Penny Flanagan, la posible primera gobernadora indígena de EEUU en el estado de 'matar al indio'
Junto al número dos de Kamala Harris, la activista ha hecho de Minnesota uno de los estados más liberales del país y refugio de la comunidad LGTBI.
11 agosto, 2024 02:47La renuncia de Joe Biden a volver a presentarse como candidato demócrata a la Casa Blanca ha desatado una caída de piezas de dominó que supondrá un avance de varias carreras profesionales. La vicepresidenta Kamala Harris opta a ser la nueva inquilina del Despacho Oval; el actual gobernador de Minnesota, Tim Walz, la acompañará en el ticket electoral y, si los demócratas logran la victoria en las presidenciales de noviembre, Penny Flanagan se convertirá en la primera gobernadora nativa americana (indígena) de Estados Unidos.
Peggy Flanagan es la segunda mujer nativa elegida para un cargo ejecutivo en la historia de Estados Unidos después de Denise Juneau y es miembro de la White Earth Band de Ojibwe (Banda de la Tierra Blanca de la tribu Chippewa).
Los ojibwe son el grupo indígena más grande de Minnesota y se llaman a sí mismos Anishinaabe, que significa "el pueblo original". Sin embargo, los colonos europeos que se establecieron en el estado, al no poder pronunciar el nombre, los llamaron ojibwe.
Desde que el compañero de candidatura de Kamala Harris, Walz, y su número dos, Flanagan, llegaron al poder en enero de 2019, Minnesota se ha vuelto uno de los estados más liberales del país y un refugio para la comunidad LGTBI.
Ambos han aprobado leyes que permiten abortar en cualquier etapa del embarazo, que prohíben las llamadas "terapias de conversión" para cambiar la orientación sexual de personas homosexuales en adultos vulnerables y menores de 18 años y que protegen a las personas que solicitan o proporcionan tratamientos de afirmación de género.
Como vicegobernadora de Minnesota, el mandato de Flanagan, de 44 años, se ha caracterizado por su inquebrantable apoyo a las minorías históricamente marginadas en este estado como las comunidades indígenas.
"Con demasiada frecuencia, las mujeres indígenas, en el mejor de los casos, somos invisibles y, en el peor, somos descartables. Eso debe cambiar y lo hará", denunció Flanagan. Una promesa que no se ha quedado en meras palabras y que ha tratado de cumplir desde el primer día. Así, entre otras iniciativas, Flanagan puso en marcha la primera reunión oficial del Grupo de Trabajo sobre Mujeres Indígenas Desaparecidas y Asesinadas y creó la primera Oficina de Familiares Indígenas Desaparecidos y Asesinados del país.
Su activismo por los derechos de los indígenas viene de lejos, de sus tiempos como estudiante. Ya en la Universidad de Minnesota donde estudió organizó una comunidad indígena en apoyo a la campaña de Paul Wellstone para el Senado de Estados Unidos en 2002. Ese mismo año se graduó en Estudios indígenas estadounidenses y psicología infantil.
De 2025 a 2009 fue miembro de la Junta de Escuelas Públicas de Minneapolis, donde sirvió brevemente también de 2010 a 2011. También fue directora ejecutiva del Fondo de Defensa de los Niños de Minnesota, cargo desde el que emprendió una campaña exitos por la subida del salario mínimo en ese estado.
En 2015 fue elegida para la Cámara de Representantes de Minnesota sin oposición alguna, donde permaneció hasta 2019. Junto a otras tres nativas de esta Cámara fundió en 2017 el primer Caucus de Personas de Color e Indígenas de este estado.
Ese mismo año fue elegida como candidata a vicegobernadora de Minnesota como número dos de Walz, un tándem que ganó las elecciones en noviembre de 2018 y que fue reelegido en 2022.
"Matar al indio… y salvar al hombre"
De convertirse Flanagan en gobernadora, este salto representaría un hito en Minnesota, un territorio cuya historia está ligada a la persecución de los indios americanos. Este estado participó en el siglo XIX en 'la política educativa para indios' (Indian Boarding School Policy) con 27 escuelas residenciales en todo el país con el objetivo de "matar al indio… y salvar al hombre", según acuñó el capitán Richard H. Pratt, lo que acabó derivando en un genocidio.
