El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúne con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en el Despacho Oval de la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos, el 13 de marzo de 2025.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúne con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en el Despacho Oval de la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos, el 13 de marzo de 2025. Evelyn Hockstein Reuters

América

Trump dice ante el secretario general de la OTAN que la anexión de la isla danesa de Groenlandia a EEUU "sucederá"

El jefe de Gobierno groenlandés en funciones convoca de urgencia a los líderes políticos de la isla ante las amenazas del presidente de EEUU, que Rutte ignoró: "No debemos seguir siendo tratados con falta de respeto".

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El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, aterrizó este jueves en Washington para llevar a cabo una misión arriesgada: convencer a Donald Trump de que los intereses de la Alianza Atlántica coinciden con los intereses de Estados Unidos. Una premisa que el mandatario republicano se ha encargado de poner en cuestión una y otra vez desde su regreso a la Casa Blanca.

Trump no tardó en descargar sobre Rutte la presión que quiere ejercer contra los 31 miembros restantes de la organización para que disparen el gasto en defensa. Un debate que empieza a tomar forma en el seno de la Unión Europea ante las recientes muestras de cercanía del propio Trump con la Rusia de Vladímir Putin. La agenda de rearme de la Comisión de Ursula von der Leyen coge velocidad al margen de la OTAN, de momento. Trump, en cambio, prefirió atribuir el mérito a su “amigo” Rutte, con quien exhibió la mejor de las sintonías.

“La OTAN está dando un paso adelante a través de este hombre. Este hombre es un hombre que sólo sabe dar un paso adelante. Y tenemos el mismo objetivo en mente. Queremos que la guerra termine, y él está haciendo su trabajo”, le elogió Trump. “Sólo sabe hacer un buen trabajo. Por eso luché para que obtuviera ese puesto, porque había otros candidatos que no lo habrían hecho muy bien”. Rutte quiso poner de relieve frente a Trump que los europeos “están comprometiéndose a un gasto en defensa mucho mayor”, pero concedió que los socios de la OTAN deben “hacer más” e incluso “producir más armamento”.

Era la primera visita oficial de Rutte a la Casa Blanca como secretario general de la OTAN, aunque el ex primer ministro neerlandés ya se desplazó el pasado noviembre hasta la mansión del magnate republicano en Mar-a-Lago para tomarle el pulso antes de su investidura. Rutte lo recordó y quiso agradecerle este jueves el gesto de haberle recibido entonces, que rompía el protocolo.

Durante su primer mandato, Trump no escatimó en críticas —algunas furibundas— hacia la organización y exigió a los aliados que aumentaran el gasto en defensa hasta el 2% del PIB. Una cifra que los miembros de la OTAN acordaron en 2006 pero que países como España, Portugal, Bélgica, Italia o Canadá ni siquiera alcanzan a día de hoy. En esta segunda etapa, el mandatario estadounidense ha subrayado que las inversiones en materia de seguridad deben alcanzar por lo menos el 5% del PIB. Algo en lo que ha insistido su secretario de Defensa, Pete Hegseth. En cierto modo, el ex primer ministro neerlandés ha hecho suyo el discurso de Trump sobre el aumento de la inversión en defensa, consciente de que Estados Unidos es, con diferencia, el aliado que más gasta.

Trump se ha comprometido a permanecer en la OTAN si percibe que los aliados tratan “de manera justa” a Estados Unidos y “pagan sus cuentas”, pero amaga con desproteger a los aliados que menos inviertan. Sus amenazas contra los miembros de la alianza han ido mucho más allá, sin embargo. En Dinamarca lo saben bien. Las reclamaciones territoriales sobre Groenlandia, isla autónoma bajo soberanía danesa, elevaron la presión sobre la primera ministra Mette Frederiksen, que buscó durante una visita a la sede de la OTAN en Bruselas a finales de enero el respaldo inequívoco de Rutte. Un respaldo que, sin embargo, no encontró.

“Creo que va a suceder”, insistió este jueves Trump sobre la anexión de Groenlandia por parte de Estados Unidos. “Sólo estoy pensando, no lo pensé mucho antes, pero estoy sentado con un hombre que podría ser muy instrumental. Mark, lo necesitamos para la seguridad internacional... ya que tenemos a muchos de nuestros jugadores favoritos, navegando por la costa”, declaró el mandatario republicano mientras posaba la mirada sobre Rutte.

Siguiendo el método de su predecesor, el noruego Jens Stoltenberg, de quien Trump guarda un buen recuerdo, el neerlandés evitó el choque directo con Trump. Primero se puso de perfil, y después acabó asumiendo alguna de sus posiciones.

“Cuando se trata de Groenlandia y de si debe unirse a Estados Unidos o no, me mantengo al margen de la discusión por un tiempo, porque no quiero involucrar a la OTAN en eso”, declaró Rutte. “Pero cuando se trata del Extremo Norte y del Ártico, tiene usted toda la razón. Los chinos utilizan ahora estas rutas. Los rusos se están rearmando. Sabemos que nos faltan rompehielos. Así que el hecho de que, al margen de Rusia, siete países árticos trabajen juntos en esto bajo el liderazgo de Estados Unidos es muy importante para garantizar que esa región, que esa parte del mundo siga siendo segura. Y sabemos que las cosas están cambiando allí y tenemos que hacerlo”, añadió.

En este sentido, Trump anunció que iba a encargar 48 rompehielos para reforzar la posición de Estados Unidos, “ya que toda esa zona se está volviendo muy importante”. “Así que vamos a tener que llegar a un acuerdo al respecto y Dinamarca no es capaz de hacerlo [ofrecer protección]”, expresó el mandatario estadounidense, que trató de ridiculizar el control político que el país nórdico ejerce sobre Groenlandia: “Un barco atracó allí hace 200 años, o algo así, ¿y dicen que tienen derechos sobre ello?”, se preguntó, irónico. “No sé si eso es cierto”.

Trump sugirió, además, que la OTAN puede remar a favor de sus esfuerzos para tomar el control de la isla más grande del mundo, rica en recursos naturales. Rutte se quedó en silencio, y Trump no se detuvo ahí. El mandatario estadounidense presumió de que las elecciones celebradas este martes en Groenlandia habían sido “buenas para nosotros”.

Los comicios los ganaron los liberales de Demokraatit, una formación independentista que apuesta por una ruptura gradual con Copenhague. Su líder, Jens-Frederik Nielsen, que será a sus 33 años el próximo primer ministro groenlandés, dejó claro en la noche electoral que los 56.000 habitantes de la isla ártica “no queremos ser estadounidenses. No queremos ser daneses. Queremos ser groenlandeses. Y queremos nuestra propia independencia en el futuro. Y queremos construir nuestro propio país por nosotros mismos, no con su esperanza”.

Las provocaciones de Trump frente al impasible Rutte no pasaron desapercibidas en Nuuk, la capital de Groenlandia. El primer ministro saliente, Múte B. Egede, probable socio de coalición de Nielsen, convocó a los líderes de los partidos políticos para adoptar una postura común. “El presidente de Estados Unidos ha aireado una vez más la idea de anexionarnos. Esta vez debemos agudizar nuestro rechazo a Trump. No debemos seguir siendo tratados con falta de respeto”, escribió en Facebook. “Ya está bien”.