Lejos de cumplir penitencia por los escándalos que le acosan, François Fillon ha aprovechado este primer domingo de cuaresma para convocar a decenas de miles de personas en la plaza de Trocadero de París (40.000 según la Policía, 200.000 según los organizadores), darse un baño de masas y cargar contra todos los que le han abandonado en los últimos días.
El republicano hasta ahora no ha renunciado a su candidatura a las presidenciales francesas y frente a la torre Eiffel ha denunciado las "traiciones" sufridas y "la deserción asumida sin vergüenza y también sin orgullo". Unas palabras dirigidas a las decenas de cargos electos y responsables de la derecha que le han abandonado (más de 250 desde que el miércoles hizo público que ha sido convocado el día 15 de marzo ante el juez con vistas a su probable imputación). La última deserción fue la de su portavoz de campaña, Thierry Solère, que se produjo el pasado viernes.
Adoptando un tono combativo y enardecido por la masa, Fillon no despejó la duda de si mantendrá su candidatura a toda costa. Aseguró que ha hecho examen de conciencia en unas circunstancias que no desea a nadie, y que ahora les corresponde hacer lo mismo a los responsables de la derecha y del centro.
El ex primer ministro conservador reconoció su "parte de responsabilidad" en esta situación, y destacó dos errores: el primero, haber pedido a su mujer, Penelope, que trabajara para él como asistente parlamentaria -la cuestión que está en el centro de la investigación judicial de la que es objeto-; y el segundo, las dudas que tuvo a la hora de hacer público ese empleo supuestamente ficticio.
El entorno del candidato republicano le pide que abandone la carrera por el Elíseo ante el riesgo de ser derrotado en las elecciones por la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen. Una amenaza que se ha visto reafirmada con una encuesta publicada este domingo, según la cual un 71% de los franceses no quiere que Fillon mantenga su candidatura, seis puntos más que hace dos semanas.
Le piden que ceda el testigo a Juppé
En pleno corazón de París, arropado por la multitud, Fillon formuló una serie de preguntas retóricas: "¿Dejaréis que las pasiones del momento se pongan por delante de las necesidades de la nación? ¿Dejaréis que los intereses y las ruines maniobras de unos cuantos pasen por encima de la grandeza y la coherencia de un proyecto adoptado por cuatro millones de personas?".
La ambigüedad de su posición sobre si seguirá siendo el candidato republicano quedó de manifiesto al decir que si bien la "multitud inmensa" que le ha acompañado en el Trocadero le incita a seguir adelante, tiene también que preguntarse por "los que dudan y abandonan el barco". Sobre estos últimos afirmó que "su responsabilidad es inmensa", igual que la suya.
Según su análisis, "la caza al hombre" de la que dice ser objeto, más allá de estar elaborada con la intención de perjudicarle personalmente, lo que busca es "romper la derecha, robarle el voto".
Fillon ha lanzado este discurso, sin dar su brazo a torcer, cuando muchos de los que le han abandonado le reclaman un gesto para pasar el relevo a quien quedó en segunda posición en las primarias de la derecha francesa, Alain Juppé.
Fillon debe aclarar su futuro antes de que este lunes se reúna el comité político de su partido, Los Republicanos, convocado de urgencia para sacar a la derecha de las luchas intestinas que ya se han declarado.
Buscando una salida "respetable" para Fillon
Tres de los más importantes barones de la derecha francesa, presidentes de tres regiones y exministros, tienen previsto presentar en las próximas horas una "iniciativa" para buscar una salida "respetable" de François Fillon.
Christian Estrosi, presidente de la región Provenza Alpes Costa Azul (PACA), indicó en una entrevista al canal BFMTV que la iniciativa parte de la constatación de que Fillon va directo al "fracaso", que la situación no puede durar más, y que se formalizará de aquí a este mismo lunes, pero sin dar muchos detalles.
Sí que avanzó que esta iniciativa está respaldada por otros dos presidentes de región de Los Republicanos, Xavier Bertrand y Valérie Pécresse, así como por otros responsables del partido.
"Justa o injusta, la situación en la que está François Fillon no permite unir a una mayoría de franceses", explicó Estrosi, que añadió que eso hace posible la victoria en las presidenciales del próximo 7 de mayo de la líder de la extrema derecha.
"Me niego a llevar a los militantes y a nuestros electores a un suicidio colectivo", sostiene Estrosi.
El presidente de la región PACA se mostró evasivo sobre la cuestión de si el 'plan B' en el que trabajan significaría apostar como candidato por Alain Juppé. Faltan menos de 50 días para las presidenciales en Francia y aún quedan algunas incógnitas por resolver.
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