La teoría del autogolpe de Luis Arce y la conspiración del litio de Elon Musk: los enigmas del 23-F de Bolivia
El país cuenta con una de las reservas más grandes del mundo de este mineral, lo que ha desatado (y no es la primera vez) teorías sobre el verdadero motivo del fallido levantamiento militar.
28 junio, 2024 02:15Bolivia vive tiempos convulsos. Su democracia, siempre afligida, vivió en la tarde del miércoles un momento de extrema tensión. En el centro de La Paz, en la Plaza Murillo, cerca del Palacio Presidencial, decenas de militares avanzaron bajo el liderazgo del ya destituido general Juan José Zúñiga con el objetivo de perpetuar un golpe de Estado que diese por finalizado el Gobierno democráticamente elegido del presidente Luis Arce. Sobre las 15:00 horas, una tanqueta irrumpió por la puerta principal y el mandatario salió hacia el exterior para enfrentarse cara a cara con los sublevados. El intento de golpe falló y, horas después, son muchas las teorías que han ido floreciendo a raíz del levantamiento armado.
Las inmensas reservas de litio que tiene Bolivia han provocado que muchos piensen que tiene que ver con la trama golpista. Los intereses internacionales en torno a sus beneficios sólo agrandan la tesis. Sobre todo, tras lo ocurrido tres meses atrás, cuando Arce visitó Moscú para reunirse con el mandatario ruso, Vladímir Putin, y discutir un posible contrato para la exportación de este recurso.
En ese encuentro, que ambos calificaron de "exitoso", el presidente del país andino reconoció estar interesado en "ampliar la cooperación". Bolivia dispone, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos en 2022, de 21 millones de toneladas de litio, lo que le convirte en el territorio con más cantidad en el planeta. Rusia lo sabe y ha buscado desde hace años profundizar su influencia en el país sudamericano.
Antes de esa reunión, el Gobierno andino firmó un acuerdo con la empresa Uranium One Group para construir una planta con tecnología de extracción directa en el Salar de Uyuni. El objetivo es generar 14.000 toneladas de carbonato de litio por año. Pocos meses después del anuncio, la canciller boliviana Celinda Rosa se reunió con su homólogo ruso, Sergéi Lavrov. Durante su encuentro, señaló que su nación desea unirse al colectivo internacional BRICS, grupo alternativo al G7.
Bolivia sabe que a Estados Unidos no le han caído bien ninguna de estas noticias. La potencia americana es consciente de que el cono sur es una zona de importante influencia y que perder su presencia en manos del Kremlin puede suponer un duro golpe a nivel geopolítico.
¿Musk 'el golpista'?
Es en esa supuesta trama conspiranoica para derrocar al actual presidente boliviano en la que hace aparición el magnate Elon Musk, presidente de la red social X. Musk sabe que el mineral es clave para sus coches eléctricos y no quiere que el país con mayores reservas de litio esté en manos de alguien contrario a sus ideas. Su intención es beneficiarse de la explotación del recurso.
La realidad es que la presencia del multimillonario se hizo notar en territorio andino en 2021. Entonces el país estaba en plena campaña electoral y dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS) denunciaron que la oposición buscaba que Tesla (una de las empresas de Musk) se hiciera con el control de todo el litio. Arce llegó incluso a insinuar que el pasado intento de golpe, en 2019, se debió precisamente al intento de monopolizar la materia prima.
¿Un autogolpe?
Zúñiga, antiguo hombre de confianza de Arce, fue abandonado por los suyos poco después de su llegada al Palacio de Gobierno. Luego fue detenido por la Policía. No obstante, en medio de ese caos, al militar le dio tiempo de conversar con la prensa para colocar en el imaginario colectivo otra teoría. A grandes rasgos, vino a decir que había sido el propio mandatario boliviano quien le habría pedido hace unos días que llevase a cabo el golpe para poder frenarlo y ganar así más popularidad.
Este argumento recuerda a una de las teorías de la conspiración sobre el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 en España, que señala a Juan Carlos I como el impulsor del intento de derrocar al Gobierno de UCD, aprovechando la sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo tras la dimisión de Adolfo Suárez.
Algunos de los acusados judicialmente por llevar a cabo el golpe, así como elementos falangistas cercanos a la cúpula militar de la época, sostenían que el Rey había encargado la intentona golpista, en algunas de las teorías con la colaboración del CESID, el servicio español de inteligencia del momento.
El objetivo de fondo, según aseguran algunos de los que mantienen esta teoría, era evitar un golpe duro por parte de los militares nostálgicos del franquismo, en unos meses en los que el Gobierno de Suárez se enfrentaba a crisis en todos los frentes: decenas de asesinatos de ETA, economía, cohesión social, relaciones internacionales, etc.
Así, se trataba de poner un gobierno de concentración encabezado por Alfonso Armada, con Felipe González como vicepresidente, que devolvería la calma a la ajetreada vida política de una Transición aún por concluir. Afortunadamente, el golpe fue frustrado (en parte con el mensaje televisado del Rey llamando a los militares a no apoyar la sublevación), y la democracia española siguió adelante por la vía democrática.
Arce vs. Morales
El país está polarizado y sufre una crisis económica que arrastra desde hace varios años. Esto se ha trasladado a la política y ha llegado incluso dentro del mismo Ejecutivo. Evo Morales, expresidente de la nación y líder de MAS, se ha distanciado del actual mandatario y ha señalado en muchas ocasiones sus ganas de plantarle cara en las elecciones de 2025. No obstante, por el momento, Morales permanece inhabilitado por anular el Tribunal Constitucional (TC).
Arce comparte la misma idea que el TC. En reiteradas veces ha criticado a su rival y le ha pedido que respete las reglas del juego y abandone sus ambiciones de volver al poder. Esta disputa, sin embargo, sólo le ha debilitado a él. Y es que a la impopularidad que ha cosechado por los graves problemas socioeconómicos que afectan a la población, se le añade una fuga importante de seguidores socialistas que ven en Morales, y no en Arce, a su auténtico líder.