Este jueves, los periodistas fundadores de EL ESPAÑOL Eduardo Suárez y María Ramírez han presentado su libro Marco Rubio y la hora de los hispanos (Ed. Debate) sobre la vida y trayectoria del candidato a las primarias del Partido Republicano de Estados Unidos.
Lo han hecho en la librería madrileña Tipos Infames, en compañía del politólogo Pablo Simón y el también periodista de este diario Jordi Pérez Colomé. “Creo que en España Estados Unidos es un gran desconocido”, ha dicho Simón. “Y este libro es una oportunidad fantástica para entender cómo funciona la política en Estados Unidos y el Partido Republicano”.
Rubio (Miami, Florida, 1971) es hijo de inmigrantes cubanos. Creció entre West Miami y Las Vegas. En Florida inició su carrera política. Se estrenó en el ámbito local, donde ganó votos con métodos, a veces, un tanto dudosos, como relata el libro. Luego se convirtió en presidente de la Cámara de Representantes del Estado y en 2010 dio el salto a la escena nacional. “Consiguió batir contra todo pronóstico a Charlie Crist, el hombre más poderoso del estado, en la carrera al Senado federal de 2010”, dice Suárez. “Probablemente fue una de las campañas con uno de los resultados más inesperados de la historia”.
Hoy, Rubio compite por la nominación del Partido Republicano a las elecciones presidenciales con figuras como el magnate Donald Trump o el también senador hispano Ted Cruz. Aunque las encuestas lo sitúan en tercera posición en las primarias, muchos consideran que Rubio tiene posibilidades de convertirse en el candidato republicano a la Casa Blanca. La contienda final será entre Rubio y Hillary Clinton, ha afirmado Colomé.
Junto con la historia personal del político, el libro cuenta además la historia de toda una generación de estadounidenses nacidos en el seno de familias hispanas. “Es una historia de lo difícil que es conseguir el sueño americano si formas parte de una minoría”, dice Ramírez.
En la siguiente entrevista, los autores de Marco Rubio y la hora de los hispanos hablan de cómo se gestó el libro, la figura de Marco Rubio, el papel del electorado latino en la política estadounidense y la vigente carrera presidencial.
¿Por qué Marco Rubio?
Ramírez: Escribimos un libro electrónico en 2012 con diez candidatos que creíamos tenían un futuro político prometedor. Y ya entonces elegimos a Marco Rubio como uno de los diez. Lo que nos llamó la atención de él fueron su historia, su personalidad, su capacidad retórica. Tenía algo claramente magnético y posibilidades de triunfar en Estados Unidos. Y, obviamente, el hecho de ser hispano, que es una de las barreras que le quedan por superar a la Casa Blanca.
¿Y por qué no Ted Cruz?
Suárez: Cruz es un personaje interesante también, pero tiene muchas diferencias con Marco Rubio: no sabe hablar español, no es hijo de una familia puramente cubana, su familia tiene muchos más medios económicos que la de Marco Rubio… Es un personaje muy diferente.
Marco Rubio, aunque es un político conservador en muchas de sus posiciones, la forma en la que argumenta su mensaje y su propia historia personal lo hace atractivo para un público más allá del republicano empedernido. Eso también nos ayudó a decidir que era una persona a la queríamos dedicar unos años de nuestra vida.
¿Cuál era la intención inicial del libro?
R.: Nos interesaba rascar un poco más en su historia. Intuíamos que había detalles interesantes y chocantes en su primera etapa política y en su ascenso en Florida, que es un sitio muy particular. La política local en Estados Unidos y en cualquier país es muy animada y tiene una parte siempre de corrupción y puntos oscuros e intereses y favores personales que queríamos explorar. No encontramos nada ilegal que hubiera hecho Marco Rubio, pero sí prácticas como poco dudosas en sus primeras carreras políticas.
Y nos interesaba también contar a través de él la historia de los hispanos en las últimas décadas, sobre todo, de la generación de Marco Rubio, una generación que ya nació en Estados Unidos, pero que todavía está muy ligada y ha crecido con la gente que llegó de Latinoamérica en los años 60 huyendo de regímenes autoritarios y la pobreza.
