Por qué Trump y Kim Jong-un eligen Singapur para su histórica cumbre
- La seguridad, la neutralidad y la localización del país, algunas de las claves.
- La reunión entre Trump y Kim será el 12 de junio.
- El avance en Corea da aire a Trump para aplicar la 'tesis Pompeo'.
"La esperada reunión con Kim Jong-un tendrá lugar en Singapur el 12 de junio. ¡Ambos trataremos de convertirlo en un momento muy especial para la paz mundial!". Como no podía ser de otra forma, Donald Trump recurrió a un mensaje de Twitter para anunciar una noticia histórica. El cara a cara entre el presidente estadounidense y el líder supremo norcoreano ya tiene fecha y lugar concreto. La ciudad-Estado situada en el norte de la Península de Malasia inmortalizará un apretón de manos impensable hace tan solo unos meses. Pero... ¿por qué los equipos de ambos mandatarios se han decantado finalmente por reunirse en la excolonia británica?
Son varias las singularidades que convierten a Singapur en la sede ideal para la primera reunión de la historia entre un presidente de EEUU y su homólogo de Corea del Norte. En primer lugar, la posición de neutralidad de la ciudad -y del país-. Tradicionalmente, Singapur ha sido un importante aliado de Estados Unidos en el continente asiático y le ha permitido utilizar la base naval de Changi para atracar sus barcos de combate y portaaviones que operan en el Océano Índico. Por su parte, Pyongyang tiene en esta ciudad-Estado una de sus 47 embajadas abiertas por todo el mundo.
La seguridad es otro factor clave de la cumbre, especialmente para el bando estadounidense, que prima la protección del presidente Trump por encima de cualquier otra cosa -de ahí que se haya descartado la Zona Desmilitarizada entre la dos Coreas-. Y Singapur ofrece una excelente respuesta en este sentido, según han manifestado varios expertos. En su historial se recogen reuniones entre líderes internacionales al más alto nivel que se desarrollaron entre un gran secretismo, como la mantenida entre el presidente de China, Xi Jinping, y su homólogo taiwanés, Ma Ying-jeou, en noviembre de 2015.
Precisamente esta cumbre se celebró en el Hotel Shangri-La, situado en un frondoso barrio de la metrópolis, y donde cada año se celebra el foro de seguridad más importante de la región. Este edificio, que ya empieza a salir en las quinielas como la localización exacta del encuentro entre Kim y Trump, cuenta, por lo tanto, con una prominente experiencia en la organización de este tipo de eventos. Singapur también es un país con una economía mucho más capitalista y liberal que sus vecinos de la zona.
El último de los motivos por los que se ha elegido Singapur puede ser también su localización, a unos 5.000 kilómetros de Pyongyang. Algunos analistas de seguridad han señalado en las últimas semanas su preocupación sobre la posible deficiencia de recursos aéreos norcoreana para desplazarse a una localización lejana. No obstante, esta hipótesis ha perdido un poco de fuerza esta semana tras el último viaje de Kim -en un avión de la compañía norcoreana Air Koryo, según informaron medios locales- a la ciudad China de Dalian, donde se vio las caras por segunda vez con Xi Jinping.
Lo cierto es que las negociaciones entre EEUU y Corea del Norte desde que los mandatarios de estos países se mostrasen dispuestos a sentarse en la misma mesa han ido sobre ruedas, empezando por el anuncio del régimen norcoreano de suspender las pruebas de misiles balísticos hasta la liberación este miércoles de tres ciudadanos estadounidenses retenidos en el país asiático como prisioneros de guerra. Incluso un alto cargo del Gobierno de Trump, el secretario de Estado Mike Popmpeo, se desplazó hasta Pyongyang para negociar en persona las condiciones del encuentro de su presidente con el líder supremo.
Y así se ha llegado a la cumbre histórica. Mientras Trump tensa la cuerda al máximo con Irán, despliega una política de apaciguamiento en Asia y tiende la mano al "honorable" Kim Jong-un para colgarse el que sería el mayor logro de su presidencia: la completa desnuclearización del régimen norcoreano.