Para la Unión Europea y la mayor parte de la comunidad internacional, la posible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos era un "escenario de horror". Así lo escribió la pasada primavera en Twitter un alto funcionario comunitario, Martin Selmayr, jefe de gabinete del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, que no quería imaginar un 2017 con el triunfo de otros líderes populistas como Marine Le Pen en Francia, Boris Johnson en Reino Unido o Beppe Grillo en Italia. Pero tras unas horas iniciales de pánico, que se han reflejado también en el comportamiento de las bolsas, los líderes mundiales han optado por el pragmatismo y han tendido la mano a Trump, aunque temen que con él en la presidencia la política exterior de EEUU será imprevisible.
Como ya ocurrió con el brexit, la victoria del magnate inmobiliario neoyorquino y estrella de televisión ha pillado desprevenidos a la mayoría de dirigentes, que daban por descontado el triunfo holgado de Hillary Clinton y apenas disimulaban su rechazo al candidato republicano por sus declaraciones sexistas y xenófobas y por cuestionar alianzas económicas y militares con una política proteccionista.
Las réplicas del terremoto del triunfo de Trump se han extendido rápidamente por todo el planeta. Sorpresa, conmoción e inquietud han dominado las primeras reacciones al saberse los resultados, como reconocían el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz o la ministra alemana de Defensa, Ursula Von der Leyen, que admitía sentir un "enorme shock".
El miedo se apoderó también de los mercados conforme se confirmaba la amplia ventaja del candidato republicano. Durante las primeras horas del miércoles, cuando se contaban los últimos votos, todos los indicadores apuntaban a una sesión negra para las bolsas. De hecho, el Ibex 35 abrió con un descenso del 4%.
Pero después los mercados se han dado la vuelta e incluso han regresado a los números verdes. El Ibex cerraba con un pequeño descenso del 0,4%, pero otros índices, como el Dax alemán o el Ftse británico o el Cac francés sumaron avances que superaron el 1%. Las bolsas europeas vuelven a subir este jueves. Por su parte, Wall Street cerró el miércoles con fuertes ganancias y el Dow Jones, su principal indicador, subió un 1,40 % tras la elección de Trump.
La incertidumbre, lo que más preocupa
El giro de los mercados se ha reproducido también entre los líderes mundiales, que se han aferrado al conciliador discurso de la victoria del candidato republicano para justificar su cambio de postura. El futuro presidente de EEUU ha dejado de lado la retórica agresiva que le caracterizó como candidato y ha hecho un llamamiento a la unidad y a reconstruir las relaciones con todos sus socios internacionales. "El Trump presidente será diferente del Trump candidato", se consolaba el presidente de la Eurocámara.
La primera reacción oficial de Bruselas ha sido una carta conjunta al próximo inquilino de la Casa Blanca firmada por Juncker y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Los dos mandatarios le trasladan su "felicitación más sincera" y le invitan a una cumbre en Europa cuanto antes. La misiva parecía preparada para Clinton, según ironizaban algunos analistas, porque hablaba de retos comunes como el Estado Islámico, las amenazas a la integridad territorial de Ucrania, el cambio climático o las migraciones. En la mayoría de estas cuestiones, el candidato republicano ha defendido en campaña puntos de vista diametralmente opuestos a los que propugna Bruselas.
Tusk y Juncker también trataban de salvar el polémico acuerdo de libre comercio (TTIP, por sus siglas en inglés) que negocian Bruselas y Washington, y que parece condenado a muerte si el futuro presidente de EEUU pone en práctica las políticas proteccionistas que preconizó durante la campaña.
De hecho, el presidente del Consejo Europeo ha tenido que salir horas más tarde a hacer una declaración pública -eso sí, sin aceptar preguntas- para dejar claro que si la UE tiende la mano a Trump, cuya elección ha dicho que genera "incertidumbre", es por razones puramente pragmáticas. "La UE y EEUU no tiene otra alternativa que cooperar. La UE sigue siendo un socio fuerte y fiable. Esperamos lo mismo del nuevo presidente norteamericano", ha dicho Tusk.
