Los países de la UE han vuelto a exhibir sus diferencias sobre la relación que Bruselas debe mantener con Rusia. Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 han condenado este viernes de forma "enérgica" los ataques del régimen de Bachar al Asad y de Moscú contra la población civil en la ciudad siria de Alepo. Pero las discrepancias entre los Estados miembros han impedido alcanzar un acuerdo para imponer sanciones adicionales a Rusia, tal y como reclamaban Reino Unido y los países del Este.
De hecho, la presión de otros países como Italia, partidaria de normalizar las relaciones con el presidente Vladimir Putin, ha logrado suavizar las conclusiones del Consejo Europeo sobre Rusia. El borrador inicial decía que la UE "está estudiando todas las opciones, incluida la adopción de medidas restrictivas adicionales (sanciones, en lenguaje diplomático), contra personas y entidades que apoyan al régimen sirio, si prosiguen las actuales atrocidades". Pero finalmente se ha suprimido del texto la alusión a las sanciones a Moscú.
"Sobre Siria, todos estamos muy preocupados y exigimos llegar lo antes posible a una tregua y a un proceso de transición política, pero no tiene sentido hablar aquí de sanciones", ha dicho el artífice de los cambios, el primer ministro italiano Matteo Renzi. De hecho, Renzi era partidario incluso de levantar las sanciones económicas que la UE impuso a Moscú por desestabilizar Ucrania y anexionarse Crimea. Pero el papel de Rusia en Alepo ha frustrado también su iniciativa de distensión.
"Rusia se expone a una respuesta de la UE si continúa los bombardeos sobre Alepo, pero todavía no estamos ahí", ha subrayado el presidente francés, François Hollande. "No excluimos medidas adicionales", ha coincidido la canciller alemana Angela Merkel, que sin embargo ha expresado su deseo de "tener una buena cooperación con Rusia". "Somos parte de un espacio euroasiático y una parte de Rusia está en Europa", ha alegado.
Tusk, portavoz del ala dura
Frente a los partidarios de normalizar las relaciones con Putin, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se ha convertido en el portavoz del ala dura frente a Rusia. "Los líderes han enfatizado todo tipo de actividades rusas: violaciones del espacio aéreo, campañas de desinformación, ciberataques o interferencias en los procesos políticos de la UE", ha denunciado el dirigente polaco.
"Está claro que la estrategia de Rusia es debilitar a la UE. Este es nuestro análisis sobrio de la realidad y no nos hacemos ilusiones. Aumentar las tensiones con Rusia no es nuestro objetivo: sólo estamos reaccionado a los pasos que da Rusia", ha insistido el presidente del Consejo Europeo. Y ha dejado claro que si no hay un alto el fuego definitivo y las "atrocidades" en Alepo continúan, la UE estudiará "todas las opciones disponibles".
Las divisiones entre los socios europeos volverán a ponerse de relieve a finales de año. Es entonces cuando caducan las sanciones económicas a Moscú relacionadas con Ucrania y cuando los 28 deben decidir si las prorrogan o las dejan expirar.