“Cuando tenía 12 años y mis hermanos eran muy pequeños, una noche que estábamos durmiendo apaciblemente, entraron varios talibanes vestidos de negro en nuestra casa, nos ataron manos, pies y nos taparon la boca. Atacaron a nuestros padres, pegaron a mi padre hasta la madrugada y pegaron a mi madre y delante de nosotros la violaron. Ellos ni siquiera tuvieron piedad de nosotros, los niños. Nos pegaron a nosotros también; es que para ellos éramos pecadores. Entonces nos amenazaron diciendo que volverían a por nosotros y esta vez nos matarían”.
Cuenta que viajó con su familia desde Afganistán “con un dolor que inundaba todo su cuerpo”, atravesó las montañas de Irán entre la nieve, el barro y el hielo hasta llegar hace un año a Grecia, entre tantos otros refugiados.
Sahar tiene ahora 15 años. A los dos sufrió una infección de causa desconocida que le provocó una parálisis en ambas piernas y el brazo derecho, por lo que va en silla de ruedas. Ahora vive con su familia en el campo de refugiados de Escaramages, en Atenas, en unas condiciones aún más complicadas para una persona con sus dificultades. Ha compartido su estremecedor relato en una carta abierta mientras espera la respuesta de España a su petición para obtener un “visado humanitario extraordinario” por ser un caso vulnerable.
La enfermera catalana Gemma Poca la conoció durante una de sus estancias como voluntaria en el país heleno y ha emprendido una campaña para conseguir que las personas cuyos casos están documentados como “vulnerables” desde el punto de vista sanitario obtengan lo antes posible un asilo humanitario. Son personas con cardiopatías, parálisis, enfermedades graves o que no reciben tratamiento… La mayoría de los refugiados permanecen en campos habilitados para ellos, pero que en opinión de Poca son “sitios muy insalubres, sitios donde puedes estar un rato, uno o dos días, pero no vivir allí”. Ella estuvo por última vez en septiembre en Grecia, pero guarda contacto con otros voluntarios que siguen allí.
Poca cuenta que comenzó a documentar casos vulnerables como el de Sahar cuando estuvo ayudando como enfermera en Idomeni, aquella aldea en la frontera norte de Grecia que se hizo mundialmente conocida por quedar allí atrapados durante un tiempo miles de solicitantes de asilo que querían proseguir su camino hacia el norte de Europa.
Esta enfermera activista se queja de que desde que presentara junto a otros voluntarios y a través de la Generalitat de Cataluña nueve casos vulnerables, incluido el de Sahar, ninguno ha sido admitido todavía. Ella urge a que se dé una respuesta, pues opina que el frío del invierno recrudecerá su vulnerabilidad.
El Ministerio del Interior español (MIR), responsable de la tramitación de estos casos, ha explicado a EL ESPAÑOL que “desde que se inició la crisis” ha recibido 370 peticiones por casos vulnerables (lo que incluye a los familiares de los enfermos). Todos ellos provienen de Grecia y se están tramitando para tratar de reubicarlos en España. Gemma Poca, en contacto con otros peticionarios, calcula que las personas aquejadas que esperan respuestas son unas 40.
“El MIR ha trasladado esta información a Grecia al iniciar la última reubicación puesta en marcha, así como el interés del Gobierno de que estas personas fueran reubicadas en nuestro país. Esta reubicación se anunció el pasado 13 de octubre por el entonces Ministro del Interior, D. Jorge Fernandez Díaz, y comprende 500 personas, 400 desde Grecia y 100 desde Italia”, detallan desde Interior a este periódico. A su vez, Grecia ha remitido unos 130 casos de enfermos vulnerables, pero el Ministerio no ha proporcionado ninguna fecha para que Sahar y los otros afectados obtengan una respuesta.
Poca implora a las autoridades españolas que agilicen los trámites para conceder los visados a las “familias vulnerables” y asegura, que a pesar de que Grecia pone lo mejor de su parte, sigue sin dar abasto y los enfermos necesitan tratamiento que allí no pueden recibir: “Urge tomar una decisión. Por favor, no demoren más estos visados, porque estas personas son muy vulnerables. Encarar el invierno puede ser dramático. Es una petición que hacemos de todo corazón”.
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