La vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, este jueves en un acto de campaña en Carolina del Norte.

La vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, este jueves en un acto de campaña en Carolina del Norte. Reuters

EEUU

Los grandes mecenas de Biden congelan 90 millones mientras su partido mide la popularidad de Kamala

La desbandada de demócratas y la pérdida de apoyos financieros juegan una mala pasada a la campaña del presidente a cuatro meses de las elecciones.

13 julio, 2024 02:39

El equipo de Joe Biden ya está tanteando cómo sería la campaña del Partido Demócrata si en lugar del presidente hubiera otra persona al frente. Dos semanas después de los titubeos en el debate contra Trump y un día después de que confundiera a Putin con Zelenski, el New York Times ha revelado que el partido está midiendo la fuerza de su vicepresidenta, Kamala Harris, a través de encuestas.

Esto es algo inaudito en plena carrera presidencial. A cuatro meses de las elecciones, los gabinetes y los medios estarían normalmente especulando sobre posibles candidatos a la vicepresidencia o presentando a los abanderados de la campaña. Pero no es el caso. En su lugar, a Biden se le escapan los apoyos en Hollywood, en su propio partido y —lo último—: entre sus patrocinadores. El viernes, tras la participación del presidente en la cumbre de la OTAN, algunos de los principales mecenas demócratas congelaron sus donaciones al mayor grupo de financiación (PAC) del partido, Future Forward. La decisión deja a la campaña sin aproximadamente 90 millones de dólares si Biden sigue encabezándola.

Las encuestas sobre Harris responden a las dudas en el propio equipo de Biden de que su candidato pueda ganar a Donald Trump en noviembre. En las últimas semanas, mientras se constataba la caída en picado de la aprobación al presidente, ella se perfilaba como una comunicadora más enérgica y capaz de afrontar una campaña presidencial y cuatro años en la Casa Blanca.

Pero esto puede tener repercusiones negativas para Biden. Si los resultados sorprenden y el mundo se cerciora de que Kamala Harris es más popular, el candidato de 81 años "se arriesga a perder parte del apoyo de la misma base que le ha mantenido a flote las últimas dos semanas: el Caucus Negro del Congreso", cuenta Jonathan Allen, periodista de NBC News.

Algunas empresas privadas han publicado estudios similares al que el Partido Demócrata está elaborando. Este viernes, una encuesta de NPR/PBS News/Marist sugería que Harris vencería a Trump por un estrecho margen en las elecciones de noviembre (50 por ciento frente a 49). La encuesta se publicó un día después de que un sondeo de ABC News/Washington Post/Ipsos realizado con 2.431 adultos revelara que la vicepresidenta vencería al republicano por tres puntos en general (49% a 46).

Estas cifras puntúan mejor a Harris que lo que las encuestas pronostican sobre Biden en su enfrentamiento contra Trump. Por el momento, la jefa de campaña del presidente ignora estas amenazas. "Los sondeos hipotéticos sobre candidatos alternativos siempre serán poco fiables, y las encuestas no tienen en cuenta el entorno mediático negativo con el que se encontrará cualquier candidato demócrata", declara Jennifer O'Malley Dillon en un comunicado del jueves. Y aunque reconoce la erosión "real" de los apoyos a Biden, sostiene que "el único candidato demócrata para el que esto ya es un hecho es el presidente".

¿Sustituta de Biden?

Si tanto la campaña demócrata como las encuestadoras le han abierto la puerta de la carrera presidencial a Kamala Harris, cabe preguntarse: ¿por qué ella? Desde las primarias de 2020, la abogada californiana no ha dado indicios de querer competir contra Biden por el poder. De hecho, la vicepresidenta ha mostrado lealtad a su compañero de partido. El martes, dijo sobre el candidato en un mitin en Nevada: "Él es el primero en decir: cuando te derriban, te vuelves a levantar. Así que seguimos luchando y seguiremos organizándonos. Y en noviembre, ganaremos".

Aunque insiste en que mantendrá su candidatura, el propio Biden aseguró en una rueda de prensa la noche del jueves que ve a Harris como alguien cualificado para asumir la presidencia de EEUU. Pero la fijación en Harris deja fuera de la ecuación a cuantos líderes demócratas se han pronunciado ya en desaprobación de la campaña de Biden. Peter Welch, senador por Vermont, fue el primero en pedir la retirada el miércoles, y le han seguido Chuck Schumer, líder de la mayoría parlamentaria, la diputada de Colorado, Brittany Pettersen, y el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.

Jeffries, precisamente, se reunió con el propio Biden el jueves por la noche, según dijo el viernes en una carta, y afirmó que "expresó [al presidente] directamente toda la amplitud de ideas, perspectivas sinceras y conclusiones sobre el camino a seguir" de los legisladores. Esta desbandada entre los demócratas pone toda la atención en los hombres y mujeres fuertes del partido. El miércoles, la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi rompió su silencio, y pidió al presidente tomar una decisión en la cadena MSNBC en la que a principios de semana este había insistido en que su candidatura.

Las palabras de Pelosi insinuaban que la veterana no consideraba definitiva la decisión de Biden de seguir en la carrera. El exmandatario Barack Obama, del que Biden fue vicepresidente, también ha expresado su preocupación por el candidato, aunque con cautela y timidez. Aunque tras el debate en la CNN salió a la palestra en defensa de su excompañero de tándem presidencial, la misma emisora define a Obama como un "abogado del diablo" que está recogiendo las inquietudes de otros miembros del partido. Los demócratas confían en que Pelosi y Obama pongan fin a estas luchas internas para que el oficialismo pueda destinar todas sus fuerzas a derrotar a Trump.