Los clientes del bar guardan silencio. Están pendientes de una conexión en directo que se está grabando a 10 metros de la puerta del local, ahí mismo, en la plaza. El reportero habla de Jo Cox, la diputada asesinada este jueves un par de calles más abajo. Gruñen cuando aparecen las imágenes en la pantalla de David Cameron y Jeremy Corbyn rindiéndole homenaje cerca del lugar del trágico suceso el viernes.
“Donde veamos odio, donde veamos división, donde veamos intolerancia, debemos apartarlo de la política y de la vida pública y sacarlo de nuestras comunidades”, dice el primer ministro.
Los vecinos de Birstall desfilan por las noticias desde la tarde de ayer, después de que Thomas Mair, de 52 años, disparase y apuñalase según los testigos a la política laborista en esta pequeña localidad del norte de Inglaterra. Era casi la una de la tarde y la diputada iba a reunirse con un grupo de vecinos en la biblioteca.
La policía confirmó en la tarde del viernes que el ataque no sucedió después de la reunión, sino antes. “Jo llegó con dos compañeros en un vehículo y mientras se dirigía a la biblioteca, en la que tenía programado un encuentro, fue atacada. Un hombre de 77 años intervino para ayudar a Jo y fue herido gravemente en el abdomen, aunque continúa estable en el hospital”, informaron a través de un comunicado.
Los primeros policías llegaron al lugar quince minutos después de ataque. A las dos de la tarde, Cox fallecía en el hospital de Leeds, donde había sido trasladada en helicóptero.
La policía de West Yorkshire no lo anunció hasta las cinco de la tarde (hora local). Para entonces, Thomas Mair ya había sido detenido gracias a las declaraciones de varios testigos.
Todos los partidos cancelaron los actos relacionados con la campaña del referéndum del próximo 23 de junio, incluido el mitin que tenía previsto David Cameron en Gibraltar.
Los investigadores han registrado la casa de Mair, una vivienda social en la que vivía solo, en busca de pruebas. Un testigo declaró a la BBC que durante el ataque gritó “put Britain first” (pon a Gran Bretaña primero) o “Britain First” (nombre de un partido de la extrema derecha británica que el jueves se desvinculó de la agresión en un vídeo).
La relación del sospechoso con la extrema derecha es “la línea principal de la investigación” en este momento, según ha declarado Dee Collins, de la policía de West Yorkshire. “El sospechoso sigue en custodia y ha sido examinado por dos especialistas médicos que han determinado que está en condiciones de ser interrogado, así que los detectives continuarán haciéndolo durante el día”.
Los vecinos del presunto asesino se han quedado mudos de repente. Ya han respondido demasiadas preguntas
El barrio en el que vivía Thomas Mair, en la cima de una colina, está a unos quince minutos del lugar en el que disparó a la diputada. Para llegar desde su casa hasta la biblioteca basta con dejarse llevar cuesta abajo por un par de carreteras.
Algunas casas tienen banderas de Inglaterra en las ventanas. El equipo nacional vencía a Gales al tiempo que Jo Cox fallecía el pasado jueves.
El sol asoma ratos como un disco blanco y molesto, como un halógeno. Un grupo de niños está detenido frente a una zona acordonada. Pululan mientras llega un equipo de televisión.
Hay un doble perímetro: uno cercando la vivienda de Mair y otro que abarca un radio más amplio de unas diez casas. Dos policías hacen guardia en la puerta. Los vecinos se han quedado mudos de repente. Ya han respondido demasiadas preguntas.
Un poco más adelante hay un pequeño supermercado. El dueño, Mr. Singh, asegura que no conocía a Mair. “Lo había visto alguna vez solo, arreglando el jardín de algún vecino, pero nada más”. No cree que la muerte de la diputada vaya a cambiar el voto de los británicos en el referéndum, cuya campaña está suspendida por el momento.
Nicola J., de 41 años, vive en la misma calle. “A él no le conocía, sólo llevo aquí un año y medio. A ella sí, de las surgeries [encuentros de los diputados con los ciudadanos]. Se hablaba de problemas cotidianos, de cosas que iban mal en el condado… Tenía opiniones distintas a las mías, pero cada uno es libre”.
La casa de Nicola está decorada con banderas de Gran Bretaña y en la ventana tiene un cartel que pone Vote Leave. “Espero que gane”, dice. “Aunque lo que ha ocurrido sí puede cambiar la opinión de alguna gente. Creo que van a apoyar más el Remain. Ya sabes, han estado apareciendo cosas desagradables en las redes sociales y en las noticias”, dice refiriéndose a los medios que han vinculado los mensajes eurófobos de la campaña del Leave con el interés de Mair por la extrema derecha.
Su hermano Scott aseguró el jueves a la prensa británica que “tenía antecedentes de enfermedad mental pero recibía ayuda” y que no parecía interesado en cuestiones políticas o ideas racistas.
En la mañana del viernes, el diputado laborista Barry Sherman llevaba un pin con la palabra 'IN' (DENTRO) en la solapa de la americana. Las letras estaban decoradas con los colores de la bandera británica. Horas después se lo había retirado. “Lo tenía puesto en el traje de un día anterior. Alguien me ha avisado de que lo llevaba puesto. Hoy no es día para hablar del referéndum. Ahora no estoy de campaña. No haré campaña hasta el lunes”, sostiene. Mientras se marcha, añade: “Pero va a ganar el IN (permanecer en la UE)”.
Noticias relacionadas
- Flores para Jo Cox: "Los fascistas se alimentan del miedo. Dadles vuestro amor"
- Thomas Mair, el solitario de ultra derecha que mató a Jo Cox
- Jo Cox, la diputada que emanaba energía y entrega a los demás
- Cameron y Corbyn se unen para rendir homenaje a la diputada asesinada Jo Cox
- Jo Cox había recibido amenazas y la policía estudiaba incrementar su seguridad personal
- El asesinato de la diputada laborista rompe el 'brexit' y el 'show' de Cameron en Gibraltar