El mismo lugar, el Despacho Oval, en el que horas antes Donald Trump firmaba su última orden ejecutiva, para indultar entre otros a su exasesor Steve Bannon, Joe Biden, recién investido en una insólita ceremonia fuertemente protegida y cerrada al público, comenzaba a destrumpizar Estados Unidos.
En una declaración de intenciones, el demócrata, con varias carpetas azules apiladas sobre la mesa, rubricó ante los periodistas tres de las 17 primeras órdenes. La primera de ellas, para el uso obligatorio de la mascarilla y la distancia interpersonal de seguridad en los edificios federales.
Además, Estados Unidos no abandonará la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, Anthony Fauci, que continuará al frente de la lucha contra la pandemia como asesor jefe de Biden, encabezará este jueves la delegación del país en una reunión del organismo.
Cambio climático
Estados Unidos lidera las estadísticas mundiales con más de 24,4 millones de casos positivos y más de 400.000 fallecidos -casi el doble de Brasil, el segundo en las cifras mortalidad-, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Así lo explicó Jen Psaki, nueva secretaria de prensa de la Casa Blanca, quien considera que la cooperación "fortalecerá" los esfuerzos del país para hacer frente al nuevo coronavirus. El primer gran reto, suministrar 100 millones de vacunas antes de que se cumplan 100 días de mandato.
"Algunas de las acciones ejecutivas que voy a firmar -anticipó Biden- van a ayudar a cambiar el curso de la crisis de la Covid-19 y vamos a combatir el cambio climático de una manera que no lo hemos hecho hasta ahora". Precisamente, otra de las órdenes firmadas significa el regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París.
Inmigración
El segundo país que más contamina del planeta, fuera del acuerdo desde el 4 de noviembre, se coloca "nuevamente", según Psaki, en una posición para ejercer el "liderazgo mundial".
Asimismo, Biden firmó una orden para salvaguardar el programa DACA, que protege de la deportación a unos 650.000 indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, conocidos como 'soñadores'; y otra que detiene la construcción del muro fronterizo con México, acabando con la emergencia nacional decretada por Trump para desviar fondos hacia ese proyecto.
En clave migratoria, Biden ha anulado también el veto que impuso su predecesor en 2017 a los viajeros de once países de mayoría musulmana. A esto se suma el proyecto de ley que la nueva Administración envió al Congreso y con el que aspira ofrecer una vía hacia la ciudadanía a 11 millones de 'simpapeles'.