“¡Vamos a rodear el Congreso! La paz no se nos puede escapar”. Se trata de uno de los mensajes de la iniciativa colombiana para cercar el Parlamento amparada bajo el lema #SoyVeedor (soy observador). Empezando este martes y hasta que termine el proceso para aprobar el nuevo acuerdo con las FARC -previsiblemente el jueves-, varias organizaciones de jóvenes se congregan ante el Capitolio en Bogotá para vigilar la refrendación del nuevo documento, que, a diferencia del primero, se ratificará a través del Legislativo en lugar de convocar un referéndum.
“Cuando dijeron que la refrendación iba a ser vía Congreso, sentimos que teníamos que hacer algo”, cuenta a EL ESPAÑOL Daniela Amaya, directora de Sinestesia ONG, uno de los grupos convocantes. “Los congresistas han perdido legitimidad frente al pueblo colombiano y nosotros vamos a cumplir un papel de veedores [observadores] para darle legitimidad a ese acuerdo obligando a todos los congresistas a que voten, a votar por el 'sí' o por el 'no', pero que la votación sea legítima”.
Un grupo de activistas informa desde dentro del Congreso de lo que sucede y señala, por ejemplo, a aquellos legisladores que llegan tarde. Afuera los manifestantes marcan unas siluetas de cartón con la cara de cada parlamentario para mostrar a la ciudadanía qué ha votado cada legislador o quién no ha participado. Los organizadores cuentan con unos 200 voluntarios en el Congreso este martes y esperaban convocar a unas 1.000 personas para realizar una cadena humana durante la votación.
Los convocantes aseguran que se pondrán en contacto con los que no participen en el proceso para presionarlos. Asimismo, aseguran que el lunes entregaron 268 cartas -una por cada miembro de la Cámara de Representantes o senador- en el Congreso bogotano. La misiva, firmada por los grupos Acuerdo Ya, Movimiento Estudiantil Paziempre, y Sinestesia, lee: “Sin importar cuál sea su posición, la ciudadanía le exige participar activamente en el debate y tomar parte de esta votación tan relevante”.
Sin importar cuál sea su posición, la ciudadanía le exige participar activamente en el debate y tomar parte de esta votación tan relevante
Hay quien piensa que el Congreso, dominado por los partidarios del pacto de La Habana, no puede ratificar el acuerdo. Es la postura del Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe, que opina que deben ser los ciudadanos los que valoren el nuevo acuerdo por medio de un mecanismo de democracia directa. En una entrevista la semana pasada con EL ESPAÑOL, la senadora uribista Charo Guerra afirmó que “el Congreso no está facultado, estaría prevaricando si votara este acuerdo” y que, por tanto, los suyos no votarían en el Parlamento y buscarían una fórmula de refrendación popular.
Amaya, de Sinestesia, afirma que no hay representantes del 'no' entre los convocantes de la iniciativa #SoyVeedor pero que hay diversidad de opiniones y lo que busca la campaña es asegurarse de que todos los parlamentarios participen votando y de que la ciudadanía siga el proceso. “Lo importante acá es la legitimidad de este acuerdo, no en términos de su contenido, sino en términos de que todo el mundo se comprometa a una salida negociada”, afirma Amaya, quien personalmente considera que el nuevo documento es inclusivo, pero preferiría que se ratificara en las urnas.
El Senado ha sido el primero en debatir el acuerdo y lo ha aprobado por mayoría con la abstención de la bancada uribista. La pelota pasa ahora a la Cámara de Representantes, explicaron a este diario fuentes del Congreso.
El debate en el Senado comenzó con sólo 40 legisladores de 102, afirman desde la iniciativa #SoyVeedor. Poco a poco fueron llegando más senadores para escuchar las intervenciones de portavoces del 'sí', como la víctima del conflicto Yolanda Pinto o el jefe negociador del Gobierno, y del 'no', como el representante de las iglesias cristianas Jhon Milton Rodríguez o la víctima Sofía Giraldo.
El Ejecutivo de Juan Manuel Santos confía en sacar adelante el acuerdo por la vía representativa después de haber sido derrotado en la participativa el pasado octubre. La refrendación en el Congreso requiere menos tiempo y menos riesgos que convocar un nuevo plebiscito. Una vez ratificados, el procedimiento ordinario para desarrollar la legislación necesaria para implementarlos puede demorarse muchos meses y Colombia celebra elecciones en 2018.