Un conato de sublevación militar en un fuerte del Ejército a 160 kilómetros de Caracas ha elevado este domingo la escalada de tensión que atraviesa Venezuela desde que Nicolás Maduro impusiera una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar las reglas de juego del orden constitucional.
Diosdado Cabello, número dos del chavismo y mano derecha del presidente venezolano, fue el primero en alertar del “ataque terrorista” en el Fuerte Paracamay, cerca de la ciudad de Valencia, y se apresuró a través de su cuenta de Twitter en restar importancia al incidente, dar por controlada la situación y hablar de “absoluta normalidad” en el resto de unidades militares del país.
Un vídeo difundido por el líder de este rebelión, el capitán desertor Juan Caguaripano, adelantaba las motivaciones de la intentona golpista: “Nos declaramos en legítima rebeldía para desconocer la tiranía asesina de Nicolás Maduro. Aclaramos que esto no es un golpe de Estado. Esta es una acción cívica y militar para restablecer el orden constitucional y para salvar al país de la destrucción total”.
El comandante general del Ejército, Jesús Sánchez Chourio, compareció pocas horas después en el mismo lugar del incidente para escenificar una “victoria” de las tropas leales al chavismo y ofrecer mínimos detalles de lo ocurrido a los medios de comunicación: “Ha sido un ataque paramilitar mercenario contra la paz, pero nos encontraron unidos como un roble”, proclamó.
Civiles vestidos de militares
Según la versión oficial del suceso facilitada por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, un grupo de unos 20 “delincuentes civiles vestidos de militares” liderados por Caguaripano irrumpieron a primera hora de la mañana en el parque de armas de la brigada 41 de la base militar de Paracamay. Tras enfrentarse a las tropas del Ejército allí destacadas, la rebelión fue “controlada y sofocada” de inmediato.
Fuentes militares han confirmado que al menos uno de los integrantes del grupo rebelde ha muerto y otro ha resultado herido. Otros ocho estarían detenidos por las autoridades militares venezolanas, que han reconocido también que un número indeterminado de ellos ha logrado huir portando varias armas robadas en el fuerte.
Tanto el titular de Defensa como otros dirigentes del oficialismo se han apresurado a buscar culpables y acusar directa e indirectamente a la oposición. “Los sujetos capturados han confesado haber sido contratados por activistas de extrema derecha venezolana en conexión con gobiernos extranjeros”, indica la nota oficial hecha pública por Vladimir Padrino.
A pesar de que las fuerzas armadas han calificado lo sucedido en el Fuerte Paracamay como un “show propagandístico, una entelequia” y un “paso desesperado para intentar evitar que se consolide el renacimiento de nuestra república”, la Asamblea Nacional Constituyente estrenada el viernes ha suspendido la sesión de este domingo.
Estaba previsto que este nuevo órgano ‘supranacional’ del que se ha dotado el chavismo entre graves acusaciones de fraude pusiera en marcha una Comisión de la Verdad destinada a establecer responsabilidades por las más de 100 muertes registradas en las manifestaciones que se suceden en el país.
Mientras las tropas del ejército venezolano sofocaban el conato de rebelión, centenares de personas se han manifestado en las cercanías del cuartel para mostrar su apoyo al grupo de rebeldes. Cantando el himno nacional y lanzando consignas en contra de Nicolás Maduro, varios vecinos del Fuerte Paracamay se han concentrado tras conocer la noticia.
Queremos saber la verdad, que no nos vengan con cuento chino, que no nos vengan a culpar
Los ciudadanos fueron dispersados por efectivos policiales y antidisturbios. Varias tanquetas del Ejército recorren las calles para neutralizar más protestas. De la misma manera, en otras ciudades de Venezuela se han producido varias manifestaciones espontáneas para apoyar la acción del militar retirado. En Caracas, el Ejército ha incrementado la presencia en las calles para evitar incidentes, informa El Nacional.
El diario venezolano informa asimismo de que los oficiales militares han incrementado la seguridad en los alrededores de los cuarteles y dan el alto a cualquier conductor para registrar sus vehículos.
Por su parte, el presidente del Parlamento venezolano, el opositor Julio Borges, ha reclamado a Nicolás Maduro que diga la verdad sobre lo sucedido en la base militar. “Queremos saber la verdad, que no nos vengan con cuento chino, que no nos vengan a culpar a quienes queremos simplemente en Venezuela la vigencia de la democracia”.
Para Borges, lo sucedido con el grupo de militares debe llevar al Gobierno a una "profunda reflexión", pues, a su juicio, "es muy claro" que "la Fuerza Armada es un ejemplo de un país que quiere un cambio".
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