Iba a hacer el saque de honor en un partido conmemorativo por las víctimas este domingo junto a otros dos héroes de Niza un mes después del atentado en el que un terrorista al volante de un camión frigorífico arrolló mortalmente a 85 personas (la última falleció la semana pasada en el hospital). Ahora reconoce que va a “decepcionar a todo el mundo”, según recoge el diario local Nice Matin.
Aquella noche Gwenaël Leriche estaba celebrando la fiesta nacional con unos amigos en la playa del paseo de los Ingleses, cuando decidió salir corriendo tras el camión y acabó saltando sobre un peatón al que salvó de ser el blanco de una bala perdida cuando la policía abatió al terrorista, cuenta el diario local. Llevaba un cuchillo en la mano y los agentes le interrogaron, creyendo que tenía alguna relación con el agresor del camión. Pero finalmente fue liberado sin cargos.
“Soy alguien completamente banal: 26 años, repartidor… No tengo otro pedigree”, dijo cuando le entregaron -junto a otros dos héroes- la medalla de la ciudad a finales de julio (ahora ya ha cumplido 27). “Al final no pude hacer nada, hice lo que podía hacer, con mis pequeños medios”.
El presidente de la región de Niza, Christian Estrosi, les dijo aquel día a él, Franck (que tiró su moto bajo el camión para frenarlo) y Alexandre (que intentó abrir la puerta del conductor y forcejeó con el asesino, Mohamed Bouhlel) que el país les recompensaría por su acto de valentía para proteger a los demás ciudadanos. Puede que reciban la legión de honor, máxima distinción gala: el presidente François Hollande solicitó este martes que le facilitaran una lista de "funcionarios o simples ciudadanos que intervinieran para asegurar la noche del 14 de julio, de forma que se les pueda recompensar por sus méritos y valor".
Pero el coraje de Gwenaël quedó empañado cuando un día después se supo lo que presuntamente hizo el pasado domingo, 7 de agosto: atacó presuntamente a su exnovia con una navaja automática y “ejerció violencia” contra ella y el jefe de ésta en su lugar de trabajo, un bar-restaurante de la localidad de la Costa Azul, informó la Agencia France Presse. El miércoles pasó a prisión preventiva, donde permanecerá hasta el 12 de septiembre, cuando será juzgado.
No es la primera vez que el que fuera salvador de al menos una vida el fatídico 14 de julio se enfrenta a un caso por violencia contra su expareja. En 2014 ya fue condenado por atacar a su exnovia, con la que tiene un hijo, una condena por la que sin embargo obtuvo una exención de la pena.
La defensa de Gwenaël asegura que el ataque del pasado domingo se debe a la dificultad que su cliente está teniendo para enfrentarse a lo que vivió el día del atentado: le costó quince días sin dormir, fue puesto bajo tratamiento psicológico y sus problemas con el alcohol se han acrecentado. También fue condenado en el pasado por conducir borracho.
Mientras era llevado a prisión preventiva, el hombre gritó que lo que necesitaba era “un psicólogo, no la cárcel” y después insultó repetidamente a su exnovia, asegura AFP. Su abogada, Cathy Guitard, ha asegurado al diario nizardo que su cliente le ha dicho: “Voy a decepcionar a todo el mundo. Ni siquiera llegué a entender por qué recibía todos esos honores, sólo quería salvar vidas”.