José Antonio Kast: "Chile vive una pesadilla, si el 21-N no gana la libertad será una tragedia"
"Llevo metido en política desde antes que Trump o Bolsonaro se dedicaran a esto" / "Hemos estado 2 años sin Gobierno y en manos del caos"
13 noviembre, 2021 02:45Le llaman el Bolsonaro o Trump chileno, acusándole de todo: homófobo, negacionista, fascista, extremo... Él lo niega con sus argumentos: homosexuales hay en su equipo y entre sus candidatos. El cambio climático es una realidad y hay que combatirlo. Y cualquier tiempo futuro será mejor.
Es un extraordinario polemista y debate con exquisita amabilidad y una sonrisa. Atributos que, según las últimas encuestas, transforma en votos. En todas aparece José Antonio Kast en primer lugar para la primera vuelta de las elecciones del domingo 21 de noviembre, con un margen de preferencias que va desde el 22% hasta el 36%, mientras que Gabriel Boric, el candidato de izquierdas, se mueve en un margen que oscila entre el 18% y el 30% de los apoyos. Incluso, ante una segunda vuelta que tendría lugar el 19 de diciembre, el último estudio publicado indica que Kast recogería un respaldo del 44% frente a un Boric que rondaría el 40% de los votos.
Kast se ha convertido en un fenómeno social en Chile. Algo parecido a lo que ocurrió hace meses en Madrid con Isabel Díaz Ayuso. Entre sus partidarios su victoria se siente como algo más necesario que posible. Entre sus contrincantes el aumento de su popularidad causa temor.
Kast nos recibe en compañía de sus colaboradores en la sede de su "comando electoral". Una casona del siglo pasado rodeada, a la manera de pequeña aldea de Astérix, por impresionantes rascacielos en pleno "Sanhatan", como se denominaba a la capital de Chile en la época de su mayor esplendor económico.
Su equipo de comunicación es extremadamente joven, todos ellos expertos en nuevas tecnologías. Es aquí, en las redes sociales, donde JAK (como le llaman sus seguidores) se ha hecho fuerte. La juventud era el sector más reticente a conceder su apoyo. Gracias a los nuevos soportes su valoración ha subido como la espuma. El rap pegadizo de su campaña electoral "Vota 2, vota Kast" es todo un hit musical. Hasta hay concursos en las redes para premiar la mejor coreografía. Nos dirigimos a una pequeña sala de trabajo con carteles, pizarras y multitud de datos, calendarios y organigramas. Aquí se reúne diariamente el candidato con su equipo más cercano.
Buenos días, gracias por recibir a EL ESPAÑOL.
Adelante, están en su casa.
Pregunta.- ¿Quién es José Antonio Kast?
Respuesta.- Soy un abogado chileno de 56 años, hijo de emigrantes alemanes que por motivos económicos dejaron su país y se establecieron en Chile después de la Segunda Guerra Mundial. Fui el menor de 10 hermanos y con mi mujer hemos formado una familia de 9 hijos. Trabajé en la empresa de alimentación que fundó mi padre, pero mi pasión y dedicación principal a lo largo de mi vida ha sido la política. Desde la Universidad hasta ahora, he sido de todo en el servicio público: concejal de mi comuna, varias veces diputado, fundé un partido político que, durante muchos años, fue referente en la derecha chilena: la UDI (Unión Demócrata Independiente). Cuando entendimos que se había apartado de sus principios originarios, junto a otros compañeros, dimos paso al Partido Republicano.
P.- La derecha es plural en todos los países del mundo, pero a usted se le acusa de ser demasiado conservador, muy de derechas. Se dice de usted que es el Bolsonaro o el Trump chileno. ¿Qué responde ante este tipo de etiquetas?
R.- Pues que son eso, etiquetas. Llevo metido en política desde antes que Trump o Bolsonaro se dedicaran a esto. Es cierto que existen coincidencias con algunas de sus propuestas, pero también muchas diferencias en temas fundamentales. Yo soy Kast de Chile y no tengo ninguna comparación exterior. Hace mucho que dejé de creer en los retratos de la prensa. A algunos medios les molesta que digamos la verdad y defendamos con vehemencia nuestras ideas. Ahora, eso sí, con quienes no tengo ninguna coincidencia es con Maduro, Daniel Ortega o los Castro. Sus ideas nunca han funcionado y han empobrecido a sus pueblos.
Se normalizó la guerrilla urbana como si fuera un derecho de manifestación, lo que no ocurre en ningún país democrático.
P.-En los últimos años se ha cuestionado todo en Chile, el modelo económico, el orden institucional, las fuerzas de orden público... Hasta la propia denominación "República de Chile" quiere ser sustituida por “Estado plurinacional”. ¿Por qué ha sucedido esto? ¿Qué les ha pasado a los chilenos? Decían que estaban dormidos y que ahora, por fin, se han despertado.
