Dos chicos sirios de 14 y 15 años residentes en Therwil (cantón de Basilea) se sentían incómodos con la costumbre suiza estrechar la mano a los profesores cuando se trataba de una mujer. Explicaron que ellos sólo debían dar la mano a mujeres de su familia y se armó el revuelo.
A principios de abril saltó a los medios de comunicación, el debate estaba servido y asociaciones suizas salieron pidiendo que se adaptaran a las costumbres del país. Ahora ha trascendido la decisión de las autoridades migratorias de dejar en suspenso el proceso de nacionalización de los chicos y su familia.
Por su parte, el centro escolar ha permitido a los chavales poder prescindir del saludo estrechando la mano, pero las autoridades suizas han suspendido su proceso de nacionalización, informa la BBC.
"Esta regla rompe con nuestras tradiciones y es discriminatoria contra las mujeres. No queremos volver a la Edad Media", manifestó Isabella Oser, miembro de la dirección de la asociación de profesores de Bâle-Campagne en la versión suiza del diario 20 Minutos.
Uno de los principales imanes del país se pronunció en los medios apoyando la decisión de los niños y algunos no lo entendieron. "Precisamente el presidente que se supone liberal de la Federación Islámica no se ha distanciado de la negativa a estrechar la mano en las escuelas", escribió un sorprendido redactor jefe del periódico Schweiz am Sonntag, Patrick Müller. El imán en cuestión, Montassar Bemrad, había declarado según Müller a una pregunta sobre si se debía aceptar la negativa de alumnos a estrechar la mano de su profesora que "más bien diría que no; por otro lado, si alguien dice esas cosas, hablaría con él".
Otras asociaciones musulmanas de Suiza han defendido que no existe justificación religiosa para la decisión de los chicos y ha pedido a las autoridades no ceder ante lo que consideran peticiones "extremistas", recoge la BBC.
Abdelaziz Hammoui, presidente del Centro Cultural Islámico de Valencia e imán, confirma a EL ESPAÑOL que es una costumbre extendida entre los musulmanes evitar estrechar la mano a mujeres externas a la familia, pero matiza:
"El islam engloba todo: aspectos culturales, sociales y religiosos. Esto está más en el plano cultural que en lo puramente religioso". Y añade que no estrechar la mano a una mujer no perteneciente al círculo familiar "en parte es así".
¿El motivo? Para Hammaoui no tiene mayor misterio: "En el mundo hay distintos modos de saludar. En gran parte del mundo musulmán y oriental en general el saludo entre hombre y mujer se realiza sin contacto físico. Agachando un poco la cabeza o hay quien pone la mano en el corazón".
Pide que la adaptación a las costumbres sea mutua: "Vivimos en sociedades plurales y tenemos que acostumbrarnos a otras formas de hacer las cosas diferentes a las nuestras. Yo creo que no es para tanto. Generalmente suele ceder el que menos sacrificio o esfuerzo debe hacer para sentirse cómodo".
Hammaoui avisa de un elemento crucial a la hora de dar la noticia: "Creo que con esto lo único que se hace es crear más islamofobia y alimentar más la radicalización, porque cuando salen estas noticias [los terroristas] aprovechan para ganar más adeptos para su teoría de que Occidente no los quiere".
El cantón de Basilea ha pedido la opinión legal de un experto para resolver la situación, según la BBC, y un portavoz ha dicho que el proceso de "naturalización" de la familia ha quedado en suspenso, aunque ha defendido que estas pausas son habituales en estos procesos. El padre de los chicos es un imán que se mudó a Suiza en 2001 y le concedieron el asilo.