La candidata demócrata, Hillary Clinton, ha regresado a la competición tras una pausa de tres días por una neumonía en un momento en que su rival, Donald Trump, recorta distancias en los sondeos.
“Se siente estupendamente; está muy feliz de volver a la campaña”, afirmó el jueves Maya Harris, asesora política de la aspirante azul, en declaraciones recogidas por Efe. “Cree que no hay un minuto que perder”.
Clinton interrumpió su campaña por motivos de salud después de que el domingo se “deshidratara” en una ceremonia por las víctimas del 11-S a causa de una infección pulmonar de la que no había informado. El episodio no sólo dejó el estrado libre a Trump por unos días, sino que dio cierta solidez a sus argumentos sobre que la ex secretaria de Estado no está físicamente preparada para presidir el país y contribuyó a perpetuar la narrativa política de que Clinton no es transparente, según expertos consultados por EL ESPAÑOL.
La demócrata celebró un mitin el jueves en Carolina del Norte y más tarde pronunció un discurso durante una cena en Washington auspiciada por el Instituto del Caucus Hispano del Congreso de Estados Unidos. Este viernes, tiene previsto participar en un popular programa de televisión.
"Desde ahora hasta el 8 de noviembre [el día de las elecciones], adonde quiera que vaya voy a hablar de mis ideas para mi país", declaró Clinton en Carolina del Norte, recoge el New York Times, dando a entender que no buscará el enfrentamiento con su oponente en lo que resta de contienda.
El interés por la salud de los candidatos ha llevado a los contendientes a divulgar más información sobre su estado. El equipo de Clinton ha hecho público un informe redactado por la médico de la ex primera dama que asegura que la aspirante “sigue estando sana y en forma para ser la presidenta de Estados Unidos”. El documento proclama que la candidata se recupera de una "neumonía bacteriana leve", pero no aporta muchos más detalles sobre la salud de Clinton que el informe elaborado el año pasado por su doctora.
Trump, por su parte, ha revelado que tiene sobrepeso y toma medicación contra el colesterol en un programa de televisión que se emitió el jueves, pero cuyos puntos principales ya habían trascendido a la prensa norteamericana. “Estamos encantados de divulgar todos los resultados médicos, que muestran que Donald Trump tiene una salud excelente y tiene la energía para aguantar -de manera ininterrumpida- los rigores de una dura campaña presidencial sin precedentes y, lo que es más importante, el exigente trabajo de presidente de Estados Unidos”, aseguró su campaña en un comunicado.
Si bien los expertos consideran que las posibilidades de Trump de hacerse con la Casa Blanca son pequeñas, el magnate ha subido en los sondeos nacionales y también en algunos estatales, de gran importancia en las elecciones de Estado Unidos debido al sistema por el que se escoge el presidente. Cada estado tiene un número determinado de 'electores' que luego escogen al presidente, una estructura que se denomina 'colegio electoral'. El candidato que se lleve más papeletas en un estado se hace con sus electores y el que consiga 270 'votos electorales' se convierte en presidente.
Una encuesta nacional divulgada este jueves por The New York Times pronostica un empate entre Clinton y Trump al tener en cuenta el impacto de terceros candidatos no afiliados a los grandes partidos en los comicios. Al reducir las opciones a sólo dos, los encuestados tenían una ligera preferencia por la aspirante demócrata. Por otro lado, el modelo estadístico del rotativo estadounidense otorga a la ex secretaria de Estado un 75% de probabilidad de hacerse con la Casa Blanca y un 25% a Trump. La semana pasada, Trump tenía diez puntos menos.
"Da la impresión de ser más auténtico y dispuesto a hablar sin tapujos (...) También articula posturas críticas con el statu quo en un momento en que la mayoría de los ciudadanos piensa que el país va por mal camino y está preocupado por el futuro. Ese tipo de argumentos resuenan mejor en un momento así", afirmaba hace unos días a este diario, Gran Reeher, experto en política estadounidense de Syracuse University, sita en el estado de Nueva York.
Sin embargo, los analistas consultados por EL ESPAÑOL -Reeher entre ellos- sostienen que la campaña de Trump carece de la infraestructura suficiente y el apoyo entre grupos demográficos diversos para efectuar un sorpasso real en la recta final de las elecciones, aunque consideran que existe una ventana de oportunidad para el republicano. El primer debate presidencial tendrá lugar en apenas diez días y los dos candidatos tendrán la oportunidad de cruzar argumentos cara a cara, lo que podría suponer una ocasión para Trump de presentarse como un candidato serio.