Berlín

De la canciller alemana Angela Merkel, los especialistas en sondeos de opinión dicen que tiene muy buena intuición para saber lo que los alemanes pueden o no pueden aceptar en términos políticos. Sin embargo, eso no quita que entre sus hábitos esté escuchar y ver los resultados de investigaciones como las que firma Matthias Jung (Speyer, 1956) en el Forschungsgruppe Wahlen, un centro dedicado a la demoscopia con sede en Mannheim (suroeste alemán). 

A Jung se le considera el “experto en sondeos de opinión de Angela Merkel”. Así aparecía caracterizado en el diario Tagesspiegel recientemente este profesional del mundo de los sondeos con casi tres décadas de experiencia. No quiere hablar de su trato con la canciller y dice con modestia que ese apodo no es más que una etiqueta periodística. Sin embargo, no es menos cierto que Jung se deja ver de cuando en cuando por los pasillos de la sede del partido de la jefa del Gobierno germano, la Unión Cristiano Demócrata (CDU). Allí presenta sus análisis a la dirección de la formación gubernamental.

Jung sabe de lo que habla cuando se le pregunta sobre opinión pública y política. De no ser así, no se habría ganado enemigos en el sector más tradicional de los cristianodemócratas alemanes. Jung piensa que una orientación “liberal y moderna de la CDU puede ser el camino del éxito para el partido de la canciller”. No todos los conservadores piensan así. Cuando se le habla de esos “enemigos políticos”, ríe. Tal vez sea porque sabe que Angela Merkel está de su lado. 

¿Porqué le llaman el “experto en demoscopia de Merkel”? 

Es una expresión periodística. Lo que yo llevo haciendo desde hace décadas es presentaciones de análisis de estudios de opinión delante responsables políticos. En concreto, la última vez, estuve ante la directiva de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) tras las elecciones regionales de Sajonia-Anhalt (centro-este), Renania-Palatinado (oeste) y Baden-Wurtenberg (suroeste). Allí estaba Angela Merkel, pues ella es la presidenta de la CDU. En su día, era el canciller Helmut Kohl el que presidía las reuniones.

¿Qué papel juegan los sondeos en esos círculos de la política alemana?

Antes, en los años setenta, había pocos estudios. En muchos casos, los resultados de los sondeos sólo los conocían un grupo muy pequeño de personas. Entonces podían ser influyentes. Pero esto ya no es tanto así. En la actualidad, hay una gran cantidad de estudios publicados y los resultados se conocen porque hay mucha más transparencia. Para los políticos, en cualquier caso, los sondeos son una herramienta que les permite tener una percepción de la realidad distinta a la de su día a día, ajena a la del círculo en el que se mueven a diario.

Los políticos suelen estar inseguros en lo que respecta a saber cómo es la realidad, porque sólo se mueven en su círculo

¿A qué se refiere?

Los políticos suelen estar inseguros en lo que respecta a saber cómo es la realidad. Porque tienden a moverse sólo en su círculo, en combinación con periodistas. Incluso cuando van a su circunscripción, allí tienden a verse con gente de su misma opinión. En este contexto, los sondeos pueden hacer de vínculo entre la realidad que no ven los políticos y la realidad de los propios políticos.

¿Son capaces de influir los resultados de las encuestas en la intención de voto? En España se daba por hecho el “sorpasso” de Podemos y luego no se produjo.  

No conozco la situación española, aunque  me consta que los sondeos se equivocaron al predecir quién quedaría segundo y quién tercero, porque fue al revés. En los sondeos, hay una diferencia muy importante a la hora de preguntar, no es lo mismo si se hace en persona a la salida del colegio electoral o si se hace por teléfono. Por teléfono uno no sabe si la persona fue a votar o no. Puede que dé una opinión si se le pregunta, pero puede que luego no vaya a votar o que no haya ido.

En cualquier caso, no hay forma de saber empíricamente si los sondeos tienen capacidad para influir en unas elecciones. No se puede hacer un experimento en el que votantes hayan estado expuestos a unos sondeos y otro no. También hay que tener en cuenta que, en general, en Alemania o en España, la gente no se interesa mucho en detalle por la política.

En general hay poca gente que presta atención a los sondeos. Si prestan atención, puede haber un efecto, que es el de ponerse de lado del ganador. Pero también existe un efecto de solidaridad con el perdedor, porque puede que haya gente que vote al partido que va a perder ya que no quiere que el perdedor pierda por una gran diferencia. De cualquier modo, como hay unos votantes que votan a favor del ganador y otros a favor del perdedor, no se puede saber exactamente qué influencia tienen los sondeos.

Para Angela Merkel, de quien se dice que puede cambiar radicalmente de opinión, ¿cómo de importantes son esos estudios de opinión ?

No creo que para Angela Merkel sean especialmente importantes. Con mi larga experiencia con otros políticos que conozco, he visto políticos que se orientan siempre en función de los sondeos para adoptar posiciones populistas, para que se les escuche o se vea lo que hacen. Pero yo no sé de ningún político importante que, teniendo una opinión sobre una cuestión política, luego dejen de tenerla cuando ven que no se corresponde con la de la mayoría de la población.

Para los políticos que actúan y que tienen que comunicar sobre lo que hacen, es importante saber cuál es el grado de apoyo que tienen en la sociedad. Han de saber si hay una mayoría que les apoya o que les rechaza. De esta forma, saben cuáles son las barreras que pueden encontrar en su acción política.

¿Se refiere usted a algún político o a algún partido en particular en Europa ?

No me puedo pronunciar sobre la realidad española, por ejemplo. Pero en Alemania, Alternativa para Alemania (AfD) es un partido que se está orientando en función de los estereotipos que hay en la sociedad, activándolos. En Gran Bretaña también hemos visto esto en la campaña a favor del Leave (salida) en el referéndum del brexit

¿Piensa usted que si volvieran a votar en el Reino Unido sobre el brexit, sabiendo los resultados del referéndum y no teniendo en mente los cambiantes sondeos que se fueron publicando durante la campaña, cambiaría el resultado?

De verdad, no me puedo imaginar que se pueda votar de nuevo ni que se le vuelva a pedir la opinión al pueblo porque sería un absurdo para los principios democráticos. Ahora no se puede decir, ‘no me gustó el resultado y ahora votamos otra vez’. Me puedo imaginar, además, que no todo el mundo ha cambiado de opinión en el Reino Unido, tal vez un 1 o 2%. 

Tal vez el resultado hubiera sido distinto si la gente hubiera sabido lo que sabe hoy, después de la votación. Porque ahora tienen muchos problemas políticos. Pero la votación fue válida y hay que aceptarla.

Merkel no cambiaría su política de refugiados aunque no tuviera la mayoría del apoyo en los sondeos

¿Cómo valora la política de refugiados de Angela Merkel?

Precisamente, Merkel no cambiaría su política de refugiados aunque no tuviera la mayoría del apoyo en los sondeos de opinión. No creo que los políticos decidan siendo plenamente influenciados por los estudios de opinión. 

¿Hasta qué punto esa política de refugiados ha dejado de ser popular en Alemania?

Estamos en un 50% a favor y 50% en contra. Si acaso, existe una leve mayoría a favor. Y, pese a ese contexto de división en la opinión pública, Angela Merkel está llevando esa política a cabo.

Tampoco gustó a todos en Alemania la participación del Gobierno de Merkel en la política de rescates durante la crisis del euro. Y sin embargo, Merkel participó en esa política.

Sí, así es. 

Sin embargo, se habla mucho de aquel cambio radical de 2011, cuando la canciller dio un giro de 180 grados en su política energética y decidió el cierre en Alemania de todas las centrales nucleares de aquí a 2022.

¿Pero ese cambio fue por lo que decía la opinión pública o por el desastre nuclear en Fukushima? La reacción del Gobierno alemán llegó después de los accidentes de los reactores de la central nuclear de Fukushima. No fue porque hubiera sondeos que indicaran que había una mayoría de personas que pensaran de una manera u otra. 

Después de aquella catástrofe, hubo un cambio en la opinión pública y también en la esfera política.

Efectivamente, fue un cambio que ocurrió de forma simultánea, en la opinión pública y en el ámbito político. A nivel político, el cambio fue muy rápido. En la opinión pública ya había cierta mayoría de personas que querían dejar la energía nuclear. Antes de Fukushima, en Alemania no había un apoyo mayoritario a la energía nuclear. 

Merkel está muy centrada en la modernización de la CDU

¿Es Merkel alguien que se mantiene fija en sus opiniones, como se ha visto con el tema de los refugiados o la política de rescates del euro, o alguien cambia de opinión rápidamente cómo se pudo ver con el tema del abandono de la energía nuclear?