R.- Los chilenos estamos viviendo una pesadilla. Y si no gana la libertad en las elecciones del 21 de noviembre se convertirá en tragedia. Y esto está ocurriendo por culpa de la izquierda que lleva instrumentalizando la violencia y el terrorismo para obtener réditos políticos. El presidente Piñera entregó el país a la izquierda y al sueño del cambio constitucional que no estaba en su programa. Sin obtener nada a cambio, porque la violencia y el caos no han cesado un solo instante.
Él no supo enfrentarse ante la extrema violencia que tuvo lugar durante el mal llamado "estallido social" del 18 de octubre de 2019. Una ola de atentados contra bienes públicos sin precedentes (se quemaron y asaltaron más de 77 estaciones del metro). Se atacó a la propiedad privada de cientos de pequeños y medianos empresarios. Se ultrajaron Iglesias. Se normalizó la guerrilla urbana como si fuera un derecho de manifestación, lo que no ocurre en ningún país democrático. A partir de ese momento Piñera dejó de gobernar. Hemos estado 2 años sin Gobierno y en manos del caos. Ahora vemos como está terminando su mandato de la peor de las maneras posibles: con un juicio en el parlamento y una investigación de la Fiscalía imputado por un presunto caso de corrupción, la tristemente conocida "Minera Dominga".
P. Pero algo se tiene que haber hecho mal por parte de los políticos, o alguna cosa ha fallado en el régimen institucional para llegar a esta situación. Algo ha tenido que funcionar mal en el "modelo chileno" para que ahora, un amplio sector de la opinión pública quiera pasar página y refundarlo todo.
R.- Naturalmente que se han hecho las cosas muy mal y, especialmente, por los partidos de la izquierda chilena, incluido el Partido Comunista que formó parte del último Gobierno de Michelle Bachelett. La izquierda chilena lleva gobernando este país mayoritariamente desde hace 30 años, salvo dos breves periodos acomplejados a cargo de Piñera. El modelo chileno, económico, institucional y constitucional, ha sido también el de la izquierda en el Gobierno.
La Constitución de 1980 fue reformada en 2005 y lleva la firma de Ricardo Lagos. Ahora ellos no quieren hacerse responsables de nada. Pero el pueblo sabe perfectamente qué ha pasado y quiénes han sido los responsables de este desastre.
P.- Sin embargo, desde el exterior, Chile era reconocido como un ejemplo de estabilidad, seguridad y progreso para toda Iberoamérica. Sus datos de crecimiento así lo indican: erradicación casi total de la extrema pobreza, crecimiento sostenido de las clases medias, seguridad jurídica y rentabilidad en las inversiones.
R.- Es que eso ha sido así y, si el pueblo me otorga su confianza, durante mi Gobierno volverá a ser de esa manera. Voy a restaurar el Estado de Derecho, las garantías jurídicas de todos los ciudadanos y lucharé por implantar la paz y la convivencia en todo Chile. En esta elección no se juegan los próximos 4 años, sino el futuro de Chile en las próximas décadas. Compiten dos modelos de sociedad: el de la libertad y el del comunismo. Por eso mismo, mi única expectativa es que podamos pasar a segunda vuelta y enfrentar con argumentos las malas propuestas que lideran Gabriel Boric y el Partido Comunista de Chile.
P.- Sin embargo, por parte de la izquierda se insiste como un mantra que Chile es uno de los países más desiguales del mundo. ¿Es esto cierto?
R.- Eso no es verdad. Tomando el coeficiente Gini, que es el que se utiliza para medir internacionalmente este dato, resulta que durante el periodo 1990 a 2017, la desigualdad de ingreso disminuyó en Chile al pasar de un 0,57 a un 0,46. Comparativamente con otros países de nuestro entorno, la desigualdad en Chile no solo ha disminuido, sino que es menor al promedio de otros países iberoamericanos.
P.- El modelo de pensiones chileno, el sistema de capitalización, se ha mirado también como un ejemplo de lo que se podía hacer en otros países complementando el sistema de reparto. Sin embargo, en Chile, tras aprobarse la posibilidad de retirar cada ciudadano hasta un 30% de sus pensiones, todo el mundo señala que la capitalización ha saltado por los aires. ¿Cuál es su propuesta respecto a esta cuestión?
R.- En Chile, el sistema de capitalización individual ha significado la mayor creación de riqueza en beneficio directo de los trabajadores en toda su historia. El sistema ha generado un capital ahorrado que asciende a más de 250.000 millones de dólares. De ellos, 210.000 millones están en los fondos de pensiones y 40.000 millones en las compañías de seguros para cubrir las rentas vitalicias originadas por el sistema de capitalización. De estas cifras el 28% corresponde a los aportes realizados por los trabajadores, mientras que el 72% restante corresponde a la capitalización de esos aportes con interés compuesto. El problema no está, por tanto, en el sistema que ha sido un éxito, si no en cómo se ha llevado a la práctica la aplicación de estos fondos. Hay que realizar reformas. Hay que conseguir que el trabajador y el Estado controlen las lagunas o parones de la vida laboral de una persona. Hay que establecer criterios de solidaridad dentro del sistema. Y, además, el Estado tiene que establecer pensiones mínimas, dignas y complementarias para aquellas personas que, por diferentes circunstancias, se queden fuera del sistema.
