
El presidente surcoreano destituido, Yoon Suk-Yeol, tras ser liberado el pasado 8 de marzo.
El juicio contra Yoon Suk-Yeol, el presidente destituido de Corea del Sur por insurrección, comenzará el 14 de abril
Está imputado por incitación a la insurrección y abuso de poder tras declarar en diciembre la polémica ley marcial que ha sumido al país en el caos político.
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El juicio contra el presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk-Yeol, que ha sido imputado por incitación a la insurrección y abuso de poder en relación con la declaración en diciembre de la polémica ley marcial, una medida que ha sumido al país en una grave crisis política, comenzará el próximo 14 de abril.
Así lo ha confirmado un tribunal de Seúl, que ha indicado que la primera vista judicial contra Yoon tendrá lugar ese mismo día, si bien el jefe de Estado cesado sigue a la espera de que el Tribunal Constitucional ratique su destitución o lo restituya en el cargo.
El viceprimer ministro surcoreano, Choi Sang Mok, y el ministro de Exteriores del país, Cho Tae Yul, han sido citados por la Fiscalía como testigos y tendrán que comparecer ante la corte, según informaciones recogidas por la agencia de noticias Yonhap.
Los dos altos cargos expresaron a Yoon su "preocupación" ante la idea de tener que declarar la ley marcial poco antes de que este la introdujera, tal y como han atestiguado. El mandatario, que todavía es considerado como tal, fue arrestado el 19 de enero tras negarse en varias ocasiones a responder ante el tribunal y la orden de arresto expiraba en cuestión de horas.
Yoon Suk-Yeol, se enfrenta a cargos por conspirar con el entonces ministro de Defensa, Kim Yong Hyun, para incitar a una insurrección a través de la declaración de la ley marcial y del despliegue de fuerzas militares en la Asamblea Nacional, el Parlamento surcoreano, para impedir que los diputados tumbaran el decreto, como acabó sucediendo a las pocas horas.
No obstante, también está acusado de planear el arresto y detención de guras políticas clave, incluido el presidente de la Asamblea Nacional, Woo Won Shik, y jefes de partidos rivales, así como funcionarios del organismo de control electoral.
Con esta acusación, el presidente se ha convertido ahora mismo en el primer presidente del país imputado por insurrección bajo detención y suspensión de funciones.