La familia de Marco Rubio es muy humilde y es un buen ejemplo del sueño americano “a medias”, porque sus padres llegaron bastante desesperados y vivieron por todo el país buscando fortuna. Es una historia de lo difícil que es conseguir el sueño americano si formas parte de una minoría.
Siempre nos pareció además que tenía puntos en común con Obama, que es la figura dominante y más atractiva en Estados Unidos en los últimos años.
¿Cómo ha ascendido Rubio políticamente?
S.: Es curioso, porque creo que la carrera política de Rubio ha tenido éxito porque ha sabido ganarse a políticos de Florida que no son hispanos. Hay otros políticos hispanos de Florida que han sido senadores y congresistas pero ninguno ha conseguido trascender la comunidad cubana. Así es como Rubio consigue ser primero presidente de la Cámara de Representantes de Florida y luego, contra todo pronóstico, batir a Charlie Crist, el hombre más poderoso del estado, en la carrera al Senado federal de 2010. Probablemente fue una de las campaña con uno de los resultados más inesperados de la historia.
Marco Rubio es un político muy oportunista. Es cierto que tiene unas convicciones conservadoras muy claras, pero es muy oportunista. En 2010, vio la ola del Tea Party y se subió a ella.
¿Y cómo va Rubio hoy día en la carrera presidencial? ¿Tiene posibilidades de convertirse en el candidato del Partido Republicano?
R.: El duelo inmediato para los caucus de Iowa y seguramente también en New Hampshire es Ted Cruz-Donald Trump. Pero luego vienen estados donde Marco Rubio tiene más posibilidades de conseguir delegados. Digamos que su oportunidad llega un poco más tarde. No sólo son estados en principio favorables a él, sino que además reparten muchos delegados. Con lo cual, si él no queda mal en Iowa o New Hampshire, tiene una oportunidad de conseguir la candidatura del partido.
Las campañas estadounidenses son muy impredecibles, eso es lo maravilloso que tiene Estados Unidos. Realmente puede pasar cualquier cosa.
S: Este año tenemos el factor Trump. Nadie esperaba hace un año que a estas alturas siguiéramos hablando de Trump. El electorado republicano está enfadado con los políticos. Ted Cruz está escondiendo bien que es un político profesional y se está presentando como una especie de segundo Trump. Y la incógnita es qué pasará con un candidato como Marco Rubio en una carrera así.
Por un lado, Marco Rubio es tan conservador como Ted Cruz en casi todo y yo diría que es más conservador que Trump en algunos aspectos. Y la pregunta es si el establishment republicano en algún momento empezará a agruparse en torno a un candidato capaz de parar a Trump o Cruz. En ese sentido yo creo que Rubio tiene algo a su favor: que Ted Cruz es muy odiado entre los propios republicanos. Además, Rubio es quien mejor puede hacer frente en las elecciones generales a Hillary Clinton.
R.: Sí, es más aceptable para el establishment que tiene miedo a Trump, aceptable para los republicanos porque su sustancia es conservadora y puede ser aceptable para el ciudadano medio por sus formas -su juventud, el hecho de ser hispano y su capacidad retórica y de parecer moderado aunque no necesariamente lo sea.
¿Qué papel desempeñará el electorado latino en estas elecciones?
R.: Cada vez son más, pero también siguen siendo los que más se abstienen. Es verdad que cada vez tienen más peso, pero todavía falta que haya un salto de población y de interés en el proceso político. Ahí está el reto de cualquier candidato, republicano o demócrata: movilizar a los hispanos.
¿Acaparará Rubio el voto hispano por el hecho de formar parte de este colectivo?
S.: No tiene por qué. Aunque tiene el arma del idioma, que es potente. Los hispanos, yo creo, votan a alguien con quien se puedan identificar. El hecho de tener a alguien que suene como tu hijo, a los hispanos les puede resultar atractivo. Marco Rubio sería un candidato muy potente en ese sentido. Para los republicanos sería un tesoro tener a un candidato que pueda hablar con los hispanos en su idioma.
¿Con qué habéis disfrutado más al escribir este libro?
R.: Estar en una trastienda de Florida hablando con el cacique local que nos contaba cómo le conseguía los votos a Marco Rubio cuando no era nadie. Esos momentos de conocer el microcosmos de Estados Unidos.