El presidente del Consejo Europeo está preocupado por el futuro del orden mundial y de Occidente tras el brexit y el triunfo de Trump y cree que la única respuesta posible es que la UE se recomponga de sus múltiples crisis y dé respuestas concretas a los ciudadanos. "Los acontecimientos de los últimos meses y días deben tratarse como una señal de advertencia para todos los que creen en la democracia liberal. Eso significa que debemos ponernos las pilas de una vez y recuperar una sensación de dirección y orden, devolver la confianza", ha dicho Tusk.
También el presidente francés, François Hollande, ha aludido a la "incertidumbre" que genera la elección de Trump. Él y la canciller alemana, Angela Merkel, han dejado claro que la cooperación con él no será a cualquier precio. Deberá basarse en valores como "la democracia, la libertad, el respeto de la ley y la dignidad de los seres humanos, más allá de su origen, color de piel, religión, género, orientación sexual o posición política", ha enfatizado Merkel. Unos valores que han estado ausentes en la campaña del candidato republicano.
Para el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, lo fundamental es que Trump no se desentienda de sus socios. Durante la campaña, el multimillonario sembró dudas sobre su disposición a acudir en ayuda de otros países de la Alianza, por ejemplo en caso de un ataque de Rusia, y les acusó de no pagar su factura militar. "El liderazgo de EEUU es tan importante como siempre. Nuestra Alianza ha reunido a los amigos más próximos de América en tiempos de paz y conflicto durante casi 70 años. Una OTAN fuerte es buena para EEUU y para Europa", ha dicho Stoltenberg.
La elección de Trump acelerará con toda probabilidad los planes de la UE de reforzar su política de defensa al margen de la OTAN, que ya han empezado a desarrollarse tras el brexit. Los europeos temen quedarse sin el paraguas de seguridad norteamericano del que han disfrutado desde el final de la Segunda Guerra Mundial, aunque los expertos consultados por EL ESPAÑOL exponen que Trump como comandante en jefe puede proporcionar más estabilidad de la esperada.
Los ministros de Exteriores de los 28 se reunirán de forma extraordinaria para cenar el próximo domingo con el fin de examinar el futuro de las relaciones entre EEEUU y la UE tras las elecciones presidenciales. Para el jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier, los europeos "debemos ajustarnos al hecho de que la política exterior norteamericana será menos previsible".
Por su parte, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha dejado de lado los insultos de Trump a los ciudadanos de su país y su intención de construir un muro en la frontera y ha ofrecido también colaboración al nuevo presidente de EEUU. Su primera reacción tras conocer su victoria fue convocar a su gabinete con carácter urgente.
Putin y Orban se alegran
El que no ha ocultado su satisfacción por la victoria de Trump ha sido el presidente ruso, Vladimir Putin, al que los demócratas le han acusado de filtrar información de la campaña de Clinton para hacerle daño. Putin espera que Rusia y EEUU puedan "trabajar conjuntamente" y acabar con el "estado de crisis" en sus relaciones. Los vínculos entre las dos potencias están en mínimos históricos desde la intervención de Moscú en Ucrania en 2014 y su apoyo al régimen de Bashar al Asad en Siria, pero el magnate republicano ha dicho en campaña que para él es prioritario acercarse a Putin.
También se ha congratulado del resultado de las elecciones presidenciales en EEUU el primer ministro húngaro, Viktor Orban, el único líder europeo que apoyaba abiertamente a Trump. Pero los primeros en felicitarle han sido los dirigentes de los partidos populistas y de extrema derecha de la UE, que confían en que su triunfo les dé alas para imponerse en las elecciones que se celebran en los próximos meses en países como Holanda, Francia o Alemania.
"La gente de Estados Unidos está recuperando su país. Lo mismo haremos nosotros", ha escrito en su cuenta de Twitter el líder del ultra Partido por la Libertad holandés (PVV), Geert Wilders. Para la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, la victoria de Trump equivale a la liberación del pueblo estadounidense, mientras que el eurodiputado del UKIP Nigel Farage cree que será una segunda "revolución" tras el brexit. O el "escenario del horror", según el punto de vista del asesor de Jean-Claude Juncker.
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