Megajuicio contra 1.300 fieles de Jair Bolsonaro por el intento de golpe de Estado en Brasil en enero
El Supremo Tribunal Federal de Brasil analiza desde este martes y hasta el 24 de abril una primera oleada de casos: los 100 seguidores de Jair Bolsonaro que están en prisión por participar en los actos golpistas.
19 abril, 2023 02:46Noticias relacionadas
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La Plaza de los Tres Poderes de Brasilia -que aúna los edificios del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial- sufrieron el 8 de enero del 2023 un asalto masivo de más de 1.300 simpatizantes del expresidente del país, el ultraderechista Jair Bolsonaro. El exmandatario está acusado de inspirar los hechos en lo que se considera un intento de golpe de Estado para subvertir el resultado de las elecciones presidenciales, que dieron una estrecha pero definitiva victoria al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Son 294 participantes -86 mujeres y 208 hombres- los que continúan entre rejas. A partir de este martes, el Supremo Tribunal Federal de Brasil empieza a revisar las denuncias de la Fiscalía contra 100 de ellos. Esta primera oleada de casos del macrojuicio se celebrará hasta el próximo lunes a través desesiones virtuales.
La mitad de ellos fueron acusados de daños a la propiedad y participación en un intento de golpe de Estado. A los otros 50 los arrestaron por asociación delictiva e incitación al crimen tras instalar un campamento frente al cuartel general del Ejército en Brasilia aquel 8 de enero. Si el Supremo aceptase las denuncias de la Fiscalía se abriría el proceso penal contra esas 100 personas.
Al mismo tiempo, continúan en marcha los procesos judiciales contra el expresidente Jair Bolsonaro, despojado de su inmunidad después de que la Justicia ordenase el pasado viernes interrogar al líder ultraderechista en un plazo de 10 días por su presunto papel como instigador del asalto a los tres poderes en Brasil.
De acuerdo con el Supremo Tribunal Federal de Brasil, fueron detenidas 2.151 personas, de las cuales 745, en su mayoría ancianos y mujeres con niños menores de 12 años, fueron liberadas inmediatamente. Los 1.406 detenidos restantes fueron paulatinamente liberados en virtud de las decisiones del Supremo.
¿Qué pasó el 8 de enero en Brasilia?
Según el diario The Washington Post y venían avanzando con antelación algunos medios brasileños, el ataque de Brasil se orquestó en Internet en un episodio reaccionario de la historia reciente que recuerda al asalto al Capitolio de EEUU. En las semanas previas a la tarde del domingo 8 de enero, redes sociales como WhatsApp, Facebook, Instagram, ByteDance, TikTok o Twitter se inundaron en mensajes y llamamientos de al menos 10.000 cuentas distintas para atacar infraestructuras esenciales bajo el lema Festa da Selma, un juego de palabras que evoca a la expresión fiesta con grito de guerra.
Las llamadas Caravanas de la Libertad, organizando las acciones desde un grupo de Telegram, recogieron a partidarios reaccionarios de Jair Bolsonaro de al menos seis estados brasileños para reunir a unos dos millones de personas. Uno de los canales de la misma red social, vinculado a la extrema derecha, incluso alojaba un vídeo -ya retirado por las autoridades- que pedía el asesinato de los hijos de los partidarios de Lula da Silva.
El asalto al Congreso, la Presidencia y el Supremo solo se resolvió después de cuatro horas y media de desconcierto, cuando los agentes antidisturbios cargaron y lanzaron gases lacrimógenos contra los exaltados que se encontraban dentro de las instituciones y en sus inmediaciones.
Un día después del asalto a los tres poderes, la Corte Suprema de Brasil apartó de su cargo al gobernador del Distrito Federal de Brasilia, Ibaneis Rocha, por 90 días, así como a su secretario de Seguridad, Anderson Torres, quien además había ejercido como ministro de Justicia de Bolsonaro entre 2019 y 2022. El razonamiento con que jusmtificó ambas decisiones fue que tal escalada violenta "sólo podía ocurrir con la anuencia y hasta la participación efectiva" de las autoridades de seguridad e inteligencia.
¿A qué cargos se enfrenta el expresidente?
Fue el 14 de enero cuando la Fiscalía General autorizó investigar a Jair Bolsonaro, que volvió a Brasil el pasado 30 de marzo tras permanecer tres meses en Estados Unidos, considerado autor intelectual del asalto a los tres poderes. Con estas diligencias se pretende esclarecer su papel en el episodio violento de sus partidarios más radicales, que buscaban derrocar a Lula da Silva.
La Fiscalía argumenta que Bolsonaro, un nostálgico defensor de las dictaduras militares de derechas, compartió un vídeo el 10 de enero que cuestionaba el resultado de los comicios, lo que supondría una "incitación pública a la práctica del crimen", a pesar de eliminarlo horas después.
Pero, además, se enfrenta a otra investigación por haber recibido valiosísimas joyas de Arabia Saudí, valoradas en total en más de 3 millones de dólares. En concreto, recibió tres paquetes de joyas entre 2019 y 2022 de los cuales incorporó dos a su acervo privado sin pedir autorización y el tercero fue interceptado en la aduana de Brasil cuando un asesor trató de introducirlo en el país.
En sus primeras declaraciones a su vuelta de Estados Unidos, el líder de la extrema derecha se ha ofrecido a "colaborar con quienes así lo deseen" y explicar "sin problema" las joyas y resto de regalos que recibió de la monarquía de Arabia Saudí. También ha sugerido que el resultado de las elecciones de 2022 fue "bastante ajustado".
¿Qué fue de Jair Bolsonaro estos meses?
Tras las elecciones presidenciales del 30 de octubre, Bolsonaro minimizó sus actos públicos y se refugió en la residencia oficial mientras sus seguidores más radicales bloqueaban algunas de las principales carreteras del país o promovían disturbios en la capital días antes de la toma de posesión de Lula da Silva.
A dos días de que terminase su mandato, a finales de diciembre, se trasladó a Florida supuestamente por vacaciones y sin fecha de vuelta prevista, saltándose el protocolo de traspaso de poder. En su lugar, tras jurar su cargo como presidente en el Congreso el 1 de enero del 2023, Lula da Silva recibió la banda presidencial en manos del líder indígena brasileño y ambientalista Raoni Metuktire, conocido como el Jefe Raoni.
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Una semana después, cuando se producía el asalto a los tres poderes de los partidarios de Bolsonaro, la comunidad internacional rechazaba los acontecimientos mientras, desde Florida, el expresidente se mantenía en silencio durante horas. Finalmente, y sin reconocer abiertamente su derrota en las elecciones, el capitán retirado del Ejército rompió el silencio para defenderse de las acusaciones y condenar los hechos, aunque de forma tibia: "A lo largo de mi mandato, siempre estuve dentro de las cuatro líneas de la Constitución y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad".