Donald Trump, candidato republicano, en el homenaje a las víctimas del 11-S en Nueva York.

Donald Trump, candidato republicano, en el homenaje a las víctimas del 11-S en Nueva York. Nathan Howard Reuters

EEUU ELECCIONES 2024

La derecha de EEUU admite la derrota de Donald Trump en el debate: “Fue un desastre”

Los medios conservadores culpan al expresidente de dejarse torear. Está por ver, sin embargo, que el intercambio movilice a los indecisos. 

12 septiembre, 2024 02:28

"El desastre de Trump". "El mayor problema de Trump… fue Trump". "La oportunidad perdida de Trump". "Un debate catastrófico para Trump". "Trump deja que Harris se escape". "Hubo un claro vencedor en el debate, pero la elección no está decidida".

Todos los titulares arriba mencionados corresponden a medios de comunicación conservadores. Y es que no parece haber demasiadas dudas: fue Kamala Harris quien quedó por delante de Donald Trump en el debate presidencial celebrado el martes por la noche en Filadelfia. Y no por una performance estelar de la vicepresidenta –no es una oradora particularmente brillante y esquivó las cuestiones que no le convenía abordar– sino por lo errático y colérico que se mostró Trump. Una versión del expresidente que, según anunció la revista Politico, Harris quería sacar a relucir a toda costa.

De ahí el troleo –afirmando que la gente abandona sus mítines porque aburre–, descalificaciones como "débil" y trapos como el que le puso delante cuando dijo que era el hazmerreír de otros líderes mundiales. En lugar de sortear las trampas y centrarse en todas las preguntas incómodas que podía haber lanzado contra Harris, el candidato del Partido Republicano optó por defender su propio ego al tiempo que descalificaba de vuelta a su rival.

"Fue un desastre para él, mucho peor de lo que su campaña podía haber imaginado", escribía horas después, en The Wall Street Journal, el consultor conservador Karl Rove.

"Parece bastante claro que en la noche del martes la vicepresidenta Kamala Harris ganó el que podría ser el único debate entre ella y el expresidente Trump", opinaba Douglas Schoen, comentarista de Fox News, poco después del evento y antes de cargar contra los moderadores de la cadena ABC News por haberse conducido con favoritismo. Una acusación muy extendida entre algunos conservadores tras el debate y que ha hecho suya el propio Trump al declarar que fue un tres contra uno.

No obstante Jim Geraghty, columnista de la revista conservadora National Review, minimizó dichas acusaciones al decir que sí, que se notaba que a los moderadores no les caía en gracia el expresidente, pero que en última instancia "Trump lo que tenía que hacer era subir ahí y presentar su mejor versión". Por el contrario, "nos regaló una pataleta, mordiendo el anzuelo que le lanzaba Harris una y otra vez".

Con todo, ganar a Trump en el duelo retórico de Filadelfia no implica haber obtenido una ventaja sustancial en las encuestas. 

El quid de la cuestión se encuentra en el votante al que los candidatos se dirigen en este tipo de debate: aquel que todavía no ha decidido su voto. Que puede albergar sus simpatías, cómo no, pero que todavía no lo termina de ver claro. En otras palabras: Trump y Harris no se dirigieron el martes a quienes acuden a sus mítines sino a unos ciudadanos escépticos que, según dice la mayoría de encuestas, serán fundamentales a la hora de decidir quién ocupa la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.

La cuestión, por tanto, es saber cómo ese tipo de votante tan específico se ha tomado lo que vio en la televisión.

"Fue muy decepcionante". La frase corresponde a Sharon Reed, una profesora de escuela retirada de 77 años que vio el debate junto a su marido Bob en la granja de Pensilvania donde viven. Según explicaron a los reporteros del New York Times que tocaron a su puerta, tenían la esperanza de terminar la noche teniendo claro a quién votar. Nada más lejos de la realidad. Buscaban, concretamente, respuestas a sus dificultades económicas. Encontraron, sin embargo, eslóganes, promesas, brocha gorda y muy poco programa.

Una madre de tres adolescentes llamada Shavanaka Kelly comentó, desde Milwaukee, que Harris había estado bastante mejor que Trump. Del expresidente le echó para atrás, dice, cómo se puso de perfil al salir a colación el famoso asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero del 2021. El problema, matizó, es que Harris no hizo mucho por explicar por qué su mandato será diferente al de Joe Biden. Y es de suponer, por sus declaraciones, que Kelly no se decantará por ella hasta que lo haga.

La estudiante universitaria Samira Ali declaró, hablando desde Wisconsin, que apagó la televisión igual de indecisa que al comienzo del debate. Harris no le había impresionado lo más mínimo, añadió, porque no abordó una de sus principales preocupaciones: cómo pretende regular los precios del mercado inmobiliario.

Son tres ejemplos de miles que reflejan lo que todo el mundo pudo ver en la noche, ya histórica, del martes. Harris ganó ante un Trump colérico y poco audaz, sí, pero eso no significa que haya convencido a quien tiene que convencer para convertirse en la persona más poderosa del mundo.