Trump resiste el empuje de Kamala: las encuestas le mantienen vivo en estados clave antes del cara a cara
Trump está contra las cuerdas, pero el apoyo de RFK Jr. y la amplia base de su electorado le mantienen en la carrera.
31 agosto, 2024 02:33La republicana Nikki Haley, competidora durante algunas semanas de Donald Trump en las primarias de su partido, dejó dicho justo después de su retirada: "El primero que cambie de candidato será el que gane las elecciones". Efectivamente, tanto Trump como Biden eran pésimas opciones, con una valoración bajísima y evidentes problemas de edad y temperamento.
Durante al menos un mes, Haley pareció tener razón: Biden dejó su lugar a Harris y los demócratas empezaron a dispararse en las encuestas. De estar dos o tres puntos abajo pasaron a estar dos o tres puntos por encima a nivel nacional. El problema es que las expectativas parecen haberse frenado en seco.
De hecho, puede producirse un efecto rebote… o en eso confía Donald Trump, que ha conseguido aguantar el remolino sin apenas descolgarse de la carrera electoral. No en vano, si nos ponemos a contar votos por estado, que son los que cuentan, la cosa está exactamente al 50% para cada uno de los candidatos.
Después de un atentado, un cambio de rival, una elección dudosa de vicepresidente y una publicitadísima convención demócrata con estrellas mediáticas de todo tipo, Trump sigue a menos de un punto porcentual en Pensilvania y Arizona. Tampoco se ha alegado demasiado en Michigan y está por delante aún en Carolina del Norte y Georgia.
El Partido Demócrata tardó tanto en tomar la decisión de impedir a Joe Biden optar a la reelección, pese a todas las evidencias, que lo único que ha conseguido en este mes de 'luna de miel' con las encuestas es igualar los resultados.
Iba por detrás en todos los estados clave y ahora va por delante en Wisconsin, Minnesota, Michigan y Nevada. Ahora bien, hablamos de diferencias mínimas, que entran dentro del error de muestreo.
El disputado voto de RFK Jr.
En concreto, según el portal Real Clear Politics, habría cinco estados clave prácticamente empatados, con una diferencia menor al punto porcentual en la suma de las encuestas.
La situación, obviamente, es mucho mejor para Harris que para Biden hace apenas un mes, pero no se puede despistar: si damos por hecho que ganará en Michigan y Wisconsin, donde la ventaja media está rozando los dos puntos, aún tiene que ganar Pensilvania.
Si no gana este estado, donde Biden se impuso hace cuatro años por apenas 80.000 votos, la cosa se le empieza a complicar mucho. Es cierto que Harris ha conseguido meter en la disputa como alternativas tres estados que Biden tenía perdidos: Georgia, Carolina del Norte y Arizona.
Dicho esto, si no gana en Pensilvania, tendría que ganar en dos de estos tres estados para poder ocupar la Casa Blanca a partir de enero de 2025. No es imposible, pero es improbable.
Si la dinámica del país hace que el Partido Demócrata pierda en el midwest, con sus trabajadores industriales y su tradición de voto azul, es raro que el sur salga al rescate. El triunfo en una zona suele arrastrar a la otra. Se vio con Trump en 2016 y se volvió a ver con Biden en 2020.
Uno de los movimientos clave en la última semana y que tal vez explique que el empuje de la Convención Demócrata no se traduzca en mejores resultados para Harris en las encuestas es la retirada de Robert F. Kennedy Jr. de los estados decisivos y su apoyo a la candidatura de Trump.
Pese a la tradición del apellido, lo cierto es que muchos de los postulados de Kennedy estaban más cerca de los de la alt-right negacionista que de los del liberalismo con tintes socialdemócratas de Harris.
Kennedy, como buen populista, tenía una base bastante fiel que representaba en las encuestas en torno al 5-6% de los votantes. Si Trump consigue movilizar a todos esos electores, estaríamos hablando de una fuerza difícil de contrarrestar.
También es cierto que si todos esos ciudadanos habían optado por Kennedy en vez de por una opción más sólida como la de Trump sería por algo y que la teoría y la práctica, en unos comicios, casi nunca van de la mano.
¿Se equivocó Harris con Shapiro?
En esta situación de empate virtual y teniendo en cuenta que Pensilvania se postula como estado clave en el recuento final, muchos se preguntan si no hubiera sido mejor opción Josh Shapiro como candidato a vicepresidente.
Hablamos, precisamente, del gobernador del estado decisivo, con una inmensa popularidad entre los votantes de ambos partidos. Siempre se ha dicho que Harris y sus asesores tenían miedo de que el perfil excesivamente proisraelí de Shapiro ahuyentara el voto joven más propalestino, pero está por ver cuántos votantes exactamente habría perdido Harris con Shapiro… y cuántos habría ganado.
Porque el caso es que la elección de Tim Walz, un hombre socarrón e irónico, con pasado en las fuerzas armadas y en la industria aeronáutica, tampoco ha sido mala o eso nos dice su alto índice de aceptación… pero si al final Harris consigue más votos en Minnesota, donde ya contaba con la victoria, a cambio de perder Pensilvania por unas décimas, lo lamentará toda la vida.
El tándem Harris-Walz parece funcionar bien, se muestran simpáticos y decididos y son ideales para los votantes que ya iban a elegir la opción demócrata de todos modos. Está por ver a cuántos independientes o republicanos convencen.
Primera entrevista Harris
Está por ver, también, el efecto de la primera entrevista que ha dado Kamala Harris como candidata a la presidencia, a la cadena CNN. ¿Habrá disipado las dudas sobre su fiabilidad económica?, ¿se habrá mostrado convincente ante los ataques de Trump? Hasta ahora, Harris ha disfrutado de una curiosa condición de "outsider" cuando no deja de ser la vicepresidenta del país.
Si Trump consigue dar la vuelta a esa percepción y ataca su gestión de estos cuatro años, ¿sabrá defender todo lo que hizo Biden en nombre de su administración? Si lo consigue, habrá dado un gran paso adelante. De lo contrario, ese puñado de votos que decidirá el próximo presidente puede caer del lado de Trump.