los dos escrutinios de estas elecciones regionales, una movilización que el electorado francés ya puso en práctica en otro momento histórico de su vida política. Debemos remontar al año 2002, durante la elección presidencial que enfrentó en la segunda vuelta a Jacques Chirac y a Jean Marie Le Pen, con 19,8% y 16,8% de las voces, para encontrar una brecha de estas características entre el primero y el segundo escrutinio. Tras registrar en la primera vuelta una participación de 71%, cerca de 80% de la población francesa se movilizó en 2002 para evitar que la extrema derecha llegara al Elíseo e hiciera realidad el que hoy sigue siendo el objetivo principal del partido: gobernar Francia.

SOCIALISTAS Y REPUBLICANOS, UNA VICTORIA COMPARTIDA

Durante la semana que ha separado la primera de la segunda vuelta de la elección regional francesa, Nicolas Sarkozy ha acentuado las divisiones ya existentes en su partido. Los Republicanos se vieron obligados a acatar las consignas de su presidente, evitando todo pacto con los socialistas para luchar contra el Frente Nacional, incluso en regiones en las que los resultados de la derecha tradicional anunciaban para este domingo una derrota definitiva de Los Republicanos. Tal es el caso del territorio de Languedoc-Roussillon-Midi-Pyrénées, donde Dominique Reynié mantenía su lista para esta segunda vuelta con tan solo 18% de los votos.

La discordia sembrada por la estrategia de Sarkozy fue tal que ni Xavier Bertrand (representante de Los Republicanos en Nord-Pas-de-Calais-Picardie), ni Christian Estrosi (Provence-Alpes-Côte d'Azur), ni la candidata en Île de France Valérie Pécresse han permitido que el expresidente participase en sus mítines entre las dos vueltas. El temor de estos representantes del partido, como el de muchos miembros del mismo, gira en torno a la imagen que Sarkozy insiste en mostrar de la formación en busca de las voces que el Frente Nacional ha logrado arrebatarle.

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, tras salir de votar este domingo. Reuters

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, tras salir de votar este domingo. Reuters

Los Republicanos tenían un relevante punto a su favor en estas elecciones: la impopularidad del partido de Hollande (aunque la suya propia ha aumentado entre los franceses desde los atentados de París). En cambio, la estrategia de Le Pen y los acontecimientos que han golpeado a Francia en noviembre han relegado a Sarkozy a un segundo plano en su propio terreno. Por este motivo, los temas de seguridad, identidad nacional e inmigración han vuelto entre las dos vueltas de las regionales a sus discursos, esperando recuperar así a algunos de sus electores desaparecidos.

Los Republicanos se han afianzado en Pays de la Loire y Auvergne-Rhône-Alpes, dos regiones en las que ya llegaron victoriosos en la primera vuelta. El partido de Nicolas Sarkozy arrebata a la extrema derecha tres territorios: Nord-Pas-de-Calais, Alsace-Champagne-Ardenne-Lorraine y Provence-Alpes-Côte d'Azur, en las que el Frente Nacional tenía la esperanza de gobernar. Estas regiones aplicaron la regla marcada por Hollande, que instó a retirar sus listas a los tres candidatos socialistas que llegaron terceros a la primera vuelta.

Esta movilización se convierte en el toque de gracia para el Frente Nacional, y marca el principio de un discurso de tono presidencial para el partido de Hollande; y es que este movimiento no fue en vano. El presidente de Francia esperaba con esta retirada desmarcarse de la actitud de Sarkozy y presentarse frente a los franceses como un partido dispuesto a sacrificarse para alejar a la extrema derecha del poder.

El Partido Socialista, al que las encuestas no daban ganador de más de dos regiones antes de la primera vuelta, ha logrado reunir las voces anti Frente Nacional en las regiones en la que llegó en segundo lugar. Aquitaine-Limousin-Poitou-Charentes, donde hoy ha logrado 44% de los votos, frente a 34% de Los Republicanos, y Bretaña, región en la que gobernará el ministro de defensa Jean-Yves Le Drian, que ha recibido más de 51% de los votos.

En la región Midi-Pyrénées-Languedoc-Roussillon, Carole Delga se ha hecho con el poder con un resultado que se aleja de toda duda: 44,8% de los votos han ido para el Partido Socialista, mientras que Los Republicanos solo han movilizado a la mitad, 22,2%.