El tirador que disparó contra Trump se precipitó al descubrirle la policía alertada por un vecino
Hay versiones contradictorias sobre lo ocurrido y el Servicio Secreto rebaja su responsabilidad alegando que la zona donde se encontraba el tirador había sido asegurada por la policía local.
15 julio, 2024 03:26Pocos minutos después de que Donald Trump fuese evacuado del podio donde había sido objeto de tres disparos por parte de un tirador desconocido, la televisión británica BBC emitía una entrevista cuando menos inquietante. Un ciudadano local, que no había asistido al mitin del candidato republicano pero que desde su casa podía escuchar los discursos, afirmaba que había visto a un hombre subir a un tejado con un rifle y reptar con él hacia lo que consideraba era una posición de tiro. Igualmente declaró que había avisado a la policía local y al Servicio Secreto y que fue ignorado por ambos.
Desde el mismo momento en que se confirmó que Trump había sufrido un intento de magnicidio son múltiples y variadas las teorías de la conspiración que recorren las redes sociales.
Aunque, si bien la información contrastada aún es escasa, con el paso de las horas cada vez se conocen más detalles que ayudan a esclarecer lo ocurrido en el condado de Butler, Pensilvania, y a desarmar a los conspiranoicos.
El tirador, que efectivamente se encontraba sobre aquel tejado a apenas 125 metros del expresidente de los Estados Unidos y fue abatido por agentes del Servicio Secreto, respondía al nombre de Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años natural de Bethel Park, localidad cercana al lugar de los hechos, recién licenciado hace apenas un par de meses de sus estudios medios y trabajador como ayudante de dietética en una residencia de ancianos de su pueblo. Nada que hiciera despertar dudas. Ni una actitud política fuera de lugar en público, ni un mensaje de tono elevado en sus redes sociales. Absolutamente nada. Ni siquiera antecedente alguno de problemas psicológicos.
Por el momento, el FBI cree que Crooks actuó solo y considera que los primeros indicios no dan pistas de que pertenezca a alguna organización terrorista internacional. "En este momento, la información que tenemos indica que el tirador actuó solo y que actualmente no hay preocupaciones de seguridad pública", dijo en una teleconferencia Kevin P. Rojek, el agente del FBI que dirige la investigación, informa la Agencia EFE.
El agente agregó que por el momento tampoco se ha identificado "una ideología asociada con el sujeto", quien efectivamente, como se informó previamente, usó un rifle semiautomático que fue comprado por su padre, aunque no queda claro si tomó el arma con permiso de su progenitor o no. Los investigadores agregaron que por el momento estudian el hecho como un caso de "terrorismo doméstico", y que han mandado el arma y el teléfono móvil de Crooks a un laboratorio del FBI en Virginia.
Cómo llegó tan cerca
Mientras se prosigue con las investigaciones, una de las principales críticas que esgrimen los conspiranoicos para sus teorías es que Crooks se acercó demasiado al expresidente Trump y dejan flotando en el aire la sospecha de que si pudo hacerlo sin ser detectado fue porque probablemente recibió ayuda de alguien 'de dentro'.
Donald Trump, candidato a la presidencia de Estados Unidos y expresidente del país, recibe protección del Servicio Secreto en calidad de ambas condiciones. De hecho, en sus mitines es este departamento dependiente de Homeland Security el que se ocupa directamente de la seguridad. Antes de sus discursos se escanea el lugar en busca de bombas u otras amenazas, colocan barreras como perímetro, obligan a todos los asistentes a pasar por el detector de metales, registran bolsos, mochilas e incluso carteras y una gran parte de los asistentes es cacheado a mano. Más aún, registran azoteas, alcantarillas y cualquier posición de los alrededores que pueda suponer una amenaza.
Son muchas las ocasiones en las que el Servicio Secreto recurre a la ayuda de las fuerzas locales para complementar el despliegue. De forma que ocasionalmente, la policía local les ayuda de la misma manera que otras agencias de Homeland Security como puede ser la Administración de Seguridad del Transporte.
Así sucedió en Pensilvania y a ello se aferran para defender su profesionalidad. Steve Gugliemi, portavoz del Servicio Secreto, señaló que, en este caso, el tirador se encontraba fuera del perímetro de seguridad que ellos establecen y que el tejado desde el que se produjeron los disparos fue asegurado por la policía local del condado de Butler y no por sus agentes. Además, añadió que había un total de cuatro equipos de francotiradores protegiendo al expresidente, dos del Servicio Secreto y dos de las agencias locales.
Cómo llegó a disparar
Crooks disparó desde unos 150 metros, probablemente el edificio más cercano el podio desde el que hablaba Donald Trump. Gugliemi relató cómo, en este momento de la investigación, creen que la policía local fue alertada de una actividad sospechosa, intentaron localizar al tirador, pero le perdieron de vista. Habría sido en ese momento cuando subió al tejado y comenzó a disparar. Una teoría plausible, pero que choca directamente con la del testigo que habló para la BBC.
Además, según ha confirmado la agencia de noticias Associated Press, la policía local sí habría localizado al tirador. Un agente habría subido por una escalera hasta el tejado del edificio, pero cuando Crooks se dio cuenta, le apuntó y el agente, al intentar ocultarse, cayó de la escalera. Entonces habría sido en ese momento cuando el tirador habría decidido comenzar a disparar, probablemente precipitándose y errando los tres disparos que realizó antes de ser abatido.
Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, se ha apresurado a defender la labor de sus agentes. "Estoy muy orgullosa de los agentes involucrados", ha escrito en un memorando dirigido a sus agentes al que ha tenido acceso el The New York Times. "En los próximos días, el Servicio Secreto recibirá elogios y se enfrentará a críticas. No os distraigáis con aquellos que no estuvieron allí y aún así os juzgan", añade.
El Servicio Secreto se encuentra ahora mismo bajo una gran presión del Partido Republicano y Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, controlada por el partido de Trump, ya ha anunciado que convocará a agentes del Servicio Secreto, de Homeland Security y del FBI porque "el pueblo estadounidense merece saber la verdad". Kimberly Cheatle ha sido citada para el día 22 de este mismo mes de julio.