Depende del tema al que se enfrente. Para Merkel, Europa y el euro son muy importantes. Todos los políticos tienen en mente unos grandes temas que le son propios. Para Merkel, Europa y el euro son dos de ellos. La canciller también está muy centrada en la modernización de la CDU en lo que concierne a políticas de sociedad, a saber, asuntos relacionados con el papel de la mujer en la sociedad, por ejemplo.

Habla usted de modernización de la CDU. Pero la CDU se opone todavía al matrimonio homosexual, por ejemplo.

Así es. Esto tiene que ver con que la CDU es un partido de origen cristiano. Pero si uno mira en los últimos quince o veinte años, uno observa que el partido se ha hecho mucho más liberal. Eso es la modernización. En el tema del matrimonio homosexual, lo que ocurre es que las diferencias entre las parejas heterosexuales que se casan con las de homosexuales que tienen una unión civil son mínimas.

Para los que están en una línea más tradicional y fundamentalista en la CDU, yo soy una figura inaceptable

Este tema de la modernización, que usted ve como algo favorable para la CDU, ¿Le ha hecho ganarse enemigos en los sectores más conservadores del partido?

Sí bueno, uno tiene que vivir con eso (risas). Yo presento los datos empíricos y veo que el posicionamiento liberal y moderno de la CDU puede ser el camino del éxito para el partido. Para los que están en una línea más tradicional y fundamentalista soy una figura inaceptable porque los pongo bajo presión. Pero cuando uno se mete en discusiones políticas siempre habrá gente que esté a favor y gente en contra, y es con eso con lo que hay que vivir. 

En el presente contexto de crisis por el brexit, ¿cuál es la opinión que usted percibe en Alemania?

Es reconocible que la gente está interesada en saber qué va a ocurrir. Pero ha habido un fenómeno ligeramente positivo, a favor de Europa. Porque la gente comienza a ver que Europa no sólo es algo burocrático, sino que también es una fuente de ventajas que se viven a diario. En cuanto la solución se vaya aclarando, se puede esperar que el sentimiento a favor de Europa siga creciendo.

¿Qué cree que opina Merkel ?

Para todo canciller alemán Europa es algo crucial. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, especialmente con Helmut Kohl, Europa se ha visto como la vía de supervivencia de Alemania en el mundo globalizado. Hoy día, un país económicamente exitoso como Alemania, no podría tener relevancia a nivel mundial sin Europa. Este convencimiento está muy extendido en Alemania. Lo está más que en países como Francia, que tiene ese mito de la grande nation, o que en el Reino Unido, que tiene muy viva la memoria del imperio. 

Convendría que los otros partidos y los medios de comunicación no prestaran tanta atención a Alternativa para Alemania

Pero también hay euroescepticismo en Alemania. Y el partido Alternativa para Alemania (AfD) está en auge. ¿Cómo ve usted este fenómeno político?¿Amenaza AfD el monopolio de la derecha de la CDU y de su formación hermana bávara Unión Social Cristiana (CSU)?

Si la CDU quiere mantener un apoyo mayoritario en la población no ha de trabajar con fuerzas políticas populistas. Porque esto lleva al descrédito de las reivindicaciones democráticas de la población que vota a la derecha. Además, no hay que perder de vista que, aún con los éxitos que está teniendo AfD, este partido representa a una pequeña minoría de la sociedad. Si logran un 15%, por ejemplo, en las próximas elecciones generales (previstas para septiembre de 2017, ndlr.), hay que retener el dato de que le 85% restante rechazaría a este partido.

Los hay que creen que AfD constituye sólo un absceso que terminará por menguar.

A medio plazo, AfD se establecerá en el panorama político. A una altura de un siete u ocho por ciento correspondería con el porcentaje de personas que en la sociedad tienen el mismo punto de vista que este partido. No tiene sentido imaginar o concebir estrategias para hacer que el porcentaje de votantes a este partido caiga al cero por ciento. Por eso convendría que los partidos políticos y los medios de comunicación no le prestaran tanta atención. AfD tampoco tiene tanta relevancia. 

Entonces, ¿Ha caducado la idea conservadora de que no debe de haber un partido más conservador que la CDU o la CSU?

Esa idea, además de que no funciona puesta en la práctica, no tiene sentido porque se mantiene en la experiencia, en la culpabilidad mejor dicho, del nacionalsocialismo. Es por esto que sobre AfD hay tanta sensibilidad en Alemania, y también en el extranjero. Pero ya han pasado décadas. Hoy ya se puede imaginar que, efectivamente, haya un partido a la derecha de la CDU en el sistema de partidos alemán. 

Noticias relacionadas