Luego de pasar cuatro meses encerrada en su mansión de la villa patagónica El Calafate, la expresidenta argentina Cristina Fernández viuda de Kirchner (2007-2012) volvió el miércoles al candelero político con un mitin multitudinario y mostró que conserva peso propio en la política de Argentina.
Unos 30 mil cristinistas se congregaron frente a los tribunales, en Buenos Aires, para respaldar a su jefa que declaró imputada de fraude durante su gestión. “¡Che gorila (antiperonista) no te lo decimos más si la tocan a Cristina qué quilombo (follón) se va a armar!”, bramaron.
Y al juez que la citó a declarar, Claudio Bonadio -un expolítico también peronista pero del ala menemista, enfrentada al ala kirchnerista- le dedicaron otro inspirado cántico: “Bonadio, la concha de tu madre, Cristina es del pueblo y no la toca nadie”.
Esos cánticos se colaron por los ventanales del edificio e invadieron el despacho del juez, generando un acompañamiento coral de los manifestantes. La ex jefa de Estado y el magistrado ni siquiera se saludaron ni cruzaron miradas en ningún momento de la audiencia de indagatoria, según confiaron funcionarios judiciales a EL ESPAÑOL.
Bonadio la acusó de supuesto fraude en las operaciones de ventas de divisas a futuro por parte del Banco Central durante los meses finales del Gobierno de Fernández. La imputación también alcanzó al entonces ministro de Economía Axel Kicillof.
Pero Fernández se defendió de las acusaciones argumentando que las operaciones bancarias "fueron llevadas a cabo legítimamente” y reivindicó que se buscó proteger "el valor de la moneda, ya que su depreciación produciría los efectos más desfavorables sobre la actividad económica"
En el escrito de descargo, consideró que se trata de una "una falsa denuncia”. Incluso llegó a definir a la imputación como una “operación mediática y judicial” pergeñada por el actual Gobierno del presidente Mauricio Macri “con la complicidad” del juez para “plantar una causa penal” y que “se me prive de la libertad”.
“No les tengo miedo. Afrontaré este proceso y cualquier otro que quieran fabricarme. Fue decisión explicitada públicamente no tener fueros que me hubieran colocado en una posición de privilegio en relación a la de cualquier otro ciudadano", se enorgulleció.
Antes de retirarse del juzgado sin responder preguntas –un derecho constitucional- no se privó de enrostrar a Bonadio su "grado de incompetencia" como juez y hasta le recordó el “poco éxito” que tuvo cuando se dedicó a la política en el partido peronista, pues llegó a subsecretario de Estado mientras que ella alcanzó la Presidencia de la República.
A la salida de los tribunales y subida a un escenario montado sobre la avenida Comodoro Py, Cristina Fernández terminó envuelta por una ovación de la multitud que la esperaba desde hacía horas bajo la lluvia. “Me pueden citar 20 veces más a los juzgados, me pueden meter presa, pero lo que no pueden es hacerme callar", arengó.
DISCURSO DE CAMPAÑA
Y a partir de allí se concentró en un discurso típico de campaña electoral, como si amagara a perfilarse a candidata a algún cargo electivo. Según la prensa bonaerense, podría postularse a senadora en las legislativas de 2017, paso previo a una eventual candidatura presidencial para el mandato 2019-2024
Al presidente Macri le enrostró “el escándalo internacional” de que aparezca en las portadas de periódicos de medio mundo por participar en una sociedad offshore, tema que destaparon los papeles de Panamá. "Se la pasaron buscando la ruta del dinero Kirchenr y al final encontraron la ruta del dinero M (acri)”, ironizó.
Y lo criticó por lo que llamó “calamidades” del actual Gobierno. “En la campaña dijo que no iba a devaluar, no iba a echar, no iba a haber ajustes”, ironizó. También convocó a los argentinos a forjar un “frente ciudadano” ante “el retroceso que se vive” y para “reclamar los derechos que les están arrebatando".
Si es cierto que Bonadio pretendía infligir algún daño de imagen a su exadversaria en el peronismo parece haber conseguido el efecto contrario: Cristina Fernández monopolizó la atención de todas las emisoras de televisión y radio. A la misma hora, el presidente Macri habló en un acto en el norte de Argentina y ningún medio de comunicación lo cubrió en tiempo real.