Marilou Danley, la novia de Stephen Paddock, el presunto autor de la matanza de Las Vegas en la que perdieron la vida 59 personas y más de 500 resultaron heridas, dijo este miércoles que nunca se le pasó por la cabeza que su pareja pudiera llevar a cabo una acción como esa.
"Conocí a Stephen Paddock como un hombre bondadoso, cariñoso y tranquilo", dijo Marilou Danley, en un comunicado leído por su abogado.
"Él nunca me dijo nada ni tomó ninguna acción de la que yo fuera consciente, que yo entendiera, como una advertencia de que algo horrible como esto pudiera suceder", agregó la mujer, de origen filipino y quien se ha comprometido a colaborar con las pesquisas.
Los comentarios de Danley llegan después de que las autoridades la considerasen una figura clave en su investigación para dilucidar por qué Paddock, un contable jubilado de 64 años, abrió fuego desde una habitación de un hotel de Las Vegas contra miles de asistentes a un concierto de country. Cuando ocurrió el tiroteo, Danley estaba fuera de Estados Unidos y regresó a Los Ángeles la noche del martes, antes de ser entrevistada este mismo miércoles por agentes del FBI.
Los investigadores han sido incapaces de identificar un motivo hasta el momento, y la declaración de Danley, publicada después de hablar con el FBI, indica que está igual de conmocionada que el resto de su familia por lo que pasó.
Danley dijo el miércoles que había viajado a Filipinas porque Paddock le compró un billete para visitar a su familia allí, y a su llegada él le envió dinero para ayudar a comprar una casa.
"Yo estaba agradecida, pero, honradamente, estaba preocupada de que fuera una forma de romper conmigo, primero por el inesperado viaje a casa y luego por el dinero", agregó, en declaraciones recogidas por Efe.
"Nunca se me ocurrió de ninguna manera que estuviera planeando un acto violento contra nadie", reiteró.
Las autoridades han descrito un escalofriante nivel de preparación en el ataque de Paddock, al explicar que llevó consigo un pequeño arsenal a una suite de dos habitaciones en el piso 32 del Mandalay Bay Resort y Casino de Las Vegas desde donde realizó el ataque.
También instaló cámaras para que poder monitorear los movimientos de la policía y cuando los oficiales de las fuerzas especiales se acercaron, se suicidó.
"Estoy devastada por las muertes y heridos y mis plegarias son para las víctimas y sus familias y todos aquellos que han sido lastimados por estos terribles eventos", añadió Danley.