El fuego en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, obligó a la evacuación del recinto en el que se estima que se alojaban 4.000 personas, informa el diario griego Ekathimerini. El incendio provocó que huyeran entre de las llamas entre 3.000 y 4.000 refugiados y migrantes. Ha quedado destrozado cerca del 60% del campo, según la Policía.
Los migrantes y demandantes de asilo corrieron a buscar refugio en las praderas de los alrededores y el vecino pueblo de Moria, donde algunos residentes les impidieron quedarse. Otros incluso recorrieron los 25 kilómetros que les separaban de la capital de la isla, Mitilene, asegura el diario. También hubo personas que se quedaron esperando a las puertas del campo.
Alrededor de 150 menores no acompañados han sido reubicados; la mayoría, en albergues juveniles.
La causa del fuego aún no ha sido aclarada, aunque los medios griegos señalan que hubo enfrentamientos después de que corriera el rumor de que cientos de personas iban a ser deportadas.
Hubo tiendas y contenedores incendiados, con "daños de consideración". Las autoridades han desplazado a dos grupos de policías antidisturbios a la isla.
Las tensiones crecen en los campos de refugiados de Grecia por el lento procesamiento de las peticiones de asilo y las difíciles condiciones de vida que denuncian desde hace meses ONG humanitarias.
Giorgos Kosmopoulos, de Amnistía Internacional en Grecia, ha pedido a las autoridades que garanticen a las personas un refugio para no tener que volver una noche al raso.