Una decena de contenedores apilados unos sobre otros bloqueaban la entrada del liceo Sophie Germain, en el centro de París, la mañana de este jueves 20 de abril, a tan solo tres días de la cita con las urnas.
Una sola insignia aclaraba la intención de los estudiantes: “Nuestro futuro, sus elecciones”. Una crítica que se propaga a través de las redes sociales -cuatro institutos fueron bloqueados a lo largo de la jornada- y que ha convertido a estos jóvenes estudiantes en discretos actores en un escenario electoral que tachan de “farsa”.
“Consideramos que ninguno de los candidatos que participan en estas elecciones presidenciales nos representa”, asegura Emmanuel, mientras trata de explicar a su profesor de Historia, al otro lado de la barricada de contenedores, los principios que le han llevado a participar en esta modesta movilización.
Este estudiante, de 15 años, resume el panorama político con maestría, como si conociera su discurso casi de memoria: “Pretenden convencernos de que votar a Emmanuel Macron es una buena decisión, un voto contra (Marine) Le Pen… Pero Emmanuel Macron viene del mundo de la banca, ¡está rodeado de las grandes empresas capitalistas! Los otros candidatos no son mejores. Benoît Hamon ha pasado 20 años en el Partido Socialista. Jean-Luc Mélenchon dice defender a los pobres, pero él es millonario. François Fillon y sus asuntos con la justicia… ¡Le Pen y su discurso xenófobo! No queremos a ninguno de ellos”.
"Ninguno de los candidatos de estas elecciones nos representa", explica uno de los estudiantes.
Rodeado por sus compañeros de instituto, la conversación continúa con múltiples intercambios, todos ellos en la misma línea. “Lo peor de todo es que nosotros no podemos votar. Nadie nos escucha, nadie tiene en cuenta que es nuestro futuro lo que también está en juego”, añade Gaspard, de 16 años.
Así, “¡continuaremos hasta que nos escuchen!”, claman al unísono. Y es que, no es la primera vez que los colegiales optan por bloquear sus institutos para mostrar su desacuerdo con la situación política, tampoco será la última. “Nos manifestamos contra la violencia policial, nos unimos a las protestas contra el Frente Nacional y contra su discurso fascista, nos manifestaremos el domingo cuando se conozcan los resultados de la primera vuelta, seremos ‘ingobernables’”, asegura Géraldine con firmeza, recibiendo los aplausos de los jóvenes que escuchan con atención su discurso.
Mostrar su existencia política, más allá de las urnas y de los debates electorales “estériles”, se ha convertido en el principal objetivo de la “generación ingobernable”, como ellos mismos se proclaman. Consideran indispensable denunciar su “sentimiento de no-representación” y mostrar su “rechazo a las ideologías encarnadas por los candidatos que aparecen a la cabeza de las encuestas” de intención de voto. Denuncian una “izquierda desunida”, casi “fantasmagórica”, y una “extrema derecha neofascista y enceguecedora” donde el “conservadurismo” y el “liberalismo” de antaño se entremezclan.
“No podemos permanecer en silencio mientras los populismos continúan ganando terreno, callarnos no sería más que una forma de aceptación”, explica Sophie, estudiante del liceo Charlemagne, en el distrito IV de la capital francesa, cuya entrada también fue bloqueada a primera hora de la mañana. “El contexto en el que tienen lugar estas elecciones no nos conviene, sabemos que, pase lo que pase, el resultado será un absoluto fracaso”, concluye mientras avanza hacia el metro en dirección a la plaza de la Concorde.
Bloquear la entrada de los institutos no es suficiente para hacerse escuchar, tampoco para mostrar su existencia como “movimiento político”. Bajo el grito “¡No les dejaremos entrar en el Elíseo!”, medio centenar de estudiantes se dan cita en la céntrica plaza parisina. Con sus pancartas entre las manos, tratan de perturbar la circulación, imponiéndose entre los vehículos, intentando llamar la atención de los viandantes, recibiendo tanto apoyos como críticas por su iniciativa.
“Tenemos que darnos prisa si queremos llegar hasta el Arco del Triunfo, en cuanto la policía se de cuenta de que andamos por aquí… No tendremos nada que hacer”, comentan entre ellos. Su objetivo es atravesar la avenida de los Campos Elíseos, reunirse frente al histórico y simbólico monumento con el resto de estudiantes que han respondido a la llamada de las redes sociales. Sin embargo, el pequeño cortejo no ha conseguido pasar desapercibido, un dispositivo policial les impide consumar su itinerario.
“Es muy valiente lo que hacéis. ¡Bravo! Pero no deberíais manifestaros en plena calle, no tenéis nada que hacer frente a las fuerzas de seguridad… Os lo digo yo que he nacido aquí. Continuad protestando a través de Internet, es mejor”, aconseja una “parisina de nacimiento” a los estudiantes indecisos que observan desde lejos la movilización de los vehículos de los CRS, un cuerpo especial de la policía nacional francesa destinado a asegurar el orden público.
Gabriel y Sophie escuchan atentamente el consejo, dudando si tomarlo como un elogio o como una crítica. Finalmente dan media vuelta, “no conseguiremos llegar hasta el final de los Campos Elíseos”, suspira con indignación la joven estudiante.
"Vivimos unas elecciones patéticas", denuncia Gabriel, uno de los pocos que ya ha cumplido 18 años y, por lo tanto, podrá participar en los polémicos comicios. "Cada uno de los candidatos, especialmente los favoritos, defiende una postura extrema: Emmanuel Macron es un absoluto liberal, François Fillon es un verdadero conservador, Marine Le Pen una xenófoba… Y a esto se suman los procesos judiciales… ¡Estos candidatos no nos representan! ¡A ninguno le preocupa las clases populares!”.
El próximo presidente de Francia "no será elegido gracias a las convicciones del pueblo, sino al miedo de una victoria del Frente Nacional".
Gabriel asegura que no participará en estas elecciones presidenciales, la idea del voto útil “para evitar el ascenso de Marine Le Pen no es más que un mito”, el próximo presidente de Francia “no será elegido gracias a las convicciones del pueblo, sino al miedo de una victoria del Frente Nacional. Será el resultado de un electorado que actúa bajo la presión de los sondeos…”, concluye.
Abandonan la plaza de la Concorde para tentar su suerte en Hôtel de Ville, frente al Ayuntamiento de París. “Hollande y Valls, dos anti-social”, “todo el mundo detesta estas elecciones”, “Fillon devuelve el dinero”, son algunos de los clamores que se escuchan entre los estudiantes que parecen continuar su manifestación sin rumbo preciso. “Tenemos que evitar la estrepitosa derrota de nuestra democracia, de nuestro modelo social, de nuestra visión política”.
Esta es la petición que circula en las redes sociales, la misma que ha llevado a la “generación ingobernable” a tratar de ocupar, aunque solo sea de una manera irrisoria, el espacio público. “No tenemos derecho a votar, no formamos parte de ningún sindicato, no podemos protestar contra un escrutinio que se anuncia como un absoluto fracaso”, sin embargo, “tenemos el deber de cambiar el equilibrio de fuerzas de estas elecciones y de estos candidatos para quienes somos invisibles.”
Con este objetivo, la joven generación promete seguir movilizándose para tratar de “invertir el silencio”, protestando ante “un contexto electoral inédito” que pone en juego “su futuro”.