María Torrens Tillack Agencias

El país magiar ya está luchando contra el sistema de cuotas para cada país de la Unión Europea establecido para los próximos dos años, al igual que Eslovaquia. Además, este martes el presidente Janes Ader ha anunciado la convocatoria de un referéndum sobre la posible ampliación de este sistema de cuotas pasado ese tiempo. 

La pregunta que quiere plantear el próximo 2 de octubre es: "¿Quiere que la Unión Europea tenga derecho a prescribir el obligatorio asentamiento de ciudadanos no húngaros en Hungría sin el consentimiento del Parlamento?"

Además, desde este mismo martes Hungría aplica una reforma legal que permite trasladar a los refugiados interceptados cerca de las fronteras al otro lado de las vallas fronterizas. El consejero de asuntos de seguridad de la Gobernación, György Bakondi, explicó que las autoridades "acompañarán" hasta el otro lado de las alambradas que sellan la linde sur del país a los refugiados que entran "ilegalmente" y sean interceptados en los primero ocho kilómetros dentro del país, informa la agencia MTI y recoge Efe.



Al otro lado de las vallas, en una estrecha franja de terreno todavía en territorio húngaro, los refugiados tendrán que acceder a las zonas de registro, donde podrán presentar sus solicitudes de asilo, explica Efe. "Los procedimientos de asilo se harán más difíciles desde ahora, ya que los refugiados no podrán presentar su solicitud ante las autoridades en el lugar donde les arrestaron", explicó a la agencia española Ernö Simon, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Budapest.

POLÍTICA ANTIMIGRATORIA MAGIAR

El Gobierno del primer ministro ultraconservador Viktor Orban ha llevado a cabo una política restrictiva frente a la entrada de migrantes y solicitantes de asilo a su país durante la crisis de refugiados. Fue el primero en levantar vallas internas en la Unión Europea para evitar el paso descontrolado de personas llegadas a través de la ruta del Egeo que en su mayoría buscaban llegar a Alemania.

El Ejecutivo húngaro defendió que las vallas eran meras medidas de seguridad y que la entrada a su país seguía estando permitida a estas personas en busca de ayuda. Sin embargo, en la práctica supuso un cierre de las fronteras que desvió el flujo migratorio a otros países colindantes, que en varios casos siguieron su ejemplo.

Ya antes había impedido a muchos que sí habían alcanzado Budapest seguir su camino en tren desde la capital magiar y las imágenes de sirios, iraquíes, afganos y personas de otros lugares apostados en la estación central de Keleti dieron la vuelta al mundo. Algunos denunciaban que incluso habiendo comprado sus billetes de tren no podían proseguir su camino. Finalmente, y tras la presión internacional, Hungría volvió a permitir su paso. Las vallas vinieron después. Y este martes se refuerzan.

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