Profitis, un pueblo del norte de Grecia está en el punto de mira de la Fiscalía por un posible caso de violación de las leyes antiracistas helenas, ha informado el diario griego Ekathimerini. Algunos padres de los alumnos griegos han protestado contra los niños refugiados y migrantes que esta semana han comenzado el curso en el centro de Primaria de sus hijos.
El martes bloquearon las puertas de entrada al centro con candados, enarbolaron banderas griegas y llegaron a mostrar su preocupación por que los niños refugiados pudieran no estar vacunados contra enfermedades contagiosas... o cosas peores, informó la Agencia France-Presse (AFP).
"Nos han dicho que estos niños están vacunados, pero no les creemos", comentó un padre a AFP, replicando un temor que también han manifestado padres griegos en otros lugares del país. Otro llegó a afirmar: "Nuestros hijos serán violados y entonces, ¿quién se responsabilizará?". Estos progenitores griegos han impedido a sus hijos ir a la escuela. La policía tuvo que escoltar a los otros pequeños, los refugiados, para que pudieran acudir a su primer día clase en mucho tiempo. Un centenar deagentes para 40 escolares.
Nuestros hijos serán violados y entonces, ¿quién se responsabilizará?
Y ni siquiera irían a clase con los niños refugiados por el momento, pues el programa que ha comenzado esta semana el Gobierno griego con 1.500 niños refugiados en 20 escuelas públicas prevé clases específicas para ellos fuera del horario escolar habitual. Les enseñarán griego e inglés -u otro idioma extranjero-, además de deporte, música y otras asignaturas "creativas", recoge Efe. La idea es que más adelante sí puedan compartir pupitre con sus compañeros griegos.
La incorporación de los pequeños a las escuelas públicas por primera vez en la presente crisis de refugiados es una buena noticia para la agencia de Naciones Unidas para los refugiados (Acnur), explica Roland Schönbauer, portavoz de la agencia en Atenas, en conversación con EL ESPAÑOL. Pero se han producido más episodios aislados como el de Profitis, que han empañado este "avance en la buena dirección" impulsado por el Gobierno de Alexis Tsipras para mejorar la vida de los 18.000 menores refugiados que acoge el país.
"Es una minoría la que ha causado problemas con el ingreso de niños refugiados al inicio del año escolar. Lo lamentamos mucho y pensamos que puede haber habido una falta de información y eso habrá causado una falta de comprensión para la situación. Por eso es importante que la integración de los niños refugiados se haga de forma planificada y con buena comunicación", sugiere Schönbauer.
Volver a la escuela es importante para la integración, pero también para devolver un trocito de normalidad a los niños
El programa piloto del Ejecutivo para escolarizar a los niños, que en muchos casos llevan más de un año en este país sin ir a clase, espera seguir incorporando paulatinamente al resto de menores en edad escolar. De momento, son 20 escuelas las que atienden a estos refugiados.
La Comisión Europea ha destinado 2,8 millones de euros para cubrir las necesidades de 9.000 niños en cuanto al material escolar y su traslado desde los centros de acogida a las escuelas. Acnur también ha repartido ya 300 mochilas -además de otros materiales- y espera distribuir al menos mil más.
La vuelta al cole de estos niños y adolescentes es un paso "importante para la integración, pero también para devolver un trocito de normalidad a los niños: que tengan una estructura durante la semana, no estar sin hacer nada", señala el portavoz de Acnur. "Incluso si sólo se quedan unos meses en el país, su educación es un derecho de ellos y una obligación para el Estado".
Schönbauer recuerda a los padres que rechazan a los niños refugiados no son más que niños como los suyos, que han tenido que dejar sus hogares contra su voluntad. "Son niños que han sido forzados a acompañar a sus padres por motivos muy graves; incluso si son migrantes es una decisión fuerte dejar todo atrás. ¿Si fueran los padres de los niños refugiados, no les querrían dar la oportunidad de aprender algo?".
El 88% de los refugiados que viven en Grecia provienen de Siria, Irak y Afganistán. Han escapado de la guerra o del grupo terrorista Estado Islámico y muchos llevan un año esperando una solución mientras los demás países miembros de la Unión Europea siguen sin cumplir con sus cuotas de acogida a refugiados.
Al margen de las malas experiencias que han tenido que vivir algunos de estos menores refugiados esta semana, Schönbauer estima que ha sucedido en "pocos lugares y en la gran mayoría es todo un éxito el comienzo del año escolar con los niños refugiados".
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