En una guerra los principales damnificados siempre son los niños, que representan a la población más frágil e indefensa de un país. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció este miércoles que al menos 96 niños han muerto y otros 223 han resultado heridos desde el viernes en el este de la ciudad siria de Alepo.
Después de cinco años de guerra, la ciudad de Alepo ha quedado totalmente devastada y sus calles se han convertido en un territorio fantasma. Este conflicto se ha llevado por delante la vida de más de 300.000 personas y ha dejado por el camino a cinco millones de refugiados que buscan instalarse en los Estados vecinos o en países occidentales.
El director adjunto de Unicef, Justin Forsyth, tras conocer estas cifras estremecedoras ha dicho que "nada puede justificar este tipo de ataques contra menores y este total menosprecio por la vida humana. El sufrimiento y el impacto que está teniendo en los menores es definitivamente lo peor que hemos visto".
El sistema sanitario "desmoronado"
El responsable de Unicef lamentó en un comunicado que los niños de Alepo estén atrapados en una "auténtica pesadilla" y añadió que "no hay palabras para describir el sufrimiento que están experimentando".
Forsyth advirtió de que el sistema sanitario en la zona oriental de la ciudad Siria se está "desmoronando" porque solo quedan unos treinta médicos y casi no hay equipamientos ni medicinas para atender a los heridos.
158 ataques tras el fin de la tregua
El Ejército sirio, apoyado por aviación rusa, reanudó el pasado jueves una ofensiva contra las zonas en poder de los rebeldes, ubicadas en el este de Alepo, días después del fin de una tregua de una semana en toda Siria.
Estados Unidos denunció el domingo ante el Consejo de Seguridad de la ONU que en 72 horas aviones militares rusos y sirios lanzaron al menos 158 ataques aéreos contra el este de Alepo, en una ofensiva que la embajadora estadounidense, Samantha Power, consideró "sin precedentes".