Jo Cox llevaba tres meses recibiendo correos electrónicos amenazadores, informa este viernes el diario británico The Times. El autor de los mensajes no era Thomas Mair, el "solitario" hombre de 52 años que al parecer tenía problemas mentales y está acusado de haber asesinado este jueves a la diputada laborista.

La policía estudiaba incrementar la protección personal de Cox. Por el momento, no se ha aclarado si existe relación con el trágico suceso que, según testigos, cometió Mair al grito de "Gran Bretaña primero".

La seguridad adicional de la carismática diputada, que no se había llegado a incrementar, se habría implantado en su distrito electoral -lo que habría incluido Birstall, la localidad donde fue asesinada- y en su casa-barco sobre el río Támesis en Londres, informa el diario británico.

Por otra parte, la policía de Devon y Cornwall ha informado de que ha arrestado a un hombre de 37 años por una llamada telefónica amenazante a otro diputado laborista, Ben Bradshaw, recoge The Guardian.

"Una llamada amenazante al diputado Ben Bradshaw fue registrada en el contestador de su despacho. Su oficina contactó con la policía".

La política era muy activa en la campaña a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea cuando perdió la vida tras varios tiros y puñaladas a una semana del referéndum del brexit 

Jo Cox estaba casada y tenía dos hijos pequeños. Era diputada desde hace escasamente un año, tras una carrera dedicada a la cooperación internacional y la ayuda humanitaria en ONG como Oxfam y Save the Children.

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