Thomas Mair, el presunto asesino de Jo Cox, compareció este lunes por primera vez en el Tribunal penal central de Londres, en Old Bailey, donde será juzgado por el asesinato de la política laborista. Mair, c ha comparecido a través de una vídeo conferencia desde la prisión de Belmarsh, donde está recluido. El juez se limitó a confirmar y le ha ha preguntado si era Thomas Mair. “Sí, lo soy”, respondió el acusado.
El abogado de Mair, Keith Allen, dijo que su cliente no quería pedir la libertad bajo fianza. El acusado permanecerá bajo custodia hasta este jueves cuando deberá volver a comparecer siguiendo los protocolos de terrorismo previos a la vista que empezará la semana que viene. Mair está acusado con los cargos de asesinato, causar daños graves en un cuerpo, posesión de arma de fuego, intento de cometer una ofensa procesable, y posesión de un arma ofensiva.
Thomas Mair ya compareció este sábado en los magistrados de Westminster donde fue acusado formalmente por el crimen de la diputada laborista Jo Cox y cuando fue preguntado por su nombre, respondió “Me llamo muerte a los traidores y libertad para el Reino Unido”, una declaración que confirmaría su vinculación con la extrema derecha y el móvil político del asesinato.
Thomas Mair tiene un largo historial de trastornos mentales. Hacía 40 años que vivía en la misma casa y había sido descrito por los vecinos de Birstall como solitario e introvertido, un tipo muy raro que se ganaba la vida como jardinero y vivía “aislado socialmente y desconectado de la sociedad” y estaba siendo tratado por depresión. La policía está investigando sus vínculos con la extrema derecha. Una ONG de Estados Unidos que se dedica a seguir el rastro de grupos extremistas encontró vínculos entre Mair y el grupo neonazi estadounidense Alianza Nacional, al que compró manuales de fabricación de armas caseras y de explosivos en 1999. Era suscriptor también una publicación online de Springbok, organización racista que defiende la supremacía blanca en Sudáfrica y que se posicionó a favor del ‘brexit’. Según la prensa británica, la policía habría encontrado uniformes y literatura nazi en su casa.
El presunto asesino disparó tres veces a la política el pasado jueves y la apuñaló cuando estaba en el suelo después de gritar “Gran Bretaña primero”, según el testimonio de algunos vecinos. Jo Cox, de 41 años, salía de una reunión con sus votantes en Birstall, en el norte de Inglaterra. Era una parlamentaria muy querida y enfocada a la ayuda humanitaria, que tenía dos niñas de 3 y 5 años. Defensora de los derechos de los inmigrantes, de los refugiados sirios y de las mujeres, Cox hacía campaña por la permanencia en Europa. Su asesinato ha conmocionado al país. La campaña del referéndum quedó suspendida durante tres días. Este lunes el Parlamento le rindió un emotivo homenaje.