No es el Estado ni el aumento del gasto o la deuda lo que permitirá a Chile recuperarse de esta crisis, es la fuerza inagotable de la libertad, la competencia y la iniciativa de los ciudadanos y emprendedores
P.- España es, después de Estados Unidos, el país con mayor inversión en Chile. ¿Qué mensaje les manda a las grandes empresas españolas, multinacionales y también a los medianos y pequeños emprendedores que tengan intereses o piensen invertir en Chile?
R.- Que lo hagan. Y, si ya están entre nosotros, que no se vayan. España es el gran socio comercial de Chile. No solamente por volumen, sino por historia y afectos comunes. Durante el periodo 2016 al 2020 se mantuvo una inversión media de 1.187 millones de dólares. Pero ya, durante este último año, ha descendido a los 406 millones. Y las perspectivas no son buenas de cara al futuro y peor lo serán si ganan los comunistas. Los empresarios españoles saben de la seriedad de Chile en los negocios. Ellos han ganado mucho dinero y han contribuido al progreso de nuestra patria. Estoy convencido que, en una situación tan especial, no nos van a dejar solos.
P.- De ahí, las reformas que aparecen como necesidad en su programa económico ¿Qué importancia tendrá el crecimiento económico en su Gobierno si llega a La Moneda?
R.- Es la pregunta fundamental y que solo nuestra candidatura asume como una prioridad. Mientras todos los otros candidatos plantean subir o mantener impuestos, nosotros proponemos bajarlos radicalmente. Lo hacemos, precisamente, porque sabemos que el crecimiento es el principal motor que nos permitirá acercarnos al desarrollo, atraer las inversiones y generar el ecosistema de emprendimiento que Chile necesita para progresar. Todo lo anterior aumentará el empleo y el dinero en los bolsillos de los chilenos. Pega (trabajo) y plata (dinero) como decimos los chilenos. No es el Estado ni el aumento del gasto o la deuda lo que permitirá a Chile recuperarse de esta crisis, es la fuerza inagotable de la libertad, la competencia y la iniciativa de los ciudadanos y emprendedores, tanto de dentro como de fuera de nuestro país, quienes lo conseguirán.
P.- Sin embargo, sus contrincantes y especialmente el Partido Comunista, no dejan de insistir en que con usted en La Moneda no habrá paz y se alcanzará más inestabilidad, ya que no tendrá el Congreso ni el Senado a su favor y el descontento social y la crisis irán en aumento.
R.- Que me voten y ya verán cómo ocurre todo lo contrario. Tenemos experiencia de Gobierno y experiencia parlamentaria. Sabemos dialogar, escuchar y llegar a acuerdos. Y todavía no conocemos cuál va a ser la configuración final del nuevo parlamento. Pero, si tengo el inmenso honor de dirigir este país, voy a ser el presidente de todos y cada uno de los chilenos y trabajaré sin descanso para que podamos recuperar el Chile que tanto queremos. La gobernabilidad no solo se asegura con mayorías y acuerdos transversales, sino principalmente acertando, diciendo la verdad y cumpliendo los compromisos. Yo espero que los chilenos no cometan el grave error de elegir a alguien como Gabriel Boric. Pero siempre voy a estar disponible para apoyar todos los acuerdos que de verdad se hagan cargo de enfrentar las urgencias sociales más importantes de los ciudadanos
P.- Sebastián Piñera abrió un proceso constituyente y, a día de hoy, funciona una Convención Constitucional que tiene como misión presentar a referéndum un nuevo texto constitucional en el plazo de un año. ¿No teme que se pueda producir un choque institucional entre una Convención mayoritariamente de izquierdas y usted si llega al Gobierno?
R.- No, todo lo contrario, porque todos estamos sometidos a la ley. También a los mandatos y competencias que tienen límites y no pueden ser traspasados. La realidad es que esa Convención lleva ya 4 meses y no han escrito un solo artículo de la nueva Constitución. La verdad es que me encantaría tener más esperanza y pensar que puedan llegar a un acuerdo mayoritario y escribir una buena Constitución para todos los chilenos. También, ellos deben saber que tienen que presentar un proyecto que debe ser ratificado mayoritariamente por el pueblo de Chile. Hasta el momento, por lo que se ha visto y escuchado, con episodios bochornosos de alguno de sus integrantes, creo que esta Convención le está haciendo mucho daño a Chile.
P.- ¿Se atreve a realizar un pronóstico para la elección del 21-N?
R.- Hay gente que tiene corazonadas, pero yo no. Espero ganar la primera y la segunda vuelta, por el bien de Chile. Y estoy haciendo todo lo posible para conseguirlo.
La agenda del candidato es agotadora: reuniones, viajes, comparecencias, televisión, más reuniones, fotografías. Todo Chile quiere una foto con Kast. Y él accede con su sonrisa. Pero ahora toca un descanso y él nos invita a reponer fuerzas. Y nada mejor y más chileno que un pastel de choclo para conseguirlo.