María Torrens Tillack Agencias

"Nunca había mostrado signos de radicalización", dijo el fiscal de París, François Molins, al día siguiente del atentado en forma de atropello masivo con un camión que segó la vida de 84 personas e hirió a dos centenares más el pasado 14 de julio. Y el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, mantuvo la hipótesis de que se había radicalizado "muy rápidamente". Este jueves, una semana después del atentado la perspectiva se torna bien distinta.

El terrorista del camión, Mohamed Lahouiaiej Bouhlel (un tunecino de 31 años residente en Niza), "se benefició de apoyo y cómplices". Además, "parece haber madurado [el ataque] varios meses antes de pasar a la acción", ha indicado Molins en una rueda de prensa. A pesar de ello, ni las autoridades francesas ni las tunecinas (donde no vivía desde hace tiempo) habían registrado ninguna señal de radicalización antes.

Cómplices de nacionalidad tunecina, albana y francesa

La Fiscalía ha solicitado la apertura de una información judicial y la detención de cinco sospechosos - cuatro hombres de entre 22 y 40 años y una mujer, de 42-, que fueron retenidos tras el atentado. Son dos franco-tunecinos, uno llamado Ramzi A. nacido el 28 de noviembre de 1994 en Niza y otro llamado Mohamed Oualid G. (*19.02.1976). También hay un tunecino llamado Chokri C. (*11.07.1979), un albanés identificado como Artan H. (*30.01.1978) y Enkelejda Z., albano-francesa (*03.03.1974).

Les acusa de "participación en una asociación de malhechores terroristas" y no descarta que planificaran más ataques, informan los medios franceses. Mientras tanto, se encuentran bajo detención preventiva. Ninguno de ellos era conocido de los servicios de Inteligencia.

1.278 llamadas y varias fotos

"Los sospechosos establecieron numerosos contactos [telefónicos] entre ellos", ha indicado Molins. Especialmente con Mohamed Oualid G., con quien Bouhlel intercambió 1.278 llamadas durante el último año y quien además aparece en dos fotos en la cabina del camión que alquiló el 11 de julio para llevar a cabo la masacre.



Este sospechoso le envió un mensaje en enero de 2015, poco después del atentado contra la revista Charlie Hebdo, diciendo: "Yo no soy Charlie y estoy contento, han enviado a los soldados de Alá para terminar el trabajo".



El pasado 4 de abril, otro presunto cómplice, Choukri C. le aconsejaba en un mensaje en Facebook: "Carga el camión (...) corta los frenos amigo mío, y yo miro".

La investigación había apuntado el pasado fin de semana pasado que dos albaneses le habían vendido -a través de un intermediario- la pistola con la que disparó al final de su atropello masivo al menos contra tres policías, además de munición y varias armas que resultaron ser falsas. Ahora se ha aclarado que el intermediario para conseguir la pistola fue Ramzy A. y que hubo "contactos" sobre un kalashnikov que se encontró en un trastero. Aún no no se sabe cuál era su fin.

Los investigadores han descubierto que Bouhlel guardaba una foto de los fuegos artificiales en Niza el 14 de julio del año pasado, y otra de un concierto en el paseo de los Ingleses el 17 de julio de 2015, "con diversos zooms sobre la multitud", ha detallado el fiscal. Otra imagen que guardaba el terrorista pertenecía a otros fuegos artificiales de agosto del año pasado, de nuevo con el foco puesto en la multitud.

También tenía fotos de varios artículos de la prensa francesa relativos a un ataque en la terraza de un restaurante nizardo el pasado enero, un hombre tunecino al que mataron ante una comisaría de París y una fotografía de una "intervención televisada de un profesor de medicina relativa a los atentados de París".

Investigación paralela

Las novedades en la investigación trascienden el mismo día que el Ministerio del Interior ha activado una investigación administrativa, paralela a la judicial, para aclarar cuál fue el dispositivo policial la noche de la tragedia y acabar con "polémicas inútiles".

El periódico Libération había publicado en la mañana de este jueves que únicamente había un vehículo de la policía municipal vigilando el acceso a la zona habilitada para los peatones en el paseo de los Ingleses por donde Bouhlel entró con su camión para matar. Ello se sumaba a los reproches de la oposición, de algunas víctimas y testigos sobre fallos de seguridad en la noche del 14 de julio en Niza.

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