De hecho, una investigación publicada a mediados de julio por el Departamento del Interior, demuestra que hubo al menos 973 muertes documentadas de niños nativos entre 1819 y 1969 en las escuelas residenciales del gobierno federal estadounidense. La investigación pide que el Gobierno actual se disculpe con las tribus, las familias y los individuos por el dolor que les provocó.
El escrito titulado 'Federal Indian Boarding School Initiative Investigative Report Vol. II', encontró 74 sitios de entierro marcados y sin marcar de las más de 400 escuelas residenciales. Newland explica que el Congreso concluyó que entre 25 y 35% de los niños indígenas eran separados a la fuerza de sus familias por los servicios sociales privados y del estado.
En los siglos XIX y XX hubo más de 523 internados indígenas en 38 estados financiados por el gobierno y a menudo dirigidos por la Iglesia como parte de la política estadounidense de asimilación de los nativos. De hecho, 210 escuelas federales de internado para indígenas estaban administradas por una institución u organización religiosa. 80 por la Iglesia Católica; 134 confesiones protestantes; 4 otros. La investigación explica que los institutos también se llamaban "escuelas industriales, ya que preparaban a los niños para el trabajo manual y la agricultura y a las niñas para el trabajo doméstico". White Earth fue la primera residencial en Minnesota. Se abrió en 1871.
En las escuelas residenciales sufrían abusos físicos, sexuales y emocionales. De hecho, diferentes investigaciones han señalado que los hombres nativos americanos sufrían más abusos físicos y sexuales en los internados que las mujeres, sobre todo aquellos con más "experiencia lingüística". Es decir, los que dominaban mejor su lengua nativa.
El National Native American Boarding School Healing Coalition explica que se les castigaba por hablar su lengua (siendo golpeados o dejarlos pasando hambre), se les prohibía todo comportamiento que pudiera considerarse representación de prácticas tradicionales o culturales, además de que "se les quitaba la ropa, el pelo y los objetos personales reflejaran su cultura".
El gobierno estadounidense, empleó métodos militarizados y en 1891, el Congreso autorizó a los representantes indígenas a llevarse a la fuerza a niños de apenas cuatro años, explica MNOPEDIA, en su ‘odisea’ para asimilar a los nativos americanos, nativos de Alaska y nativos hawaianos. Las condiciones de las escuelas no eran remotamente las mejores y se registraron epidemias de sarampión, gripe, envenenamiento de la sangre, difteria, fiebre tifoidea, escarlatina, tuberculosis, neumonía, chlamydia trachomatis y paperas, que "arrasaron los dormitorios superpoblados", explica la enciclopedia minnesotana.
Asímismo en 1881, los padres de la tribu Rosebud Sioux y su jefe Spotted Tail, escribieron una carta al Servicio Indio estadounidense solicitando la devolución de los cuerpos de sus hijos enterrados en Pensilvania. En 2021, 140 años después, el gobierno cumplió con la petición.
En algunos casos, varias generaciones acudieron a las escuelas residenciales, lo que generó "un patrón intergeneracional de ruptura cultural y familiar bajo el apoyo directo e indirecto de Estados Unidos y de las entidades no federales", explica Newland. En otras palabras, sufren de traumas generacionales donde en ocasiones varios miembros de las tribus no conocen la lengua ni las historias o costumbres porque sus padres o sus abuelos se rehusaron a enseñarles. En 1969, Ted Kennedy dijo en el senado que las condiciones de las escuelas son una de las principales "causas del consumo problemático de alcohol", en las comunidades.
La investigación de Newland expresa que el gobierno federal "tiene la obligación de corregir y sanar los agravios de las escuelas residenciales porque siguen perjudicando a las tribus nativas, a los pueblos nativos de Alaska y a la comunidad nativa hawaiana".