Bruselas

La cumbre que debía escenificar la nueva alianza reforzada entre la UE y China para contrarrestar los excesos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha terminado en tropiezo. Las dos partes han firmado hasta 10 acuerdos y han exhibido una total sintonía en la lucha contra el cambio climático y el apoyo al acuerdo de París tras la retirada de Trump.

Pero las discrepancias en derechos humanos y sobre todo en materia comercial han dado al traste con los esfuerzos para aprobar una declaración conjunta, que tendría que haber servido como certificado de nacimiento del nuevo eje Bruselas-Pekín, según explican fuentes europeas.

Frente al unilateralismo y el proteccionismo de Trump, la UE y China quieren apuntalar ahora un orden mundial multilateral, abierto y basado en reglas. La reunión de este viernes se había preparado con gran fanfarria precisamente para poner en escena esta nueva entente anti-Washington, cuya base debía ser la defensa del acuerdo de París. Pekín es el principal emisor del mundo de gases de efecto invernadero y la UE ocupa la tercera posición, por detrás de EEUU.

"Estamos convencidos de que la decisión de Estados Unidos de dejar el acuerdo de París es un gran error", ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la rueda de prensa final conjunta con el primer ministro chino, Li Kegiang, y el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. "Pero la lucha contra el cambio climático, y toda la investigación, innovación y progresos tecnológicos que traerá, continuarán con o sin Estados Unidos", sostiene Tusk.

Estados Unidos "ha escogido el lado equivocado de la historia", ha asegurado el comisario responsable de Cambio Climático, Miguel Arias Cañete, que también participó en la cumbre. Y ha dejado claro que los europeos no aceptarán renegociar el texto, como sugiere Trump. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero "no puede depender de resultados electorales concretos", resalta el político español.

El primer ministro chino ha eludido durante la rueda de prensa referirse directamente a Trump o al acuerdo de París. Pero sí ha destacado la importancia de la nueva alianza entre Bruselas y Pekín. "Ha habido cambios en la situación internacional y un aumento de la incertidumbre y de los factores desestabilizadores. Por eso es importante que las relaciones entre la UE y China sean más estables. Eso es útil para contrarrestar la incertidumbre mundial", ha dicho Li.

Roces en comercio y derechos humanos

"Compartimos un interés fundamental en apuntalar y reforzar un sistema internacional basado en reglas. Y en estos tiempos difíciles, tenemos la responsabilidad conjunta de proteger este sistema y demostrar su valor añadido en todos los aspectos de nuestras relaciones", asegura el presidente del Consejo Europeo. Para Tusk, la de este viernes ha sido "la cumbre entre la UE y China más prometedora de la historia". "No es propaganda", ha subrayado.

Pero las fisuras en la nueva alianza han aparecido ya en el primer día de relación. La rueda de prensa conjunta ha tenido que retrasarse más de tres horas por las discrepancias en comercio, que finalmente no se han resuelto. Bruselas y Pekín han coincidido en defender públicamente la apertura de mercados y la globalización. Sin embargo, se acusan mutuamente de proteccionismo. 

El primer ministro Li ha pedido a la UE que reconozca a China el estatus de economía de mercado, lo que reduciría el margen de maniobra de Bruselas para imponer recargos arancelarios a las importaciones chinas en casos de dumping. Por su parte, Tusk y Juncker se han quejado de la "sobrecapacidad" de la industria del acero china y de las restricciones que Pekín impone a las empresas europeas que quieren invertir en el país asiático.

En materia de derechos humanos, Tusk ha trasladado a Li su "preocupación sobre la libertad de expresión y asociación en China, incluyendo la detención de abogados y activistas en materia de derechos humanos, así como la situación de minorías como los tibetanos o los uigures". El primer ministro chino no ha hecho ninguna mención directa a estas cuestiones, pero ha reclamado a la UE que respete las "circunstancias nacionales de China" y que la trate en pie de igualdad.

Pese a estas discrepancias, la UE considera que ha sido una "buena cumbre". "Ha habido acuerdo total en casi todas las cuestiones, sobre todo sobre cambio climático y el acuerdo de París. Pero pese a reducir las diferencias en conversaciones al final de la cumbre, no hubo pacto sobre la cuestión del estatus de economía de mercado. Eso significa que (una vez más) no ha habido una declaración conjunta al final de la cumbre", explican las fuentes consultadas.

La rueda de prensa conjunta ha concluido con una nota de humor. En los últimos segundos, Juncker se ha quitado el auricular de la traducción simultánea y se ha disculpado ante el primer ministro chino porque no funcionaba. Li le ha contestado casi en un grito y con sus únicas palabras en inglés: "Not made in China!". "Tampoco en Luxemburgo", ha bromeado el presidente de la Comisión.

Noticias relacionadas